Nacho Manzano entra en el Olimpo de la cocina

El chef al frente de Casa Marcial (La Salgar, Parres) consigue el premio en esta XLVI edición por su capacidad para «modernizar la tradición gastronómica asturiana, encontrando un lenguaje culinario propio que ahonda en su legado, en el producto local y en el paisaje a través de técnicas impecables», reza el fallo del jurado. Ferran Adrià fue el encargado de explicar los motivos por los que los miembros se decantaron por el asturiano. Lo hizo tirando de elogios hacia «un cocinero extraordinario que lo tiene todo, una calidad gastronómica brutal, visión internacional, grandes dotes empresariales y una trayectoria impecable». Adrià presidió un jurado integrado además por Lourdes Plana, José María Sanz Magallón, José Carlos Capel, Miguel Garrido, Cuchita Lluch, Juan Rodríguez Inciarte y Luis Suárez de Lezo.

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Jessica M. Puga

Las buenas noticias le llegaron ayer mismo por mediación de Lourdes Plana, presidenta de la Real Academia de Gastronomía. «Siento una alegría inmersa», explicaba el chef, que recibe el premio «en un año redondo en el que parece que se alinearon los astros»: sopló 50 velas en la tarta el pasado mes de septiembre y cumple 35 años de oficio.

Su gran proyecto, su nave nodriza tras aprender el oficio en Gijón siendo poco más que un niño, es Casa Marcial. Pero además de la casa familiar que transformó en restaurante y dotó de dos estrellas Michelin y tres soles Repsol, Manzano gestiona junto a sus hermanas, Esther, Sandra y Olga, los restaurantes Gloria, con sedes en Gijón y Oviedo, un catering y desde este mismo año Narbasu, en el Palacio de Rubianes (Cereceda). Por eso hace extensible el premio a la familia: «Yo soy la cara visible, pero somos un 'pack', siempre lo hemos sido».

También tiene el flamante Premio Nacional de Gastronomía en la categoría de Mejor Jefe de Cocina presencia internacional. Es el director gastronómico desde hace más de una década de Ibérica Restaurants, con cinco restaurantes en Londres, lo que le convierte en «uno de los mejores embajadores de la marca España». Y ante todo de Asturias. «Cuando empecé lo hice no con ciertos complejos porque, aunque mi formación fue buena, no salí a cocinas de fuera ni tuve grande medios técnicos, así que hice de Asturias mi fuente de argumentos». Por eso lleva la 'tierrina' en todos sus platos.

Manzano espera que su premio sea un granito de arena extra para colocar a la región en el mapa del buen comer. El mismo premio que él consiguió ayer y recogerá el 22 de noviembre en Madrid lo logró Fernando Martín, de Trascorrales, en 1989. «Lo conocí cuando estuve en Casa Víctor. Era un hombre con una personalidad arrolladora y todo un referente, un hombre visionario que cuidaba todos los espacios y no solo la cocina porque entendió el restaurante como un espacio global», cuenta Manzano. Hoy le toca celebrar a él.