Coronavirus | La pandemia dispara el abandono del mercado laboral por parte de las mujeres asturianas

Este repliegue no es exclusivo de las mujeres. En los hombres la tasa de actividad también se desplomó, en gran parte porque aquellos que perdieron el empleo durante la pandemia, con el encierro, desistieron de buscar trabajo. Sin embargo, la diferencia entre unas y otros es abismal. La tasa de actividad masculina es del 53,02% y hay 197.800 inactivos por 255.700 mujeres en esta situación. De hecho, la mayoría de mujeres mayores de 16 años que no trabaja, un 84,5%, es porque se encarga de las labores del hogar. La cifra creció dos puntos y medio durante la pandemia.

Sin embargo, en esta pandemia ha habido varios factores que han mitigado una renuncia al trabajo mayor por parte del colectivo femenino. El primero, la mayor presencia de mujeres en actividades consideradas esenciales, como la sanidad, los cuidados, la limpieza o el comercio, y también que ellas son mayoría en el funcionariado. «Trabajan en sectores esenciales, pero con retribuciones menores», advierte la secretaria de Igualdad de UGT Asturias, Carmen Escandón, que critica también que, durante la pandemia, nadie se planteara ayudas para esas mujeres que no tenían a nadie para cuidar a niños o mayores y siguieron trabajando «al pie del cañón».

«Muchos tuvieron que elegir entre trabajar o dedicarse a esas tareas de cuidados, sabiendo que la mayoría de las personas que han tenido que relegarse a realizar estas tareas han sido mujeres», denuncia Dulce María Moreno, secretaria de Formación Sindical e Igualdad de USO.

«Sus sectores son esenciales, pero altamente precarizados y con poco reconocimiento social», resume, por su parte, Úrsula Szalata, responsable de Empleo y Formación de CC OO, que reclama medidas que permitan «la conciliación, la racionalización de horarios y la corresponsabilidad».

En Asturias, en la última década, cada año abandonaron su actividad laboral 2.200 mujeres por razones de cuidados, calcula UGT, pero ahora será peor, advierten los sindicatos, porque en todas las crisis suelen salir perdiendo los trabajadores en peor situación y el colectivo femenino, de manera general, sufre condiciones más precarias que el masculino. También porque sus ingresos en la economía doméstica siguen, en muchos casos, relegados a un papel complementario y, si uno de los dos tiene que dejar de trabajar o reducir su jornada para atender a niños y mayores, habitualmente, será la mujer.

De hecho, Escandón estima que habrá una diferencia de género a la hora de salir de los expedientes de regulación y augura que la recuperación laboral será más rápida y sencilla para ellos. Moreno va más allá y advierte de que la conciliación es ahora más complicada, por lo que se discriminará aún más a las madres en un proceso de selección de personal.

En este sentido, los tres sindicatos reclaman medidas al Gobierno en forma de apoyos a la conciliación y una igualdad real que está lejos de existir.