La UE lanza su plan por la competitividad con ayudas específicas para descarbonizar la industria

Dado el gran obstáculo que suponen los precios elevados y volátiles de la energía, la hoja de ruta establece ámbitos de intervención para facilitar el acceso a una energía limpia asequible. El próximo Pacto Industrial Limpio establecerá un enfoque de descarbonización impulsado por la competitividad, que pretende que la Unión Europea «sea un lugar atractivo para la fabricación, también en el caso de las industrias de gran consumo energético, y promover las tecnologías limpias y los nuevos modelos de negocio circulares». Además, un Plan de Acción para una Energía Asequible contribuirá a reducir los precios y costes de la energía, mientras que una Ley de Aceleración de la Descarbonización Industrial ampliará la concesión agilizada de permisos a los sectores en transición. Asimismo, la Brújula para la Competitividad prevé planes de acción a medida para los sectores de gran consumo energético, como el acero, los metales y los productos químicos, que «aun siendo la columna vertebral del sistema europeo de fabricación, son los más vulnerables en esta fase de la transición».

Medidas clave para Asturias, donde dichos sectores son esenciales para su economía. Sobre todo en el caso de la siderurgia, donde Arcelor ha dejado en suspenso la inversión en la planta de reducción directa del mineral de hierro (DRI) prevista en la fábrica de Gijón –junto a las del resto de Europa–, entre otros factores, por los altos costes operativos de la instalación debido a unas abultadas tarifas energéticas. De ahí la insistencia de los accionistas mayoritarios de la compañía, la familia Mittal, para que la UE aplique políticas en defensa de la siderurgia. Hay que recordar que Séjourné prometió un plan para el acero en los primeros 100 días de mandato del nuevo Ejecutivo comunitario, debido a la complicada situación que atraviesa el conjunto de la siderurgia europea por la competencia de terceros países como China y Turquía, que inundan el mercado de acero a muy bajo precio, al no tener que afrontar estrictas medidas ambientales.

Estrechamente vinculado a la siderurgia está el Mecanismo de Ajuste de Carbono en Frontera (CBAM, por sus siglas en inglés), que la CE revisará para analizar la posible ampliación de su alcance a más sectores que los actuales y productos derivados, así como «posibles medidas para atajar el impacto en la exportación de bienes relevantes». «Europa necesita combatir la fuga de carbono en sus industrias», recalca la estrategia. El eurodiputado asturiano Jonás Fernández celebró así el rechazo a la petición del PP europeo de retrasar dos años la aplicación del CBAM. No obstante, el socialista advirtió de las dificultades que pueden surgir durante la revisión: «No somos ingenuos respecto a la postura que adoptará el PP de aquí en adelante y de su capacidad de presión en el contexto político actual».

Para lograr los objetivos de la Brújula para la Competitividad, Bruselas pide «explotar completamente los beneficios del Mercado Único» a través de la «eliminación de barreras», así como enfocando el presupuesto comunitario en la financiación a la innovación. El primer paso será la simplificación de la regulación europea, con una propuesta de la Comisión que llegará el mes que viene.

Bruselas también quiere priorizar el 'made in Europe' (hecho en Europa), mediante el impulso a la contratación pública de empresas locales frente a las chinas o estadounidenses, que «se benefician de condiciones desiguales o subvenciones poco transparentes». La estrategia –que combina las ideas recogidas en los informes del expresidente del Banco Central Europeo Mario Draghi y el ex primer ministro italiano Enrico Letta, pero que no aterriza ninguna medida concreta– también incluye una reforma de las ayudas de Estado, de manera que no tengan ventaja los países con más recursos y se asegure así «la igualdad de oportunidades en un mercado global». «Las ayudas de Estado tienen que ser más rápidas, flexibles e incluir esa dimensión global» para competir con las que ofrecen Estados Unidos y China.