Aza defiende la gestión actual de Duro Felguera ante «una herencia envenenada»

«Hay una confusión de responsabilidades». Rosa Aza, la presidenta de Duro Felguera, es tajante a la hora de defender la actual gestión de la compañía. En su opinión, la carta en la que el comité de empresa pedía la dimisión del consejero delegado, José María Orihuela, y le acusaba de haber llevado a la empresa a conflictos con clientes y proveedores y a no lograr avales ni contratos, no tiene en cuenta la evolución temporal de los hechos. «Se achacan responsabilidades a este equipo directivo que son del anterior», recalcó Aza, que recordó «la herencia envenenada» que se encontraron al llegar los nuevos gestores, que descubrieron pérdidas de 150 millones de euros que no habían aflorado y contratos complicadísimos de alto riesgo.

Entiende que la paciencia de la plantilla se puede agotar, al enlazar problema tras problema desde 2016, pero también pide que no se atribuyan responsabilidades anteriores. Y destaca entre los grandes pasos que ha dado el equipo gestor, la consecución de más acuerdos que desavenencias con clientes y gestores, la disminución del riesgo e, incluso, una reducción del 33% de la plantilla durante 2019 sin conflictos. «Y con la pandemia tuvimos que acometer un ERTE, pero para defender los puestos de trabajo. Estamos intentando no hacer un ERE por todos los medios», aseguró.

Aza también avaló la legalidad del informe 'forensic' realizado al comité directivo y que supuso que cinco de sus ocho miembros firmaran una carta de rechazo enviada al consejo de administración. Llevado a cabo por KPMG, implicó requisar ordenadores y móviles. El objetivo era buscar filtraciones de las que había advertido la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y que estaban provocando movimientos especulativos en Bolsa.

Finalmente, la queja de los directivos aceleró decisiones que ya se habían barajado tomar. Así, el consejo de administración despidió al adjunto al consejero delegado, Javier García Laza, con el objetivo de reducir costes y estructura –su puesto se amortiza– y también al que Aza le atribuyó responsabilidades en contratos de los que se ocultó información. También se despidió al director de recursos humanos y medios, Alfonso Gordon, en su caso «por pérdida de confianza». Los otros tres firmantes de la carta seguirán en la compañía.