El gas de cok de las baterías se quema ahora en una antorcha porque no se puede reutilizar. D. ARIENZA

La cúpula de Arcelor exige cambios para mantener toda la actividad en Asturias

Las plantas de la región se juegan su futuro en los próximos cuatro meses, en los que tendrán que demostrar que pueden volver a ser rentables

NOELIA A. ERAUSQUIN

GIJÓN.

Domingo, 13 de septiembre 2020, 03:00

Las plantas asturianas de Arcelor están acostumbradas a salvar muchos 'match point', pero el de ahora es de los importantes. Toda una final. El cierre de un horno alto en Gante (Bélgica) para acometer mejoras supone un balón de oxígeno para las factorías asturianas, ... que recuperarán a final de mes la actividad en el horno alto 'A'. El arranque es temporal, mientras duren las obras en la instalación belga -unos tres meses-, pero ofrece un tiempo precioso para que se recupere algo la demanda y en el que las factorías tienen que demostrar que pueden ganar productividad y ser rentables. Finalizar las inversiones paralizadas y la aprobación de un estatuto para la industria electrointensiva que, de verdad, rebaje la factura de la luz pueden ser vitales.

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La dirección europea amenaza con cerrar la división de largos (carril y alambrón). Sin ella no tendría sentido mantener uno de los dos hornos altos, por lo que también sobraría un sínter, parte de las baterías de cok, del parque de minerales... Sería una debacle para la economía asturiana con derivas terribles para el empleo e, incluso, para las instalaciones que pudieran sobrevivir en un complejo dividido entre Gijón y Avilés y pensado para dos hornos altos. Desde Luxemburgo se exigen cambios y en el actual contexto de escasez de demanda insisten en su urgencia.

La espada de Damocles lleva meses, incluso años, sobre las factorías asturianas, a las que la cúpula de Arcelor advierte de «una importante pérdida en su posición competitiva». En el negocio global del acero todo pasa por producir cada vez más, con mejor calidad y valor añadido, y a menores costes. Sin embargo, las factorías de la región se han ido quedando rezagadas en esa carrera de fondo en la que compiten con plantas de otras empresas, pero sobre todo con las que integran Arcelor en Europa. En esa competición, a vida o muerte cuando en el mercado del acero vienen mal dadas, como ahora, Gante es la alumna aventajada, mientras que Asturias y Fos-sur-Mer (Francia) se han quedado en el furgón de cola. Ilva (Italia), cuya operación de compra no está completa, sigue siendo una incógnita.

La situación actual no se debe a un único problema, ni tiene un solo culpable. Entre las partes afectadas se escuchan reproches a la empresa, por no invertir lo suficiente; a directivos, a los que se les achaca una mala gestión; a trabajadores, a los que se les acusa de intransigencia, y a la Administración, por no poner más medios para facilitar la actividad -dar autorizaciones o abaratar el precio de la luz-.

Entre los problemas actuales, hay inversiones que no han salido como se esperaba. Es el caso de la acometida en 2016 para aumentar la longitud del carril a 108 metros con una nueva instalación que ha dado numerosos problemas de fiabilidad. También influyen los precios de la electricidad, mucho más altos en España que en países como Francia y Alemania, y que lastran las cuentas de la factoría. Además, el ansiado estatuto para la industria electrointensiva sigue sin aprobarse. Desde el Gobierno se insiste en que «muy pronto» verá la luz, aunque esa promesa se escucha desde hace año y medio y las empresas ya han perdido la esperanza. La última promesa pasaba por el final del verano, pero el miércoles el secretario general de Industria y de la Pyme, Raúl Blanco, habló de octubre. Por otro lado, su borrador no era nada halagüeño para las empresas hiperelectrointensivas, como Arcelor o AZSA. De mantenerse el texto, el ahorro que tendrán será nimio. De ahí que el Principado, Fade y los sindicatos insistan en la necesidad de que se tengan en cuenta sus alegaciones.

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Inversiones

Donde parece que las plantas asturianas pueden tener más margen de mejora es en las inversiones que se paralizaron con la pandemia y que pueden suponer un antes y un después. El problema, sin embargo, no vino con la pandemia. El proyecto de las nuevas baterías de cok en Gijón se abandonó en la anterior crisis y, cuando se retomó con la recuperación, se hizo con un calendario con escaso margen que los retrasos para lograr las autorizaciones ambientales fulminaron. Problemas posteriores con los materiales comprados a China, como el refractario, supusieron nuevas demoras hasta llegar a la actualidad. Con las baterías de Avilés cerradas hace más de 9 meses y solo una batería de Gijón en marcha y aún con problemas de eficiencia, se está importando cok de Polonia, lo que resta competitividad. Ahora se prevé que la segunda batería entre en funcionamiento a principios de enero. También se espera solucionar el problema con las válvulas instaladas, que impiden reutilizar el gas de cok para calentar los hornos altos y abastecer de energía al tren de chapa y al de carril, lo que impide importantes ahorros.

Por otro lado, se está a la espera de instalar un filtro de mangas en el sínter que se encuentra también parado, lo que evitaría tener que comprar pellets como ahora, porque una sola de estas instalaciones no sirve para abastecer a dos hornos altos.

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Y, mientras, la compañía ha vuelto a poner sobre la mesa el plan de largos, que suponía una reducción de alrededor de 200 empleos para una división en la que hay un millar. Hace alrededor de un año ya se planteó esta medida, que contó con la oposición frontal de los sindicatos. La empresa insiste en que es necesario ajustar la plantilla para que la productividad mejore y se equipare a la de otras plantas. El hecho de que el alambrón sea uno de los productos más afectados por el exceso de importaciones de acero turco no facilita las cosas.

De cómo evolucionen todos estos aspectos puede depender el futuro de la siderurgia asturiana y que la dirección europea tome una decisión u otra. De momento, las plantas tienen tres meses de colchón para mejorar.

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