Rocío Carrasco: «Mi madre se acojonó y se calló»

Una soledad en la que ha llamado la atención la actitud de su madre en uno de los momentos más complicados de su vida, cuando comunicó a Antonio David su intención de dejarlo: «Me voy a Chipiona con los niños y cuando vuelva en septiembre presento la demanda de separación», dijo ella, a lo que él respondió a voces según su exmujer: «'Pues te vas a cagar, no vas a saber de dónde te van a venir, te vas a levantar de una y te va a venir otra'. Lo ha cumplido, la única verdad que ha dicho en toda su vida», se lamentaba ante las cámaras. Unas palabras que escuchó su madre, Rocío Jurado, y que le hicieron dirigirse impetuosa a defender a su hija. «En ese momento mi madre vino corriendo a la habitación y le dijo a esta persona, '¿qué mi hija qué?', a lo que Antonio respondió: 'Tú te callas Rocío Jurado. Tú no sabes quién es Antonio David Flores'. Mi madre se acojonó y se quedó callada», relató.

Según su hija, el mayor temor de la chipionera era la posibilidad de que se desencadenara un escándalo público y llega a afirmar que el padre de sus hijos sabía cómo atemorizar a toda su familia. Esa es la única vez hasta el momento que llega a pronunciar el nombre del ex guardia civil, lo que pone de manifiesto la relevancia que para ella tiene ese momento y más aún esas palabras que llegaron a silenciar a Jurado.

Pero su madre no fue la única que hizo sentirse sola a Rocío Carrasco, porque la historia que contó está llena de traiciones. Desde su amiga Cristina Cárdenas, a la que le pidió que le ayudara a confirmar su primer embarazo, momento que aprovecha ella para contarlo a las revistas, hasta su tío Amador que, según la hija de la Jurado, hizo de intermediario para la gestión de la exclusiva de su boda y su luna de miel llevándose «un beneficio». Una exclusiva que tuvo un valor superior a los treinta millones de pesetas (más de 180.000 euros). Pero la deslealtad no se habría quedado solo ahí, sino que habría roto la exclusiva vendiendo en paralelo a otro fotógrafo la luna de miel. «A mi madre se lo digo de soslayo y con él (Amador) tengo una conversación y lo corroboro con una persona de la revista». Desde ese momento, la relación con su tío cambia: «Tengo una conversación que no termina muy bien porque él quería ser mi representante y llego a la conclusión de que no voy a trabajar con él porque eso no lo quiero», asegura.

En su segundo embarazo llegaría la perfidia definitiva. Rociíto cuenta que cuando están pasando el verano en Chipiona, a mediados de julio «empiezo a ver cosas que no me gustan con una determinada chica que se llamaba Sonsoles», y continúa que estando con sus amigos y primos, Antonio David se va a pedir una copa y cuando tarda más de la cuenta, decide ir a buscarlo. «Me lo encontré comiéndose la boca con la tía y el caso es que él me ve», dice en un relato estremecedor. «Yo salgo corriendo del bar y salgo llorando, me da un ataque y me empieza a doler mucho la barriga y empiezo a tener como pinchazos como si fueran contracciones y solo decía 'yo me quiero ir'», detalla nerviosa para añadir que él sale tras ella y le dice las palabras que han sido repetidas en varias ocasiones durante los cebos del programa: «Estás loca, a ti el embarazo te está afectando a la cabeza».

Un terrible episodio que se agrava por ser una doble traición, ya que sus amigos y familiares, según cuenta, eran conocedores de esa situación. «Luego me enteré de que lo sabía todo el mundo menos yo», afirma y subraya: «Lo sabían mis primos, lo sabía mi prima (Rosario Mohedano) que era amiga de Sonsoles». Ese fue el punto de inflexión en el que decidió que su relación con Antonio David se había terminado. Sin embargo, ese convencimiento no la ayudó a evitar ataques de pánico, contracciones de parto, pinchazos y dolores al sentir la traición, no como mujer sino «como madre, porque yo estaba embarazada de él y él estaba utilizando ese embarazo para decirme que yo estaba loca y que lo que estaba viendo no era real». Una situación en la que además tiene que escuchar cómo la gente desde la calle le grita hacia su ventana «eres una cierva embarazada».

Sonsoles es precisamente la razón por la que la pareja tiene la que sería la discusión más grave, la que se ha rumoreado durante años y por la que terminaron en los juzgados. Cuando ella le dice «eres un sinvergüenza», él reacciona con una presunta agresión. «Me cogió del camisón y me sacó medio cuerpo por fuera de la ventana y la barriga me estaba dando en el borde», cuenta. Un momento en que ella saca fuerzas y le espeta: «Procura que cuando llegue abajo me haya matado. Y entonces me soltó rápidamente». Unas circunstancias que él siempre ha negado argumentando que había una reja en la ventana por lo que no había ninguna posibilidad de que eso sucediera.