Windar amplía un 25% su capacidad en Avilés y proyecta dos nuevas plantas en Europa

Los planes de Windar son ambiciosos. En plena carrera por cambiar el modelo energético, una competición que tiene escala mundial, la empresa asturiana es consciente de la oportunidad que se presenta. Pero para aprovecharla debe estar a la altura de las exigencias de sus clientes, lo que la obliga a crecer. La compañía, según explicó el propio Orlando Alonso, tiene en sus planes poner en marcha dos nuevas plantas de producción en Europa en los próximos tres años, que se sumarían a las diez con las que cuenta en diferentes partes del mundo. Su destino aún no está cerrado. Se manejan ubicaciones en Polonia, Reino Unido y también España para atender, principalmente, los proyectos de eólica marina. «Tenemos que estar donde está la demanda. Los propios países que te están demandando te recomiendan que te instales ahí», afirmó. En paralelo, en el seno del consejo de la compañía se estudia la posibilidad de salir a Bolsa, aunque se manejan otras vías de financiación. Otro de los movimientos que completará en próximas fechas la empresa es el traslado de la actividad de su centro de I+D a unas nuevas instalaciones, que se ubicarán en el Parque Empresarial Principado de Asturias, en Avilés. «Tenemos que crecer con el mercado, estamos obligados a ir rápido», afirmó el presidente de Windar, una firma que, junto a Navantia, ha logrado ya construir 100 'jackets' para la eólica marina.

No fue el único plan al que se hizo referencia en el transcurso de la jornada. Ángela Santianes, presidenta de DuPont en España y Portugal, señaló que su compañía está inmersa en un proyecto para que la fabricación, que supone el 95% de sus ventas, sea «100% sostenible», buscando una meta de residuo cero, que toda la energía consumida sea renovable y tender a que sus emisiones sean también cero. «Es una revolución. Ya tenemos un plan y no es imposible», señaló. La intención de la multinacional es que ese proceso se implemente también en las materias primas que consume e, incluso, «aguas abajo».

El debate, en el que también participaron Roberto Suárez, responsable del Centro Global de I+D New Frontier de Arcelor; Íñigo Felgueroso, director de Idonial; y Jesús Daniel Salas, director global de DXC Technology, sirvió para dejar claras cuáles son las líneas por las que navegará el futuro de la industria y los retos a los que se enfrenta. Uno de ellos es la digitalización. Ángela Santianes señaló que las multinacionales industriales implantadas en Asturias comparten las mismas problemáticas a la hora de poner en marcha este tipo de proyectos. Trabajos que se han desarrollado hasta ahora, abundó, «tienen muchísima calidad, pero su instalación supone una millonada y no es factible». La solución pasa, explicó Santianes, por buscar proyectos que sean «efectivos y escalables» y que permitan a socios tecnológicos arraigados en la comunidad demostrar unos sistemas que pueden luego expandirse por las plantas de estas multinacionales. «Cuando nuestras empresas quieren implantación global buscan compañías que conozcan. Desde Asturias podemos encontrar cómo digitalizar la industria, demostrar que funciona y que sea escalable al resto. Esto nos puede convertir en el Silicon Valley de la digitalización industrial», afirmó.

Pero el momento es ahora. Los ponentes reunidos esta mañana dejaron claro la «revolución» que se está viviendo y de la que surgen muchas oportunidades. «Vivimos un momento con una velocidad de transformación exponencial ligada al medio ambiente, la descarbonización, la transición energética y la digitalización que ocurre en todo el mundo», subrayó Roberto Suárez, quien está convencido de que todos estos cambios llegarán «de la mano de la tecnología», un proceso en el que «desde Asturias podemos influir mucho».

Íñigo Felgueroso ve la situación de una forma similar. El director de Idonial señaló que en su organización tienen la necesidad de estar «continuamente» reinventándose y que los procesos de digitalización y descarbonización son «herederos» de lo que se vino a llamar industria 4.0. «Tener más estado del bienestar pasa por más innovación y tecnología».

Por su parte, Jesús Daniel Salas defendió que la tecnología va a ser «transversal» en los próximos años y que ya se percibe una «disrupción digital», un hecho que la pandemia no ha hecho más que acelerar. «El covid ha provocado que cosas que se veían a muy largo plazo se acelerasen».

La formación fue otro de los puntos que se trató durante el coloquio. Así, Ángela Santianes abogó por un cambio de paradigma. «El conocimiento del dato no tiene sentido. Tienes que saber cómo conseguirlo, cómo elaborarlo, cómo colaborar con los demás. Hay que cambiar la forma en la que estamos educando a las personas». Sobre la mesa se puso también la necesidad de mejorar los estudios de Formación Profesional para nutrir de personal intermedio a las empresas, que ahora sufren carencias de este tipo de profesionales.