Teletrabajo como oportunidad

En abril de este año, según la encuesta realizada por Eurofond, un 30,2% de las personas empleadas en España aseguraban haber comenzado a teletrabajar a raíz de la situación creada por la pandemia.

El dato contrasta con el 4,9% de los asalariados que, según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), afirmaban hacerlo habitualmente al cierre de 2019, un porcentaje inferior a la media europea y que, además, evolucionaba de forma muy lenta hasta la llegada de esta crisis.

El teletrabajo ha sido tradicionalmente un tabú para muchas empresas debido principalmente a la cultura de desconfianza que existe en determinados sectores, parece que si no se está físicamente en la oficina trabajando y el jefe o los compañeros vigilando, el trabajador va a rendir menos o va a estar casi de vacaciones. El COVID-19 ha roto en gran medida este rechazo al cambio de modelo. Se ha demostrado que el teletrabajo no baja la productividad ni la eficiencia.

Todo cambio de modelo trae consigo siempre un cambio en los procedimientos y en la gestión. Para que el teletrabajo funcione adecuadamente es imprescindible considerar a los empleados lo suficientemente maduros para compaginar su vida personal y privada con sus obligaciones profesionales. También requiere un enfoque de la productividad orientada fundamentalmente a la consecución de objetivos, restando importancia a los horarios rígidos, a la permanencia en el puesto de trabajo y a algunas de las rigideces tradicionales.

Es evidente que este nuevo modelo de trabajo requiere la adaptación por parte de las empresas y por parte de los empleados.

Ventajas e inconvenientes

El teletrabajo tiene un impacto favorable tanto para los empleados, como para las empresas. Algunas de sus ventajas son las siguientes:

Para los empleados

Permite una mejor conciliación entre la vida familiar y profesional debido a la mayor flexibilidad de los horarios.

Desaparecen los tiempos de traslado, evitando los atascos de tráfico o las aglomeraciones en el transporte público que tanto tiempo hacen perder, especialmente en las grandes ciudades.

Reduce los gastos. Fundamentalmente de transporte y comidas fuera de casa.

Se puede elegir el lugar en el que residir con independencia de la ubicación de la empresa para la que se trabaja, lo que supone una motivación extra.

Para las empresas

Reduce costes ya que se requiere menos espacio físico y reduce la logística de la oficina.

Retiene y atrae talento. El teletrabajo es un atractivo más para que las empresas puedan disponer de perfiles adecuados a sus necesidades.

Las generaciones jóvenes valoran muy positivamente la posibilidad de teletrabajar. Una empresa que ofrece teletrabajo está dispuesta a contar con empleados jóvenes y preparados, que se destacan por su creatividad, innovación y conocimiento de otros mercados, que tiene voz en las redes sociales y que por medio de las mismas puede dar a conocer su compañía.

Reduce el absentismo laboral y los conflictos en el puesto de trabajo.

Pero también tiene inconvenientes que es necesario tener en cuenta.

Para los empleados

Sensación de aislamiento. Quizás el mayor problema del teletrabajo. La falta de relación con otros compañeros puede provocar que el trabajador se acabe excluyendo y sintiéndose demasiado solo. El contacto humano sigue siendo necesario.

Un reciente estudio de Morning Consult para el New York Times indica que el 58 % de los estadounidenses que teletrabajan se sienten desconectados del entorno laboral y de sus compañeros, y que el 44 % se sienten más solos y aislados.

Aumenta el sedentarismo por lo que crecen los problemas físicos.

Aumenta el riesgo de no desconectar del trabajo.

Si no se plantea de manera adecuada dificulta el trabajo en equipo. Es necesario disponer de buenas herramientas.

Para las empresas

Reduce la posibilidad de aprendizaje, algo fundamental sobre todo para las personas que se incorporan a una empresa.

Pueden existir problemas de confidencialidad. Los ciberataques cada vez son más frecuentes y realizar el trabajo con medios telemáticos hace que la seguridad de los mismos sea fundamental.

Posible inversión y costes iniciales a tener en cuenta.

Otro inconveniente que puede surgir es la aparición de la microgestión (micromanagement), es decir el excesivo control y atención a los detalles por parte de los líderes de los equipos de trabajo. La falta de convivencia en el lugar de trabajo puede llevar a los jefes a querer ejercer un excesivo control sobre las personas a su cargo, que en el caso del teletrabajo se suele ejercer a base de llamadas de teléfono muy frecuentes. Esa situación genera ansiedad en las personas y por tanto baja en su productividad. Es imprescindible cambiar control por confianza.

Nueva Regulación

Se ha oído mucho en estos últimos meses que el teletrabajo «ha llegado para quedarse» y eso parece. Prueba del interés suscitado es la publicación en el Boletín Oficial del Estado de dos Reales Decretos:

Real Decreto-ley 28/2020, de 22 de septiembre, de trabajo a distancia. Aplicable al sector privado.

Real Decreto-ley 29/2020, de 29 de septiembre, de medidas urgentes en materia de teletrabajo en las Administraciones Públicas y de recursos humanos en el Sistema Nacional de Salud para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19. Aplicable al sector público.

El Real Decreto 28/2020 tiene por objeto: «proporcionar una regulación suficiente, transversal e integrada en una norma sustantiva única que dé respuestas a diversas necesidades, equilibrando el uso de estas nuevas formas de prestación de trabajo por cuenta ajena y las ventajas que suponen para empresas y personas trabajadoras, de un lado, y un marco de derechos que satisfagan, entre otros, los principios sobre su carácter voluntario y reversible, el principio de igualdad de trato en las condiciones profesionales, en especial la retribución incluida la compensación de gastos, la promoción y la formación profesional, el ejercicio de derechos colectivos, los tiempos máximos de trabajo y los tiempos mínimos de descanso, la igualdad de oportunidades en el territorio, la distribución flexible del tiempo de trabajo, así como los aspectos preventivos relacionados básicamente con la fatiga física y mental, el uso de pantallas de visualización de datos y los riesgos de aislamiento».

Las principales novedades que introduce este Real Decreto son:

El trabajo a distancia será voluntario tanto para el empresario como para el trabajador.

La negativa del trabajador a aceptar la modalidad de trabajo a distancia, o bien las dificultades para el desarrollo adecuado de la actividad laboral a distancia, no se consideran causas justificativas de la extinción de la relación laboral.

Se entenderá que el trabajo a distancia se realiza de manera regular, cuando en un periodo de referencia de tres meses, se presten servicios bajo esta modalidad un mínimo del treinta por ciento de la jornada o el porcentaje proporcional equivalente en función de la duración del contrato.

El acuerdo de trabajo a distancia deberá realizarse por escrito y podrá incorporarse al contrato de trabajo inicial o bien realizarse en un momento posterior. En cualquier caso, dicho acuerdo debe estar firmado antes del inicio de la prestación de servicios en la modalidad de trabajo a distancia

La decisión de trabajar a distancia desde una modalidad de trabajo presencial será reversible, así como la modificación de las condiciones establecidas en el acuerdo de trabajo a distancia y los porcentajes de trabajo presencial.

El desarrollo del trabajo a distancia deberá ser compensado por la empresa y no podrá suponer para el trabajador ningún gasto en relación con los equipos, herramientas y medios vinculados al desarrollo de su actividad laboral.

Con carácter general, las personas que desarrollen su actividad profesional bajo la modalidad de trabajo a distancia deberán disponer de los mismos derechos que hubieran ostentado si prestasen servicios de manera presencial en el centro de trabajo de la empresa.

Las personas trabajadoras a distancia tendrán derecho a percibir como mínimo la retribución total establecida conforme a su grupo profesional, nivel, puesto y funciones, así como los complementos establecidos para las personas que presenten servicios de manera presencial.

Por su parte el Real Decreto 29/2020 tiene por objeto: «configurar un marco normativo básico, tanto desde la perspectiva del régimen jurídico de las Administraciones Públicas, como desde el punto de vista más específico de los derechos y deberes de los empleados públicos, suficiente para que todas las Administraciones Públicas puedan desarrollar sus instrumentos normativos propios reguladores del teletrabajo en sus Administraciones Públicas, en uso de sus potestades de autoorganización y considerando también la competencia estatal sobre la legislación laboral en el caso del personal laboral», y se estructura en tres artículos:

Modificación del texto refundido de la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público, aprobado por Real Decreto Legislativo 5/2015, de 30 de octubre.

Medidas de contratación excepcional de personal facultativo y no facultativo.

Prestación excepcional de servicios del personal médico y de enfermería estatutario, laboral y funcionario.

Teletrabajo en Asturias

El teletrabajo puede ser una oportunidad para el progreso de Asturias que se puede articular en tres facetas del mismo:

Personas, asturianos o no, que residen fuera y que podrían establecer su residencia permanente en Asturias. Esto propiciaría el retorno del talento que ha tenido que emigrar y atraería trabajadores que invierten su salario en la región y provocan el crecimiento de la misma.

Personas que residen habitualmente en Asturias y que podrían trabajar para empresas de cualquier parte del mundo, lo que traería consigo más contrataciones de gente de la región y por tanto más empleo. La aportación de personas que trabajan para empresas de fuera de Asturias con métodos y maneras diferentes a los que utilizan las empresas de la región sería de gran interés, así como las posibilidades para los estudiantes la Universidad de Asturias en las que hay Escuelas con mucho potencial que se podría ver incrementado.

Empresas asturianas que podrían tener trabajadores residiendo en cualquier parte del mundo, con lo que supone de beneficio en cuanto a las posibilidades de tener personal cualificado y con experiencia.

Conseguir que Asturias sea atractiva para teletrabajar tiene dificultades que se deben superar, algunas de ellas son las siguientes:

Mala conectividad en ciertas zonas de la región. Es imprescindible que todas las zonas asturianas, y no solo Oviedo, Gijón y Avilés, ofrezcan unas telecomunicaciones de calidad. Hay personas dispuestas a establecer su lugar de residencia en la Asturias rural si disponen de la infraestructura necesaria para desarrollar su trabajo. Ya tenemos ejemplos de ello.

Comunicaciones de Asturias con el resto de regiones. Trabajadores de algunos sectores seguirán necesitando desplazamientos más o menos puntuales para asistir de manera presencial a actos de empresa. Es por tanto imprescindible que se ofrezcan mejores comunicaciones fundamentalmente aéreas, con más vuelos desde el aeropuerto de Asturias, y la llegada del AVE.

Las personas que puedan venir a residir a Asturias necesitarán unos servicios, tanto públicos como privados, eficientes y de calidad. La mejora de estos servicios sin duda hará a la región más atractiva para establecer en ella la residencia habitual.

Competencia con otras regiones de España que ya se están ocupando de atraer teletrabajadores, por ejemplo Canarias.

Algunas propuestas para lograr vencer esas dificultades:

Es imprescindible mejorar la conectividad, especialmente en zonas rurales, aunque también en ciudades y zona centro, aquí entran en juego las operadoras. La tecnología 5G puede ser un gran avance.

Fomentar centros de teletrabajo y coworking, antes más enfocados a emprendedores, ahora también a trabajadores por cuenta ajena que los quieran utilizar. «Puedo no tener conectividad en mi pueblo, pero voy al coworking como si fuese mi oficina».

El papel de las Administraciones Públicas, y las facilidades que éstas puedan brindar, son cruciales para que Asturias se posicione como destino de teletrabajo. Es de destacar en este aspecto la iniciativa del Instituto de Desarrollo Económico del Principado de Asturias (IDEPA) dependiente de la Consejería de Industria, Empleo y Promoción Económica, el cual a través de su área Invest in Asturias, #SafeWorkParadise, ha presentado una campaña para fomentar el teletrabajo desde Asturias. Además ofrece un ecosistema de apoyo a las personas que ya se encuentran teletrabajando en nuestra región para fomentar, de esta manera, una comunidad con gran valor añadido instaurando espacios de trabajo, redes profesionales y la facilidad para establecer los contactos entre las personas y las empresas, favoreciendo la colaboración con el objetivo de generar negocio.

Transformación digital de las empresas. Las empresas asturianas que se planteen que sus trabajadores, al menos parte de ellos, puedan teletrabajar deben conseguir que los procedimientos que utilizan para el desarrollo de su actividad sean digitales. Un primer paso es la eliminación del papel en ellos. Los documentos tratados han de ser electrónicos, no físicos, con todo lo que esto trae consigo.

En definitiva necesitan tener estrategias de digitalización: acceso remoto a documentos, documentación en la nube, software de comunicaciones y software de gestión de proyectos, etc. Toda esta transformación no es tecnológica exclusivamente, debe ir acompañada de nuevas formas de trabajar y de medir la productividad, esto es lo más importante, la tecnología es una medio, imprescindible eso sí, para conseguir el objetivo, pero no debe ser un fin en si misma.

Hace ya bastantes años Nicholas Negroponte, fundador y director del MIT Media Lab, dijo: «Dado que es mucho más fácil y económico mover bits que mover átomos, es de prever que en el futuro todos los medios y tecnologías de la comunicación serán digitales». Estamos en ese futuro.

La transformación digital es, junto a la transición ecológica, uno de los grandes principios que inspiran el Plan de Recuperación para Europa. Por eso, la tecnología está presente de forma transversal en la mayoría de programas que canalizarán los fondos de reconstrucción.

En España la digitalización se encuentra en las políticas de infraestructuras, movilidad, reforma de la Administración Pública, agenda urbana y rural, ciencia e innovación, y sobre todo «en la modernización y digitalización del tejido industrial y de las pymes, turismo y emprendedores», una partida que solo en los próximos dos años se llevará 12.240 millones de euros, el 17% del total de 72.000 millones correspondientes a los fondos del Mecanismo para la Reconstrucción.

Están claros los ámbitos que tienen más posibilidades de recibir fondos europeos, pero todavía no los proyectos que los van a canalizar. El plazo para registrarlos se abrió el pasado 15 de octubre y tanto la Administración central como la autonómica –responsable de recoger propuestas, aunque los fondos los recibirá exclusivamente el Estado central– confirman que los primeros proyectos se están empezando a definir. Aprovechemos esta oportunidad única.

Se debe promocionar, con el enfoque de un buen sitio para vivir si no tienes dependencia para ello de la ubicación de la empresa en que trabajas, todo lo bueno que tenemos en Asturias: naturaleza, clima, gastronomía, afabilidad de la gente, nivel de vida, etc.

Asturias es sin duda un paraíso natural, para asegurarle un futuro más próspero hagamos de ella también un paraíso digital.

Think Tank Tecnología CA XXI – Subgrupo Teletrabajo: Jose Ramón Zua Zua, Javier Puente, Luis Seisdedos, Aitor Díez Solares, Antonio Colino, Roberto Díaz Estrada.