Amigos y familiares de César Méndez despiden al joven. Arnaldo García
Trágico accidente laboral en El Musel de Gijón

«Ningunos padres ni ningunos abuelos deberían pasar por el trance de despedir a un hijo o a un nieto»

Amigos y compañeros de la empresa de montaje arroparon en el tanatorio a la familia de César Méndez, «un chico al que le quedaba toda la vida por delante»

O. Suárez

Sábado, 7 de septiembre 2024, 17:35

«Ningunos padres ni ningunos abuelos tendrían que pasar por el trance de tener que despedir a un hijo y a un nieto. No hay palabras de consuelo en estos momentos para los familiares de César, lo único que se puede hacer es apoyarse en la fe». El diácono Alberto José González definió el fallecimiento del joven de 23 años que sufrió el accidente en El Musel como «una muerte ladrona». «Nos roba la vida de un ser amado y además de forma repentina, sin la posibilidad de darle un último beso, un último abrazo o pedirle un último perdón», pronunció durante el acto de despedida que se celebró en el tanatorio de Cabueñes y en el que la sala se quedó pequeña para albergar a todos los que querían despedirse de un chico «al que le quedaba toda la vida por delante».

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Sus padres, sus abuelos, su hermana, su novia, el resto de familiares y los muchos amigos que deja le brindaron un último adiós entre lágrimas, aún incapaces de asimilar la trágica noticia del siniestro que le costó la vida a él y a su compañero Roberto Martínez.

Entre los presentes, numerosos compañeros guardia civiles de la madre, Asun, y también muchos aficionados a los rallyes, ya que su padre, Rafael, corre desde hace años y es muy apreciado.

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También los trabajadores de la empresa de montajes, que asistieron muy afectados al segundo funeral del día en el que despedían a un compañero. «No hay palabras, no nos lo acabamos de creer porque parece que estamos viviendo una pesadilla y nos vamos a despertar», acertaban a decir.

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