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OLAYA SUÁREZ
GIJÓN.
Sábado, 26 de septiembre 2020, 01:36
Habría empezado a abusar de ella con 12 años, haciendo por encontrase a solas y diciéndole que la deseaba. Tiempo después, cuando tenía tan solo 14 años, mantuvieron relaciones sexuales, que se prolongaron hasta que ella tenía 17 y se fue del colegio. ... Ahora, el que fuera su profesor, el sacerdote J. E. M., que también fue superior de los jesuitas en La Rioja, afronta una petición de condena a ocho años de prisión por un delito continuado de abuso sexual.
Los graves hechos que se juzgarán en la Sección Octava de la Audiencia Provincial tuvieron lugar en el colegio gijonés de la Inmaculada. Según explica el ministerio público en su escrito de acusación, «el procesado, que en todo momento fue conocedor de la edad de la menor, inició el contacto personal con ella a través de redes sociales y en sus conversaciones le decía que no era de piedra, que la quería y utilizaba las expresiones como 'princesa' y 'solete' para dirigirse a ella. Durante los años 2008 y 2009, y contando la menor con 12 y 13 años, el procesado siguió intimando con ella, provocando encuentros y diciéndole que la amaba y que la deseaba».
En 2010, cuando la adolescente tenía 14 años, «mantuvo los primeros encuentros sexuales con ella, llegando a mantener relaciones completas cuando la joven contaba con 17 años». «Le decía a la menor que era la mujer de su vida, que quería una vida con ella, pero que no podía, debido a su condición de sacerdote. La relación finalizó en septiembre de 2012», añade el fiscal.
Según consta en los informes forenses, los supuestos abusos sexuales continuados durante años le provocaron a la víctima un trastorno ansioso depresivo. No fue hasta 2019, cuando contaba con 25 años, cuando decidió denunciar ante la Policía Nacional lo que le había ocurrido cuando era menor de edad.
El juzgado de Instrucción número 2 de Gijón, con los informes de la Unidad de Familia y Menor (UFAM) de la Comisaría de Gijón, determinó que existían pruebas para considerar al sacerdote J. E. M., autor de un abuso sexual continuado. El procedimiento siguió con la calificación de la fiscalía, que pide para él una condena de ocho años de cárcel, además de la inhabilitación como docente por periodo de cinco años, una orden de alejamiento y comunicación hacia la perjudicada y libertad vigilada durante otros ocho años una vez cumplida la pena de prisión. El juicio no tiene aún fecha.
La orden apartó el 12 de enero de 2019 al sacerdote ahora procesado. Su último destino fue en el colegio de los jesuitas de Logroño y su último cargo era el de superior de la compañía en La Rioja. El religioso, de 49 años, se ordenó en 2004 y su primer destino fue Gijón. Ejerció como profesor de religión y como delegado de las actividades de montaña.
Desde Asturias se trasladó a México para realizar la llamada tercera probación, la última fase de la formación jesuítica. A su regreso fue destinado a La Coruña, donde estuvo cinco años, hasta que llegó a Logroño como profesor en el colegio de la Compañía de Jesús. En 2018 fue nombrado máximo responsable de la parroquia de San Ignacio de Loyola, en Logroño, y superior de la orden en La Rioja.
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