Un soldador trabaja en una pieza de metal. R. C

La producción industrial asturiana enlaza seis meses en positivo en plena debacle del sector en Europa

En septiembre registró un 1% de alza interanual, que aunque no permite recuperar los niveles de 2022, contrasta con la contracción comunitaria

Martes, 5 de noviembre 2024, 01:00

La producción industrial de la región toma aire. Tras un 2023 tremendamente complicado, con la actividad a la baja prácticamente de forma constante, en 2024 se está notando cierta recuperación. Es aún leve y no permite compensar los retrocesos del año pasado, pero ... el sector, al menos, se ha estabilizado, ha dejado de caer y encadena ya seis meses de tímidos ascensos. En septiembre, logró un crecimiento interanual del 1%, según los datos hechos públicos ayer por Sadei (Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales), que publicó su Índice de Producción Industrial de Asturias (IPIA).

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Este comportamiento contrasta con lo que se produce en el resto del continente. El ritmo de deterioro de la actividad manufacturera de la zona euro sigue empeorando a medida que pasa el año. Según el índice PMI, se ha cumplido el vigésimo octavo mes consecutivo por debajo del umbral del 50 –que indica contracción–, lo que significa la desaceleración más prolongada desde que comenzaron los registros en 1997. Concretamente, en octubre, se situó en 46 puntos. La actividad está muy lastrada por las dos principales economías europeas, Alemania y Francia, que volvieron a caer con fuerza en octubre, e Italia registró también un deterioro, pero algo más moderado.

En cambio, España es la excepción a la norma. Se desmarca de la contracción generalizada en las grandes economías del euro y logra en octubre el mejor resultado. El país registró el incremento del índice PMI más rápido desde febrero de 2022 hasta alcanzar una lectura de 54,5 puntos, frente a los 53 de septiembre. La subida se debió a la mejora tanto de la producción como de los nuevos pedidos, que las empresas atribuyeron a un aumento de la demanda del mercado con carácter generalizado y a un incremento de los nuevos encargos para la exportación al mayor ritmo en casi tres años.

En este contexto, según los datos que maneja Sadei, la industria mantiene en Asturias la «moderada tendencia alcista del año». En el ejercicio acumula una mejora del 1,2%. Como en meses anteriores, explica, este crecimiento se ha cimentado en el buen comportamiento de algunas actividades como la construcción de buques y la fabricación de munición y armamento, que acumulan nuevos pedidos nacionales e internacionales. Además, también destacan las actividades relacionadas con las energías renovables, «que mejoran sus perspectivas con los anuncios de apertura de nuevas empresas relacionadas con la fabricación de paneles solares y el almacenamiento de energía».

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Apunta Sadei que este dinamismo se ha reflejado en un crecimiento del 16,2% de la rama de industria transformadora de los metales, mientras que la metalurgia también mejora sus datos interanuales, con un crecimiento del 7,6 %, a pesar del incidente en las baterías de cok de Arcelor, en el que resultaron heridos graves tres trabajadores, y de la crisis que afecta al sector. Habrá que esperar a los datos de octubre para ver el impacto de las paradas decretadas en el tren de alambrón y en la acería de Gijón ante la debilidad de la demanda.

De hecho, en relación al acero, advierte Sadei que este avance debe observarse más como una consecuencia de las grandes dificultades que la siderurgia ya atravesaba en 2023, que como una consolidación de la actividad, «en la medida en que la incertidumbre persiste, en esta ocasión identificada como el riesgo de incremento de las importaciones baratas procedentes de Asia».

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Sin embargo, esta incertidumbre se ha reducido en el terreno laboral, al menos para las auxiliares, destaca el organismo de análisis, con la firma en el mes de referencia del convenio del metal para los próximos años, que aleja la posibilidad de escenarios de conflictividad.

En el otro lado de la balanza, persiste la brecha negativa en la producción de energía eléctrica, gas y agua, que ha registrado una caída del 6,1%, y se apuntan descensos significativos en algunas actividades de la industria química (10,5%), otros productos minerales no metálicos (-9,8%) y fabricación de productos metálicos (-8,5%).

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Según el destino económico de los bienes, solo registran avances los bienes intermedios, un 8,4%, sin embargo, su peso es tan importante sobre el total que tiran hacia arriba de la estadística. Mientras, los bienes de consumo bajaron un 3,3%, los de equipo un 6,4% y energía un 6,3%.

De ahí que, a pesar de esa moderada mejoría, no se pueda hablar de un buen momento para la industria, que sigue tocada ante la incertidumbre económica y la debilidad de la demanda, porque aunque el IPIA de los distintos meses de este año está mejorando a los de 2023, ninguno de ellos recupera las cifras que se registraron en 2022.

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