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Urgente Muere Mario Vargas Llosa, genio de las letras hispanas
Puerta principal. Zona musealizada en Recoletas. ARNALDO GARCÍA
40 años del hallazgo que dio un vuelco al origen de Gijón

40 años del hallazgo que dio un vuelco al origen de Gijón

Febrero de 1982. Unas obras de derribo en un solar detrás del Hotel Asturias sacaron a la luz la puerta de entrada a la antigua muralla romana de la ciudad

MARCOS MORO

Lunes, 14 de febrero 2022, 00:56

El 11 de febrero de 1982 EL COMERCIO informaba a sus lectores de la suspensión de las obras de demolición en un solar de Cimavilla, detrás del Hotel Asturias, tras la aparición de un muro de traza antigua. El derribo de dos viviendas ruinosas del siglo XVI para construir apartamentos sacó a la luz unos restos que se protegieron de forma inmediata de la piqueta con la ayuda del por entonces jefe de la Policía Local, Isidoro Cortina. Fue un azar similar al de las obras de alcantarillado que dieron con las termas romanas en 1903.

El estudio de aquellos primeros vestigios, que resultaron pertenecer a la puerta de entrada a la antigua muralla romana de Gigia, permitió comprobar que esos restos eran tan solo un pedazo de una fortificación mucho mayor sobre la que se había teorizado mucho y que, en aquel lugar, se conservaba bastante bien.

La arqueóloga Carmen Fernández Ochoa, que dirigió las excavaciones de Cimavilla entre 1981 y 1995, asegura que ese hallazgo «permitió documentar que era romana con datos incontestables y la fecha de su construcción». Hasta entonces, explica la catedrática emérita de la Universidad Autónoma de Madrid, los eruditos pensaban que «era más estrecha, de la época de Augusto, militar de la conquista..., pero con la aparición de esos restos se dio un vuelco al origen de Gijón con datos fehacientes o, dicho de otro modo, se pudo conocer el papel de la muralla en el contexto del origen de la ciudad».

Las avistaron en un paseo Isidoro Cortina y Daniel Palacio.

De tipo tardorromano, la muralla de Gigia, situada en el actual barrio de Cimavilla, fue levantada mucho después del asentamiento total de Roma en Hispania. Entre la segunda mitad del siglo III después de Cristo y el primer cuarto del siglo IV, en el Bajo Imperio. Tenía 850 metros de longitud, entre 3 y 4,6 metros de grosor y pudo alcanzar los 10 metros de altura. Se extendía desde la actual zona de la iglesia de San Pedro hasta el muelle y estaba flanqueada por 16 torres semicirculares. La técnica constructiva emparenta a la fortaleza gijonesa con las murallas de Lugo, León y Astorga.

Se mantuvo en uso hasta que la ciudad fue asediada e incendiada en 1395 en las luchas entre Enrique III de Trastámara y el conde Alfonso Enríquez. A partir de esa fecha los restos que se salvaron de la destrucción fueron usados para construir viviendas y palacios, manteniéndose en la actualidad restos integrados entre los edificios del barrio alto. Tras su descubrimiento en 1982 este importante monumento no se ha podido exhibir en algunos tramos por las dificultades impuestas por la topografía urbana, pero se arbitraron distintos modos de presentarla al público.

Solar donde se descubrieron los restos. Vegafer

En la zona oriental, junto al manantial de la Fontica, la muralla se ha reconstruido en ladrillo visto, un sistema proyectado por el arquitecto Francisco Pol que planteó la recreación volumétrica de la muralla en un material diferente al original del monumento. En torno a la iglesia de San Pedro y en la plaza de Campo Valdés, la muralla permanece soterrada y la señalización del trazado (anchura y trayectoria) se ha realizado mediante la colocación de pavimento con baldosas de diferente color a las empleadas en la superficie de la plaza y del paseo marítimo.

También se pueden ver restos de la fortaleza en el interior del museo de las Termas Romanas de Campo Valdés y dentro del hotel-restaurante La Casona en la plaza de Jovellanos. En esta misma plaza, la muralla romana ha sido recrecida con ladrillo visto. La evocación de estos volúmenes se desarrolla a distintas alturas y dimensiones siendo las torres de la puerta y la reconstrucción de la antigua Torre del Reloj el eje sobre el que se vertebra el conjunto. Este 'modus operandi' muy discutido en su día dejó de aplicarse en las últimas intervenciones como se puede apreciar en la zona musealizada de la puerta principal, entre las calles de los Remedios y Recoletas, inaugurada en 2011.

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