Dabiz Muñoz y Cristina Pedroche disfrutan de sus vacaciones en Asturias

Después de su parada por Galicia, llegaron al Principado con ganas de naturaleza y gastronomía y las están saciando, no cabe duda. Su viaje arrancó con una subida al pico Pienzu que los agotó, pero que, por supuesto, les encantó, no es para menos. «Estuvimos dos horas y media subiendo, aunque sin duda lo peor fue bajar», decía la presentadora al acabar la ruta. Ella confesaba que había sentido «mucho vértigo», pero igualmente la aventura había merecido la pena. «Me siento orgullosa de haberla hecho y las vistas (pese a la niebla) son espectaculares», reconocía y él apostillaba: «Preciosa ruta, me lo he pasado en grande».

Más allá de la naturaleza, de lo que más están disfrutando es de la gastronomía. En Casa Marcial, aprovecharon para probar un menú variado del que lo que más les gustó fue uno de los platos estrella del restaurante de Nacho Manzano, el pitu de caleya.

Su siguiente parada gastronómica la hicieron en Gijón, en Farragua, donde «comieron, disfrutaron y estuvieron muy a gusto», como asegura su chef, Ricardo Fernández. Para él, fue «uno de mis mejores días como profesional. Tenerlo ha sido increíble, todavía lo estoy digiriendo», decía. «Charlar un rato con él de algunos puntos de vista que tiene sobre la vida de un restaurante y sobre la vida en general fue una delicia y no tiene precio», añadía.

Allí, degustaron croquetas de puchero y siguieron con un guiso de tendones, pieles de rape y callos de bacalao que Muñoz definió como «brutal». El chef afirmaba que se trata de «un restaurante humilde y pequeñito, pero con una cocina original, sabrosa y con una relación calidad precio increíble», lo definía. «Es un sitio con mucha alma que dará mucho que hablar y que tiene una proyección muy grande», proseguía. No cabe duda de que les gustaron esos platos, a los que luego se sumó faisán, merluza y mollejas.

A la pareja no se les han acabado aún las ganas de disfrutar de la comida, así que continuaron su viaje con una parada en el restaurante Güeyu Mar, donde tocó degustar nécora y percebes a la brasa, sardina con la piel crujiente, salpicón de bogavante, rey y chipirones. Al acabar de probarlo todo, Muñoz aseguraba que este establecimiento es «un templo del producto» y sabe de lo que habla. Está claro que Asturias les está gustando, todo pinta a que repetirán.