Marc Murtra, nuevo presidente de Telefónica. EFE

El desembarco de los saudíes permitió al Gobierno tomar las riendas de Telefónica sin levantar sospechas

Es una empresa clave no solo por la seguridad de las comunicaciones, sino también a nivel político, financiero e institucional

Domingo, 26 de enero 2025, 00:08

El 5 de septiembre de 2023 cambió el rumbo de Telefónica. Esa fecha quedará marcada en el calendario de la operadora por la avalancha de cambios que supuso el desembarco aquel día del grupo saudí STC en su capital. Los árabes se hicieron con ... un paquete accionarial del 4,9%, al que sumaban otro 5% en derivados financieros a la espera de que el Gobierno autorizara la operación debido al escudo antiopas que impide a un inversor extranjero hacerse con más del 5% de una empresa estratégica para España sin antes pedir permiso al Estado.

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Ese permiso tardó un año en llegar, pero el 28 de noviembre de 2024 el Consejo de Ministros autorizó a la compañía convertir ese 5% restante en acciones, una adjudicación que terminó de hacerse efectiva esta misma semana pasada y ha convertido a los saudíes de STC en los segundos accionistas de Telefónica, solo por detrás del Estado, que controla el 10% de la operadora.

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Un control estatal que comenzó -aunque suene contradictorio- con la llegada de los árabes. Bajo la excusa de que Telefónica iba a ser controlada por un grupo extranjero, el Gobierno comenzó su desembarco en la operadora. La SEPI (Sociedad Española de Participaciones Industriales) empezó a comprar acciones de Telefónica -bajo orden del Consejo de Ministros- el 25 de marzo de 2024 y el 20 de mayo ya había desembolsado 2.284 millones por el 10% de las acciones y se convertía en su principal accionista. Poco después, bajo la premisa de mantener la 'españolidad' de la operadora, CriteriaCaixa -el brazo inversor de La Caixa- aumentó su participación hasta el 9,9%. Así, entre Caixa, BBVA y el Estado sumaban ya un 25% del capital de la compañía y pudieron tomar la decisión de forma autónoma de destituir a Álvarez-Pallete y proponer a Marc Murtra. Las verdaderas razones tardarán tiempo en salir a la luz.

Si la SEPI tenía pensado desde el principio llegar a controlar Telefónica es algo que no se puede comprobar, pero fuentes del sector destacan que la sociedad no se planteó en ese momento que «nadie invierte más de 2.000 millones solo para cobrar los dividendos», en referencia al desembolso del Estado hasta ahora en la operadora.

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Pero, ¿por qué hay tanto interés en controlar Telefónica? «La operadora es una pieza clave a nivel de comunicaciones, pero también en el plano económico/financiero (entre las primeras doce empresas del Ibex-35) e institucional», explica a este periódico Luis Garvía, director del máster en Finanzas Internacionales de Comillas Icade. En el sentido más técnico, Telefónica tiene acceso a las comunicaciones de todos los españoles: geolocalización, pagos con tarjeta, información sensible para instituciones y negocios... A nivel económico es una empresa que ha ido reduciendo su elevada deuda y que en los últimos resultados anuales presentó ingresos por valor de 40.000 millones. No es el mejor momento económico de la operadora, pero tiene un gran potencial como gigante de la industria de las telecomunicaciones.

Gigante tecnológico europeo

De hecho, en caso de que Telefónica termine aliándose -total o parcialmente- con Indra tal y como se viene especulando desde hace semanas, daría lugar a una enorme empresa 'telecotecnológica' que tendría difícil competidor. Fuentes del sector apuntan a Deutsche Telekom como el que más se podría asimilar por la alta tecnología que posee esta operadora alemana, aunque en defensa y espacio no tiene servicios. Garvía recuerda que Europa no tiene gigantes tecnológicos como EE UU y China, lo que también podría darle a Telefónica un liderazgo a nivel internacional.

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A nivel institucional, Telefónica tiene acuerdos con prácticamente todas las administraciones, es una de las principales empresas receptora de fondos europeos y tiene un presupuesto de publicidad para medios de comunicación muy importante, aunque en las próximas semanas se conocerá cómo afronta esta estrategia el nuevo responsable de la empresa.

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