Secciones
Servicios
Destacamos
La transformación energética de Asturias está despertando la atención empresarial hasta el punto de que, en las diferentes manifestaciones de interés impulsadas por la Administración, se han presentado alrededor de dos centenares de proyectos que suman 10.000 millones de euros. Se trata, en ... muchos casos, de iniciativas embrionarias, que competirán entre sí y no saldrán todas adelante, pero demuestran la potencialidad del Principado. Esta cifra la dio ayer Carlos García, director general de la Fundación Asturiana de la Energía (Faen), durante la mesa redonda 'Por una transición justa', en el marco de la Escuela Internacional de Verano de UGT, en la que también intervino el comisionado especial para el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de la Descarbonización Industrial, Luis Ángel Colunga.
Los proyectos suman una cifra abrumadora, pero García reconoce que a medida que avancen muchos se quedarán por el camino. Igualmente, también confía en que otros salgan adelante. «Son manifestaciones de interés muy iniciales, en las que entran proyectos de almacenamiento, hidrógeno, economía circular, renovables, eficiencia energética, movilidad, minería sostenible y competitividad industrial», aclaró, para defender una transición energética que, en sus inicios, era vista como una amenaza, ante la cantidad de sectores expuestos a ella, y cuya percepción ha ido mutando con el tiempo, «porque ya hay mucho empleo creado» y puso como ejemplo toda la industria relacionada con la eólica marina. Además, «quien no se suba a ese carro se muere», advirtió.
Noticia Relacionada
El camino, igualmente, no es sencillo, sobre todo, para una comunidad como Asturias, que ha sufrido «una tormenta perfecta», ante la coincidencia en el tiempo del cierre de la minería de carbón, las térmicas y la necesidad de transformación de la industria electrointensiva. Es una transición «obligada, pero tiene que ser justa» y para ello defendió las ayudas y abogó por conseguir que los proyectos no sean «extractivistas», de forma que más allá de su desarrollo en un lugar concreto, permitan fijar beneficios en él. Además, apostó por conseguir mantener un proceso «garantista, pero con plazos más cortos».
Hay otros retos a los que se enfrentan estos proyectos, como dos que destacó Colunga: la falta de personal cualificado y los problemas de suministro. Es tal el 'boom' del sector que faltan trabajadores para su desarrollo e instalación y los plazos para recibir los equipos se alargan. Como ejemplo, los transformadores necesarios para los parques fotovoltaicos ya se demoran entre ocho y nueve meses y los electrolizadores, 18. Danieli, uno de los principales fabricantes de equipamientos para la siderurgia, ha pasado de tener dos proyectos de acerías al año a 24.
Y a esto hay que sumar que muchas de esas tecnologías aún están en pleno desarrollo. La industria cementera, explicó Colunga, baraja proyectos de descarbonización con plazos de 25 o 30 años porque la propia producción, más allá del combustible que se emplee, genera CO2. «Todas las industrias tienen grandes proyectos de descarbonización», subrayó, con cierta confianza en que las compañías de la región logren captar fondos en el PERTE que lidera. «Casi todas entran en él y las que no pueden hacerlo en otra línea de ayudas» y apuntó que, al menos, espera que se presenten once iniciativas asturianas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.