El Principado acusa a la anterior dirección de Duro Felguera de frenar la entrada de inversores

La extensión temporal aceptada por la SEPI tiene el objetivo de que Duro Felguera pueda cumplir con los requisitos estipulados para recibir la segunda fase de las ayudas del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas, entre ellos que la banca libere los avales necesarios para volver a contratar. Tras la primera fase del rescate, 40 millones que llegaron en abril, este mes Duro debería recibir 50 más en forma de préstamos participativos y otros 30, o bien mediante capital u otro préstamo. A ellos habría que sumar los seis que ha comprometido el Principado, que aún no se ha decidido cómo se articularán. «No somos nosotros los que marcamos los tiempos ni las modalidades del rescate», se defendió Fernández, ante las críticas por un retraso que, según la oposición, resta un tiempo valioso a Duro Felguera. El consejero insistió en que no hay que tener dudas sobre la SEPI, «que da los pasos correctos» y sobre la que «no le constan dudas» en relación al apoyo, y aseguró que aunque el Principado no tiene capacidad de decisión sobre este, sí la tiene de influencia para pedir una «necesaria flexibilidad» del rescate que pueda seguir la evolución de la propia compañía, sin «fórmulas estrictas», de modo que se pueda salvar la actividad y el empleo. No obstante, al menos por el momento, no se ha planteado que la cuantía del rescate deba incrementarse.

Parte de la clave de la salvación, pero no la única, según recalcó Fernández, está en la posible llegada de un socio industrial, una búsqueda que lleva al menos dos años en curso sin que hasta ahora se haya llegado al objetivo. Un hecho, del que Fernández culpó en buena medida a la anterior dirección, a la que acusó de impedir los contactos, vetar información necesaria a los interesados o de realizar maniobras de dilación para que las negociaciones murieran. «Revisándolo con perspectiva, con la anterior dirección no había un interés sincero por permitir la entrada en la compañía», aseguró. Por contra, al nuevo consejero delegado le ve «mayor voluntariedad» y no le constan «quejas de posibles inversores interesados», como sí sucedió en la anterior etapa. Ahora, asegura, hay sobre la mesa diferentes posibilidades, acuerdos de confidencialidad firmados e incluso están llegando ofertas no vinculantes, que habrá que analizar de forma meticulosa. En este sentido, pidió «la máxima prudencia», porque es mucho lo que está en juego. La preferencia continúa siendo la de un socio industrial solvente, que mantenga el empleo y la actividad, así como la asturianía de la empresa.

Por otro lado, Duro Felguera también les ha trasladado una mejoría en las condiciones del mercado que les permite volver a contratar, aunque aún no con la velocidad necesaria. «Se está avanzando en la labor comercial y la compañía aumenta la cartera de proyectos a buen ritmo», aunque aún hace falta mejorar.

Asimismo, durante la comisión Fernández también fue cuestionado por la situación de Vauste (actual Graham Corporate) y Alu Ibérica. En ambos casos se mostró preocupado por la deriva tomada por las empresas y culpó a sus anteriores direcciones y subrayó el acompañamiento del Principado en la búsqueda de inversores y de una solución para sus trabajadores. En respuesta a otras preguntas realizadas por los partidos de la oposición, defendió su gestión para evitar, en la medida de lo posible, deslocalizaciones y atraer empresas, así como las políticas activas de empleo asturianas para intentar paliar el paro juvenil.