La Sidrería Yumay de Avilés celebra 50 años

Cincuenta años después de que el 27 de marzo de 1975 abriese sus puertas, la Sidrería Yumay, bar-cervecería en sus dos primeros años de vida, está de celebración. Nada más y nada menos que las bodas de oro, que la empresa familiar festejará este viernes, 28 de marzo, con una cena «para amigos y clientes habituales» cuya lista lleva cerrada semanas. «Hemos tenido dos bajas de dos personas de Madrid y casi que ha sido una alegría, porque teníamos a bastante gente a la espera», sonríe Justo García, la cabeza visible del restaurante junto a su mujer Lola Sánchez.

Todo comenzó en 1975, cuando Justo tenía quince años. «Empezó siendo un bar pequeñito, una cervecería, y el nombre viene de un viaje que tres de mis hermanos, que llevaban el negocio junto a mis padres, hicieron a Ibiza. Había un establecimiento allí que se llamaba así y les gustó. En 1990 estuve tentado a cambiarlo, pero me fue imposible y ya no tenía sentido».

Como cervecería duró un par de años, pues «estaba claro que teníamos que dar el paso a sidrería. De aquella la cerveza tenía muy poco mercado aquí». Lo de la sidra funcionó, pero sobre todo los pollos asados. «Teníamos una máquina y funcionaba de maravilla. Fue un error quitarla en 1990. Todavía hoy lo pienso, porque desde entonces no han sido pocos los que se han pasado por aquí preguntando por el pollo asado», rememora Justo junto a su mujer Lola Sánchez.

A pesar de su crecimiento a lo largo de todos estos años, el Yumay sigue siendo una empresa familiar. Junto al matrimonio, trabajan en el restaurante otros tres hermanos de Justo: Javier, el hermano más joven, Esther y Mariluz, estas dos últimas en la cocina. En 1991 el Yumay se convirtió en una Sociedad Limitada y desde 1998 es Justo la cabeza visible. Antes, en 1990, tuvo lugar una de las reformas más importantes del local: «Compramos el edificio entero, vaciamos el segundo piso para hacer un comedor e hicimos una vivienda en la parte de arriba».

El siguiente gran cambio llegaría bastantes años después, en 2007, cuando el Yumay tomó el aspecto que conserva en la actualidad. «Fue un gran cambio. En la parte interior había como unos jardines, se les llamaban huertas, y fue ahí donde ampliamos el comedor, construimos toda la parte de fuera, más baños... Fue una obra muy importante a todos los niveles».

Con la empresa y la clientela consolidadas, Justo García dio un paso más en 2011 con la creación, por mediación de Carlos Guardado, de la cofradía Gastrónomos del Yumay. «Se me ocurrió la idea al comprobar lo bien que vendían todo el tema del Albariño en Galicia. Que estaba ya presente hasta en Andalucía, con varias marcas. Quise hacer lo mismo aquí con la sidra, se lo comenté a Carlos y en un día ya éramos cincuenta en la cofradía».

Como «un tiempo después se creó otra cofradía para la sidra en Nava, nosotros decidimos entonces centrarnos en los productos asturianos. Ahora mismo seremos sobre sesenta en la cofradía». Gracias a este paso, Gastrónomos del Yumay ha conseguido entablar relaciones con cofradías de todo el país, recibiendo diferentes premios, aunque «es raro que nos presentemos a ninguno» y creando galardones propios, como los Comensales de Honra o los Gastrónomos Predilectos de Honor, una categoría que reconoce la trayectoria de deportistas de la comarca.

Otro de los eventos que situó al Yumay en el mapa es su Certamen Internacional del Jamón Ibérico Grande Covián. Los años pasan, Justo ya ha cumplido 65 y este año se jubilará, por lo que el Yumay busca comprador. «El negocio va bien, solo hace falta gente profesional que continúe con él. Ojalá la encontremos».

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