Duro nombra nuevo CEO a Jaime Argüelles y recibirá avales de la banca de forma inmediata

Con su deuda refinanciada y Orihuela fuera del máximo puesto de decisión, el consejo dio entrada a dos nuevos miembros, César Hernández y Miguel Ángel Santiago, ambos cargos de la SEPI, entidad que propuso su nombramiento. Con la cadena de decisiones, que llegaron en el último día de plazo marcado para la resolución del proceso, la vía queda libre para que la SEPI dé comienzo al rescate. La previsión pasa por que la próxima semana se haga efectivo el primer préstamo de 20 millones de euros, al que seguirá otro de la misma cuantía en próximas fechas. Una inyección de liquidez vital para una empresa que pasa por una delicada situación financiera.

La aportación de liquidez llegará también por la vía del crédito. Uno de los problemas que Duro se encontró a la hora de cerrar el acuerdo de refinanciación con la banca, según señalan fuentes próximas a la negociación, fue el de cuándo comenzar a liberar los avales. Las mismas fuentes señalan que la intención del sindicato bancario era poner a disposición de la empresa los cerca de 80 millones de euros comprometidos por esta vía cuando la SEPI hiciese su aportación al capital de Duro, un momento del rescate que tiene como fecha límite el 30 de junio y que está condicionado por la llegada de un socio industrial. La negativa de Duro fue rotunda y, sostienen fuentes conocedoras del proceso, se ha logrado que la aportación de avales llegue a la vez que los primeros préstamos de la SEPI, es decir, la próxima semana.

La cuestión no es menor. Duro Felguera necesita liquidez de forma urgente para poder operar y el retraso de los avales podía comprometer su operatividad. Con este acuerdo se logra un balón de oxígeno para la compañía en un momento en el que toca relanzarla. Otra de las trabas que quedaron resueltas con el acuerdo con la banca fue la exposición de cada una de las entidades a los problemas que puedan derivarse de proyectos con dificultades.

El calendario de Duro se abre ahora a una nueva etapa. La próxima semana deberá entrar dinero en las arcas de la compañía, mientras, en paralelo, se negocia la salida definitiva de José María Orihuela. La rescisión de su contrato, con la consiguiente indemnización a la que tiene derecho, se abordará a lo largo de los próximos días, con la intención de que quede resuelta la próxima semana. La continuidad de Orihuela como miembro del consejo se antoja, no obstante, complicada y se espera que, una vez resuelva su contrato, abandone la compañía.

A partir de ahí tocará comenzar a recomponer una empresa muy castigada. Para empezar, con la segunda parte del rescate, que incluye un préstamo participativo de la SEPI de 50 millones de euros y una aportación de capital de esta misma entidad por un montante de 30 millones de euros. Pero también la búsqueda de un socio industrial. Aunque los esfuerzos han estado centrados estas semanas en cerrar un acuerdo con los bancos, condición indispensable para lanzar el rescate y evitar el concurso de acreedores, el escrutinio del mercado para encontrar a la empresa adecuada con la que aliarse no ha cesado.

El acuerdo aprobado por el Consejo de Ministros deja la puerta abierta a que la SEPI pueda aportar los últimos 30 millones de euros comprometidos no en forma de capital, sino de préstamo participativo, en caso de que ese socio no aparezca. Además, esa aportación de la entidad estatal puede ser proporcional a la del posible socio.