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Tito Cueto-Felgueroso, en el Club Tenis Gijón. JORGE PETEIRO
Apellidos con amor a la raqueta

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Perfil de Tito Cueto-Felgueroso ·

El nuevo presidente del Club Tenis Gijón asume con orgullo un cargo por el que ya pasaron su padre y su abuelo

DANI BUSTO

GIJÓN.

Domingo, 27 de octubre 2019, 02:09

Algunos apellidos parecen marcar, consciente o inconscientemente, el futuro de sus portadores. Cuando en un DNI figuran juntos Cueto-Felgueroso Fernández-Nespral, inevitablemente, la vida de esa persona está ligada al Club Tenis Gijón. Y Tito Cueto-Felgueroso (Gijón, 1956) no lo niega. Al contrario, asume con orgullo esta condición que ya desde niño marcó su vida social y deportiva.

Su familia fue una de las fundadoras del Club de Tenis de Gijón. Su padre, Florentino Cueto-Felgueroso, presidió la primera junta de la entidad (1961-1963) y su abuelo materno, Dionisio Nespral (también presidente entre 1963-1966), dio nombre al emblemático torneo en el que participaron grandes figuras del tenis como Feliciano López, Tomy Robredo, Galo Blanco y Pablo Carreño, por citar algunos de esos nombres entre una larga lista que se remonta ya a 1964.

PINCELADAS

  • Lugar y fecha de nacimiento Gijón, 1956.

  • Familia Casado y con dos hijas.

  • Carrera profesional Estudió en el colegio de La Inmaculada, en Gijón. Se licenció en Ingeniería de Minas. Trabajó en una empresa gijonesa vinculada al sector, y en 1997 pasó al mundo del acero, hasta terminar su carrera en Arcelor.

  • Experiencia en la directiva del Club Tenis Gijón Fue vicepresidente durante ocho años (1986-1994) y otros dos más durante la presidencia de Félix Fernández.

Ahora, Tito Cueto-Felgueroso ocupará el sillón presidencial del club. No es algo que haya heredado. Previamente tuvo que ganarse la confianza de los socios y su apoyo en unas elecciones, las del 24 de octubre, que no se celebraban en el club desde hacía 25 años.

Esa confianza se forjó a lo largo del tiempo. Para él, las instalaciones del club son como su «segundo hogar» y todo lo vivido en ellas ha pasado en un suspiro, aunque en realidad, el resultado de las elecciones es fruto de la convivencia con el resto de socios a lo largo de varias décadas. Así se comprende el elevado porcentaje (41%) de votantes que acudieron a las urnas: 785 de sus 1.899 socios. Y de ellos, 644 le respaldaron.

De niño, el joven Tito correteaba por unos terrenos de Somió todavía sin forma (más allá del proyecto plasmado en papel), con las obras a punto de comenzar, y que habían sido comprados a comienzos de los años 60 por un grupo de amantes del tenis que buscaban un nuevo lugar donde practicarlo, tras la pérdida de dos canchas en las instalaciones del Grupo Cultura Covadonga.

«El club, por supuesto», asegura Tito sin dudar cuando se le pregunta cuál es su segunda casa. Bromea también, sobre dónde buscarle en caso de catástrofe natural: «Si hay un terremoto y no estoy en casa me encuentran en el Tenis». Y es muy posible encontrarlo en algún rincón del club, bien sea en el edificio principal, conversando con algunos de sus amigos (y también ahora, miembros de la junta directiva) o jugando en las canchas. La edad no le frena. Todavía compite en las categorías de veteranos, al igual que su hermano Jaime, uno de los habituales integrantes de los equipos máster del club.

De hecho, uno de sus deseos como presidente es ver a la «gente de 40 y 50 años disfrutar del tenis» activamente y «sembrar la semilla de este deporte para toda la vida».

Presidir el club será un nuevo cargo para él, pero cuenta con experiencia como miembro de algunas de las anteriores juntas directivas. Estuvo con José Martino de vicepresidente ocho años, de 1986 a 1994, y otros dos años más durante la primera presidencia de Félix Fernández. Aunque después se tuvo que ausentar «por motivos profesionales», nunca rompió el fuerte vínculo que le ata a la entidad.

Tito Cueto-Felgueroso afirma mantener la misma ilusión con la que su padre y su abuelo impulsaron la actividad en el Club Tenis Gijón, un centro en el que los socios «se sientan cómodos, tengan a sus amigos, puedan venir a comer, nadar o jugar al pádel, al tenis, al tute y sentirse como en casa».

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