ANDRÉS SUÁREZ
OVIEDO.
Miércoles, 29 de mayo 2019, 00:56
Aunque sin alcanzar la mayoría absoluta, la abrumadora victoria cosechada por el PSOE en la noche del 26-M ha contribuido a sumir en un cierto letargo el escenario postelectoral en Asturias. La posición de fuerza que otorgan esos 20 diputados, que aseguran a Adrián ... Barbón la investidura y le permiten varias alternativas a la hora de pensar en manejar la legislatura, contribuye a que los socialistas prioricen la resolución del mapa local para después entrar en harina autonómica. El resultado del domingo da margen al político lavianés para plantearse gobernar en solitario y mediante pactos puntuales, con la izquierda -Podemos e IU- como prioridad aunque aritméticamente se abren otras alternativas, caso de Ciudadanos. El partido naranja quiere conocer por boca del futuro presidente su programa para la región antes de pensar en posibles diálogos o entendimientos concretos, pero su portavoz en Asturias y diputado nacional, Ignacio Prendes, achica los espacios al dejar claro que nada será posible si el PSOE no reniega de «populismos y extremismos».
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El panorama autonómico entra en una fase abierta y todavía marcada por la indefinición. Primero porque es cierto que, por calendario, la composición de los ayuntamientos debe finiquitarse antes y son varios los consistorios cuyo futuro está todavía en el aire, con Oviedo como principal exponente. Habrá que ver en qué medida la resolución de esos frentes abiertos impacta luego sobre la situación regional. Y luego está también la variable nacional. Por un lado se deshincha la entrada de Podemos en el próximo gobierno de Pedro Sánchez, al tiempo que esa tensión extrema que existía entre las direcciones de PSOE y Ciudadanos, entre Sánchez y Albert Rivera, comienza a dar signos -aunque con muchos matices y muchas puntualizaciones- de un cierto relajo. Es difícil pues atisbar hoy como estarán las cosas dentro de un mes, con un clima político tan voluble y variable.
La posibilidad de un gobierno en Asturias de Barbón en solitario que navegue a través de acuerdos puntuales abre un escenario interesante. La lógica y los discursos escuchados en estas semanas apuntan a que el futuro presidente busque apoyarse en Podemos e IU. Pero la diferencia con la pasada legislatura y con el margen de maniobra de que dispuso Javier Fernández, que sí pactó un presupuesto con el PP pero en unas circunstancias muy condicionadas por la política nacional que difícilmente se volverán a repetir, es que ahora Barbón, si la vía de la izquierda se ciega, tiene otras posibilidades al alcance de la mano. Ciudadanos, con sus cinco escaños, es una de ellas.
El partido naranja ha comenzado a suavizar su discurso hacia el PSOE, aunque las diferencias son aún enormes. En Asturias Prendes quiere conocer el programa político y de gobierno de Barbón antes de pensar en hipotéticos diálogos, que vincula a que los socialistas asturianos renieguen de actuaciones «extremistas y populistas» y guíen su actuación por la idea de la igualdad y la unidad del país. El mensaje viene a plantear que el futuro presidente marque distancias con las políticas que Ciudadanos afea a Pedro Sánchez.
De cumplirse esos condicionantes, Ciudadanos sí se plantearía abordar un diálogo a partir de las prioridades establecidas en su programa, caso de las medidas de regeneración democrática o las propuestas para dinamizar la actividad económica y empresarial en la región. «De lo contrario, nos tendrán enfrente», advierte Prendes, que presume de la influencia creciente de su formación, la que más sube en Asturias después del PSOE.
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