María Calvo (Gijón, 1975) se convirtió hace dos meses en la primera mujer en presidir la Federación Asturiana de Empresarios (Fade) en sus 44 años de historia. Conoce bien la casa, tras ser vicepresidenta en el último mandato, y llega con «ilusión» al cargo, en ... un momento vital para Asturias en el que la economía empieza a recuperarse de los efectos de la pandemia. Sin embargo, no está exento de riesgos. Acertar ahora será fundamental para definir su futuro.
-Lleva dos meses en el cargo, ¿era lo que esperaba?
-Afortunadamente conocía la casa y eso me ha facilitado la labor, aunque las cosas se ven desde un punto de vista distinto desde la presidencia. Estoy encontrando bastante ayuda.
-¿Qué objetivos tiene en este mandato?
-Contribuir a tener empresas más fuertes y competitivas, porque creo que esto hará que Asturias sea también más fuerte y que haya un mayor estado del bienestar. Que mejoren las empresas redunda en una mejor sociedad.
-Le pasó el testigo el anterior presidente, Belarmino Feito. ¿Es su presidencia continuista?
-Cada presidente tiene su estilo y personalidad y las circunstancias también son distintas. Yo fui parte del equipo anterior. Con Feito se iniciaron líneas que continuaré, pero cada uno con su estilo. Además, nos encontramos en un momento radicalmente distinto. En el mandato anterior la pandemia era la prioridad y ahora será centrarnos en la recuperación y la consolidación de las empresas.
-Esa recuperación se empieza a notar. ¿Se puede pensar ya en la salida definitiva a la crisis?
-Se está notando la recuperación, al menos, en cuanto a actividad. Aumentan los índices de producción industrial, hemos tenido un buen verano para el sector turístico..., pero eso no nos debe llevar a la complacencia. Que haya más facturación o actividad no necesariamente se traslada a una mayor rentabilidad. Tenemos importantes riesgos, como el aumento de costes en todas las materias primas y eso repercute. Podemos hablar de un optimismo moderado, pero hay que tener cuidado con estas cuestiones.
-La covid ha debilitado mucho a las empresas. ¿Cómo se encuentran?
-Venimos del peor momento en nuestra historia reciente, con caídas históricas de la actividad. Las empresas han transitado por ese camino lo mejor que han podido, con mecanismos como los ERTE, que han permitido paliar un poco el impacto. Pero la recuperación no se produce de la noche a la mañana. Están aún en una situación complicada, sobre todo en los sectores más afectados por la pandemia. Otros, como la industria o la construcción, se ven afectados ahora por riesgos como el de las materias primas.
-Sube el precio de las materias primas, se dispara el de la electricidad, ¿cómo repercute esto en las empresas?
-El aumento de costes está siendo muy grande, tanto en el caso de la luz como de las materias primas, y además afecta de manera transversal a todos los sectores. El problema es que no estamos siendo capaces de trasladarlo de forma inmediata a los precios, así que casi siempre es a costa de la rentabilidad. En el caso de la electricidad nos hace menos competitivos frente al exterior. Si queremos potenciar nuestra internacionalización tenemos que tener en cuenta que esto lastra la competitividad. No hay una solución fácil.
-¿Esas subidas ponen en riesgo la viabilidad de las compañías?
-Lo que pone en riesgo es su rentabilidad. Tenemos una inflación alta que se prevé que siga aumentando, pero tampoco la puede absorber la sociedad. La subida de precios no se produce por un incremento del valor de los productos. Es un momento delicado en el que hay que afinar y actuar con cautela.
-¿Qué le parecen las medidas adoptadas por el Gobierno para rebajar la factura eléctrica?
-Este es un tema nacional en el que ni siquiera el Gobierno regional tiene capacidad de actuar. El problema es de modelo. Estamos pagando las malas políticas del pasado y ahora es difícil tener una solución a corto plazo. En el precio de la electricidad hay muchos factores, costes indirectos, impuestos que se derivan de políticas energéticas pasadas... La rebaja de impuestos puede paliar una pequeña parte, pero no es una solución a medio plazo. Tenemos que tener un sistema sostenible.
-¿Cree que el cierre de las térmicas de carbón influye en esta escalada?
-Sí, claro. Se debe a las decisiones sobre un modelo energético que lastran nuestra competitividad. Francia tiene nucleares que están ayudando a rebajar el precio de la luz. En Alemania, el carbón supone alrededor del 40% de la producción eléctrica. En nuestro mercado marginalista, si tuviéramos carbón o nuclear, sería más difícil que los precios de la luz estuvieran tan altos.
-¿Está habiendo una transición justa en Asturias?
-Aquí tenemos un problema agudizado porque concentramos gran parte de las electrointensivas y estamos afectados de manera especial por el cierre de las térmicas. Debemos ser objeto de una atención especial.
-¿Qué necesita la empresa asturiana para consolidarse?
-Ser más fuertes, ganar tamaño y que se generen ecosistemas tractores. Para eso, desde Fade tenemos tres prioridades. La primera es la simplificación administrativa y la reducción de la burocracia, más con el escenario de los fondos europeos. No podemos perder oportunidades de inversión. La segunda son las personas, poner el foco en ellas, insistir en mejorar la formación, en orientarla al empleo. Y la tercera es el reto de la digitalización. No se trata de digitalizar lo que ya se hace. Estamos en el momento de ser más sostenibles, necesitamos una transformación. La industria es clave en nuestra región y debe seguir siéndolo, pero deben coger relevancia otros sectores como el agroalimentario, el TIC.
-¿Qué relación mantendrá Fade con las cámaras asturianas?
-Cada una tiene un ámbito de actuación. Fade ostenta la representación empresarial y las cámaras son entidades público-privadas que colaboran con la Administración para ayudar al tejido empresarial. Creo que debemos estar coordinadas, cada una en nuestro ámbito. Tengo buena relación con los tres presidentes y mantendremos reuniones periódicas.
-¿Estamos preparados para coger el tren de los fondos europeos?
-Es una oportunidad que no podemos dejar pasar. Los fondos están llegando y es un sistema complejo. Fade y la Administración tenemos que difudir correctamente los fondos que va a haber. Las empresas tienen proyectos y el foco debe ponerse en que se usen para transformar el tejido productivo. Yo espero que seamos capaces de ejecutar el mayor número posible. Debemos centrar los esfuerzos en ello y en que lleguen a la pyme.
-Llega un otoño de negociaciones, ¿qué piden en materia de concertación?
-Valoramos estos procesos, pero creemos que este es un momento distinto y la concertación se tiene que abordar de una forma diferente, centrarse en la sostenibilidad y la consolidación de las empresas y en la recuperación y consolidación del empleo para hacer una Asturias mejor y que haya un mayor estado del bienestar. La concertación tiene que basarse en objetivos claros y cuantificables para ser útil.
-¿Y de presupuestos? Su reivindicación tradicional es que haya mayor inversión productiva.
-Por supuesto, queremos una mayor inversión productiva, pero con un foco, destinada a las prioridades, a la modernización del tejido productivo. Debemos poner el foco en más digitalización, más inversión en I+D, en potenciar nuestra industria, porque a pesar de que existen otros sectores, Asturias debe seguir siendo industrial. Además, hace falta invertir en infraestructuras necesarias para que todo esto sea posible.
-La patronal llega a acuerdos con los sindicatos. ¿Piden lo mismo a los partidos políticos?
-Los consensos son necesarios para cambiar, que haya efectos duraderos. La estabilidad y la seguridad son buenas. Una reforma de calado necesita el mayor consenso posible.
-¿Es la fiscalidad asturiana un lastre para las empresas?
-El marco fiscal es uno de los factores que se ponen en la balanza para que las empresas sean competitivas, ya no solo con otras comunidades, sino también con el resto de Europa o el mundo. Necesitamos que Asturias no se vea perjudicada, que la presión fiscal no sea un lastre. Además, estoy convencida de que una rebaja no perjudicaría la recaudación si somos capaces de atraer más inversión y talento.
-Se habla mucho de simplificar la Administración, ¿cómo cree Fade que debería ser?
-Primero se deben simplificar los trámites y la burocracia, pero también adaptarse a las necesidades actuales. Ser ágil, incorporar personas capaces de abordar esas necesidades. Y también tiene que ser sostenible. Hilado con el tema presupuestario, no puede suponer un coste que no podamos asumir. Creo que la reforma de la ley para modernizar la administración va bien encaminada.
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