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PALOMA LAMADRID
GIJÓN.
Jueves, 26 de diciembre 2019, 02:48
Las obras del alto horno 'B' que culminaron la semana pasada en la factoría gijonesa de Arcelor supondrán mejoras ambientales. Además de cambiar sus conductos de refrigeración e instalar, una captación adicional de humos, se preparó la instalación para consumir gas de ... cok, «tecnología con la que se espera dar un paso hacia el cumplimiento de los objetivos de descarbonización del sector, mediante la reutilización del carbono y el hidrógeno que contiene dicho gas». Así lo recoge el apartado dedicado a la energía dentro de los objetivos de desarrollo sostenible de la multinacional siderúrgica, que cifra en unas 140.000 toneladas anuales el potencial de reducción de emisiones de CO2.
«En una siguiente fase, el proyecto podrá ser replicado al horno 'A', lo que elevaría el potencial de ahorro de CO2 a cerca de las 300.000 toneladas anuales», apunta la compañía. El gas de cok es rico en hidrógeno y metano y, mediante su inyección a altas tasas en el horno alto, se persigue emplear dichos componentes como combustible y agente reductor del mineral de hierro, con lo que se reducen las necesidades de cok y, en consecuencia, las emisiones de CO2 del proceso siderúrgico integral. El carácter innovador del proyecto, según Arcelor, está en que «no existen referencias en las que se trabaje inyectando, de manera simultánea a altas tasas, gas de cok y carbón pulverizado en una misma tolva (conducto por el que se introduce el gas en el horno».
Debido al alto contenido de hidrógeno aportado con el gas de cok, será necesario cambiar el punto de trabajo del horno alto 'B'. Esto se conseguirá gracias a los estudios realizados por parte del Centro de I+D de Arcelor -situado en Avilés- sobre el modelo termodinámico de la instalación y mediante la implementación de mejorar el control del proceso. Aunque las obras del horno alto 'B' concluyeron (y las de las nuevas baterías de cok están a punto de hacerlo, según el calendario de la empresa), continúa la incertidumbre sobre su fecha de arranque. Arcelor había propuesto hacerlo el 9 de enero si CC OO aceptaba abandonar los paros y las movilizaciones, extremo que aceptó el sindicato a cambio de retomar la negociación del acuerdo marco, que era su principal reivindicación. Los representantes de los trabajadores se reunirán mañana con la dirección de la siderúrgica en Asturias para evaluar la aplicación del expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), recurso del que echa mano la compañía en determinadas situaciones, como en las paradas.
Una mala noticia para los trabajadores de Arcelor es el cierre de una de las dos plantas que tiene en Salvatierra (Álava) en el primer trimestre de 2020, que da empleo a dieciséis personas. Una decisión «definitiva e irrevocable» que atribuye a las «dificultades económicas» por las que atraviesa desde hace años la factoría -dedicada a la fabricación en acero de columnas y báculos para farolas-, así como a la «complicada» situación del mercado.
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