![Teletrabajo sí, pero no radicalmente](https://s2.ppllstatics.com/elcomercio/www/multimedia/202101/10/media/cortadas/teletrabajo-k04F-U130179678290KsB-1248x770@El%20Comercio.jpg)
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sandra s. ferrería
Domingo, 10 de enero 2021, 21:18
En marzo el modelo de trabajo tuvo un cambio radical para muchos. Hasta entonces algunas empresas tímidamente daban sus primeros pasos en el teletrabajo, pero a mediados de marzo, de la mano del estado de alarma y un estricto confinamiento, miles de empresas se ... vieron obligadas a trasladar las oficinas a las casas de sus empleados. Desde entonces, algunos han regresado de manera paulatina a las empresas, otros continúan practicando el trabajo remoto. Tal ha sido el cambio que hasta el Gobierno central se vio obligado a regular este nuevo modelo de producción.
Dada la importancia del asunto, la asociación Compromiso Asturias XXI formó un subgrupo de trabajo, dentro del dedicado a la tecnología, para ahondar en este nuevo fenómeno.
Roberto Díaz Estrada es el encargado de coordinar el grupo de Tecnología. Él trabaja en Products CTO at Minsait. «Estábamos en medio del confinamiento y era obvio que esto era un tema relevante y candente», señala. El teletrabajo es un cambio entre el empleado y la empresa que desvincula el lugar del trabajador con el centro de trabajo «pasa parecido con el aprendizaje y el comercio electrónico». «Ya existían estas modalidades, pero lo que hemos visto en esta crisis es que avanzar en estos modelos nos ha salvado», señala. Según los datos que maneja, en el año pasado casi un 30% de los trabajadores «en algún momento del año han hecho teletrabajo», lo que ha permitido mantener una parte de la economía.
No obstante, Díaz señala que el modelo de 100% de teletrabajo «es difícil» y que la tendencia cuando pase la crisis sanitaria será avanzar hacia «modelos mixtos» en los que las empresas combinarán el teletrabajo con el trabajo presencial algunos días de la semana.
José Ramón Zuazua trabaja en la CNMV como director de sistemas. Precisamente él fue el encargado de liderar este subequipo formado por Compromiso Asturias XXI. «El teletrabajo se ha disparado», asegura. A titulo personal explica que en la CNMV el 16 de marzo «todos nos fuimos para casa» y ahora el 90% de trabajadores. «Fue algo obligado pero que salió bien», recuerda.
Ha habido muchas compañías que se han mostrado reticentes a la idea de teletrabajar, «las empresas no se lanzaron a este tema porque la gente no estaba en la oficina, no la veías y el tema de la pandemia ha servido para quitarnos ese miedo».
Toño Colino es otro de los miembros de Compromiso Asturias XXI. Trabaja en la multinacional Mars desde hace 20 años. Ya en 2003 empezaron a dar sus primeros pasos en el teletrabajo «teníamos que conectar el móvil, que era un Nokia, al ordenador» lo que únicamente le permitía acceder a algunos emails.
El departamento de recursos humanos pedía 'feedback' para conocer la experiencia de sus empleados, y decidir si promoverlo o no. «Funciónó», por lo que desde 2010 el trabajo en remoto ya era algo «normal». Esto le ha dado la oportunidad de regresar desde Alemania, donde trabajaba, a Gijón. «Tengo una casa en un pueblo de Villaviciosa y alterno Gijón con la villa». ¿El problema? La dificultad de encontrar conexión a internet en el pueblo.
Colino recomienda el trabajo en remoto a todo el mundo «pero hay gente que necesita la interacción personal» que no permite el teletrabajo. No obstante, afirma que en 9 meses de pandemia se consiguió lo que algunas empresas tenían para sus agendas programado para 2025-2030. «La gente se está dando cuenta de que no hay que irse del país para trabajar, lo empezarán a demandar aunque solo sea algunos días. Posiblemente sea el modelo del futuro, o a medio plazo», es su conclusión.
Diferente es la experiencia de Luis Seisdedos que trabaja en París, en Orange, en el departamento de sistemas informáticos. Su primera experiencia con el trabajo en remoto fue durante el primer confinamiento, algo que se repite desde octubre y con vistas a durar hasta después de Navidad. Para él es «complicado» ya que lo debe combinar con un confinamiento en un momento en el que vive solo. La ventaja: se ahorra una hora de transporte público al día; la negativa: «te sientes más desmotivado sin la presencia física de compañeros».
Aitor Díaz trabaja en Arcadyan Technology. Su puesto está en Barcelona pero la pandemia le ha permitido regresar a Asturias «desde marzo. Y sigo trabajando igual». Para él, el miedo de las empresas a esta modalidad laboral es histórico. «Piensan que un trabajador va a rendir más cuando está en la oficina, y eso no tiene por qué ser así».
Para Javier Puente, presidente de HSMAI y propietario de un hotel boutique en México, el teletrabajo «es un mito», ya que solo el 5% de la población mundial podría hacerlo. ¿Por qué? «Porque es muy difícil generar confianza si no estás enfrente en sociedades tan empáticas como la hispana».
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