Reduflación, el truco de las marcas para que gastes más sin enterarte

¿Notarías si al paquete de pan de sándwich le faltara una rebanada? ¿Y si una caja de gambones lleva cuatro crustáceos menos? ¿Percibirías que las pechugas de pollo están cortadas más finas de lo habitual? Los consumidores no acostumbran a mirar el gramaje de los artículos, especialmente cuando se trata de compras recurrentes.

Las marcas se aprovechan esta particularidad y emplean, en época de costes desbocados, una técnica conocida como 'reduflación'. Consiste en ofrecer menos por más o por lo mismo. Reducen sus productos en tamaño o cantidad, mientras que sus precios continúan siendo los mismos o incluso se incrementan. De esta forma, el comprador no percibe un aumento del coste pero terminará gastando más porque la compra terminará por ser más recurrente.

Se trata de un procedimiento legal, siempre y cuando se detalle la nueva cantidad del producto, pero los expertos lo consideran una «inflación encubierta» que juega con las percepciones de los clientes. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha documentado reducciones de entre un 5 y un 10% en el peso de algunos alimentos.

La organización ejemplifica su tesis con un paquete de lomos de merluza Pescanova que parece haber reducido su precio un 5,6%. «Una mirada más atenta» revela que el envase ha pasado de contener 400 gramos de pescado a 360, un 10% menos. «Pagas menos, pero también recibes menos», explica. En realidad, el precio ha subido un 3,2%.

El mismo fenómeno ocurre con el Cola Cao, la margarina Tulipán, los yogures Activia o los spaghetti y macarrones de Gallo. La reduflación se ha producido «con cierta frecuencia» en 2021 y su uso extendido puede afectar al cálculo del IPC, enmascarando el porcentaje real de subida de la cesta de la compra.

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