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Alberto Asensio, en Lastres, con los dos tipos de su cerveza Beertín. paloma ucha
ALBERTO ASENSIO: «Empieza a ser normal comer con cerveza, los jóvenes van entrando»
ALBERTO ASENSIO

«Empieza a ser normal comer con cerveza, los jóvenes van entrando»

ELABORA LA CERVEZA BEERTÍN ·

Lo que en Europa es habitual empieza a dejar de ser raro en España. En El Barrigón de Bertín maridan su carta con la cerveza que ellos mismos elaboran

Jueves, 21 de julio 2022, 12:02

Alberto Asensio empezó a combinar la tarea en su restaurante El Barrigón de Bertín, en Lastres, con la elaboración casera de cerveza en 2015 decidiéndose así a combinar sus dos grandes aficiones. En 2019, se fue al Instituto de la Cerveza Artesana de Barcelona para ampliar conocimientos y, tras culminar cursos sobre elaboración artesana y emprendimiento para pequeñas cervecerías, se decidió a ampliar la aventura. Ahora comercializa dos variedades de Beertín de las que produce 3.000 litros «sin capital externo, tan solo tirando de nuestros ahorros para hacerla y venderla, de lo que también nos encargamos nosotros», cuenta.

-¿Qué es Beertín?

-Son dos variedades de cerveza artesana. Una es una 'pale ale' muy suavina, aromática y con poca carga de lúpulo para que no resulte amarga y sea adecuada para todos los gustos. Su peculiaridad es que lleva un poquitín de malta de centeno, lo que le da un toque ácida característico y la hace mucho más fácil de beber. La otra, que llamamos 'la roxa', es 'red ale' con, también, poca carga de lúpulo y más aromáticos que amargos.

-Fue poco a poco, primero se centró en una y hace poco sacaron la 'red'. ¿Por qué?

-Esperamos a ver la respuesta del consumidor y, al ser buena, ahora solo tenemos nuestra cerveza en el restaurante. El primer año todavía la teníamos industrial, pero ahora ya no.

-¿Cómo lo recibe los clientes, sobre todo los que no son habituales?

-Van aceptándolo poco a poco. Lo bueno que tienen estas cervezas es que, al ser poco lupuladas son bastante suavinas en cuanto a amargor, entonces son fáciles de entrar.

-Pensadas para acompañar comidas, imagino.

-Exacto, para maridar con los platos del restaurante. Por eso desde el principio tuve claro que no tenían que tener mucha carga de lúpulo, para así no sobrepasar ni condicionar las comidas.

-Comer con cerveza es muy europeo, en España todavía choca. ¿Lo nota?

-Me gusta mucho ir a Alemania y Bélgica y, claro, allí las cervecerías abundan y es habitual comer bebiéndolas, pero también tienen mucha variedad de estilos, hablo de 10 ó 15 diferentes fácilmente, cuando aquí los que solemos tener son dos o tres. Dicho lo cual, aquí, poco a poco, empieza a ser normal comer con cerveza, sobre todo los jóvenes van entrando por ello.

-¿Cómo las marida en El Barrigón?

-La roxa, por las maltas caramelizadas que lleva, va muy bien con entradas y quesos. La otra es un poco más todoterreno porque su toque ácido le hace ir súper bien con todo.

-¿Dónde elabora?

-Estoy alquilado en Lleida en Click and Brew, una fábrica cooperativa, la única que hay en España dedicada exclusivamente a hacer cerveza para otra gente. Y aquí hago la pale ale. Y la red ale la hago en Suances, en una fábrica pequeñita que, la verdad, tiene buena tecnología.

-¿Por qué no en el mismo lugar?

-Porque voy yo personalmente a hacerlas y no me supone lo mismo ir a Lleida que a Cantabria. Ni en tiempo y dinero hay comparación. Cuando voy a Suances a elaborar salgo de casa a las seis de la mañana y a las seis de la tarde estoy en casa, mientras que cuando voy a Cataluña tengo que hacer noche seguro.

-Cuántas cervezas habrán empezado haciéndose en casa...

-La nuestra (Ríe). Empezamos en 2015 a hacerla en casa. Uno por otro vas haciendo pruebas y dándola a probar y un día se nos ocurrió buscar una fábrica. Me lancé con 500 litros y así llegué a Lleida. Al ver que la aventura fue bien, que la cerveza tuvo acogida, me decidí a producir de verdad, y ahora tenemos 1.500 litros de cada tipo.

-¿Dónde más la comercializa?

-En restaurantes y tiendas de Colunga, Villaviciosa y Caravia. Nosotros nos encargamos de todo, desde elaborar a prevender y repartir, así que no planteamos irnos muy lejos porque sino sería imposible.

-¿Cómo empieza el verano?

-Un poco raro, porque estamos yendo a trompicones; un día trabajamos como si fuera el 15 de agosto, al siguiente estamos relajados y al siguiente vuelve a ser 15 de agosto. Antes era más lineal, empezaba el movimiento el 15 de julio e iba creciendo progresivamente.

-Tras la pandemia, el consumidor reservaba. ¿Se mantiene algo?

-Lo de la pandemia se quedó ahí, ya estamos igual que antes. La gente quiere empezar a comer a las cuatro de la tarde y cenar a las once y media. Como están en vacaciones hacen lo que quieren y no se dan cuenta de que nosotros estamos trabajando. Por eso en El Barrigón no sentamos a nadie a partir de las 15.30 y de las 22.15 horas, y aún así nos pasamos quince horas aquí dentro.

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