Se ve cada semana con numerosos empresarios y es un auténtico «convencido» de la iniciativa privada como motor de crecimiento de la economía asturiana. Por eso a Pablo Junceda (Oviedo, 1966) le «duele» verse en Madrid con gente «que tendría muchas ganas de hacer proyectos ... en Asturias» pero no lo hace. Algo que el director general de Sabadell Herrero y director general adjunto de Banco Sabadell tiene claro que se producirá cuando en la región «tengan no más, sino las mismas condiciones que en el resto de comunidades autónomas».
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-Ustedes que lo saben todo antes, ¿que perspectivas económicas se plantean para 2024?
-Decía mi suegro Pepe Cosmen que «para comerciante Dios, que sabe lo que va a pasar». A nivel macro hay un tema que ha venido para quedarse y que no podemos controlar desde los mercados que son las condiciones geopolíticas. Empezamos con el conflicto de Ucrania, después llegó el de la franja de Gaza y ahora empezamos con el del Mar Rojo y el canal de Suez. Así las cosas, la economía europea está bastante ralentizada, pero dentro de ella la española va a destacar. Los crecimientos no serán exuberantes, pero la economía nacional no tiene mala pinta de cara al año próximo. Hay un dato que lo corrobora, no hay morosidad. No nos dará grandísimas alegrías, pero dentro del entorno europeo, la economía española va a destacar.
-¿Y la asturiana?
-La economía asturiana es exactamente igual que el resto de las comparativas del estado español, y si las cosas van bien se sube, y si van mal, baja a la misma velocidad. Otra cosa es quiénes son las regiones comparables. Y no lo son Madrid, País Vasco, Navarra o Cataluña -las mejores según el Informe de Competitividad Regional en España 2023 del Consejo General de Economistas- sino Andalucía, Extremadura o Castilla-La Mancha. Nos lo tendríamos que hacer mirar. No se trata de inventar nada. En este mundo de la economía lo que se trata es de copiar lo que hacen bien los demás. ¿Repasamos lo que hacen?
-¿Cree que todavía hace falta seguir repasándolo? ¿No se sabe ya la teoría? Falta ponerlo en práctica.
-Asturias tiene que dejar de ser de una vez por todas un avestruz con la cabeza metida en los subsidios y empezar a ser un ave que vuele gracias a la iniciativa privada. No hay otra solución. Y quien busque otra cosa se va a equivocar, porque la economía crece gracias a esa iniciativa privada que hay que fomentar, arropar e impulsar. No podemos decir que Asturias esté enferma, pero sí tiene que mejorar y la medicina que necesita es mucha dosis de iniciativa privada, poca burocracia y abundante dosis de ejecución privada.
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-¿Los empresarios tienen tan claro que son o han de ser los motores de la economía de la región?
-Lo tienen clarísimo. He hablado muchas veces con el que fue consejero del banco Álvaro Cuervo, catedrático de Economía, que lleva muchos años diciendo que la variante de Pajares tiene sentido económico por las mercancías, no tanto por los pasajeros. Está muy bien que empecemos por estos y por fomentar el turismo, pero hay que trasladarlo automáticamente a las mercancías, porque la economía de Asturias no podemos hacerla depender únicamente del turismo. Tenemos que generar y fijar economía en el terreno. La variante de Pajares tiene sentido si conecta personas y si conecta empresas y mercancías y eso los empresarios lo tienen clarísimo. Las mercancías asturianas no tienen que salir solo a Madrid, tienen que hacerlo a Europa y conectar con el Noroeste, con Galicia y Portugal y eso está todavía por hacer. He leído muchas veces eso de que los empresarios tienen que dejar de quejarse y presentar proyectos, pero hay muchos proyectos que se han presentado en el Principado y han acabado en otras comunidades.
-¿Entonces quien no lo tiene claro es la iniciativa pública?
-Lo que hay que tener claro es que hay que apoyar y atrapar la iniciativa privada, que hay que desburocratizar y que hay que ejecutar el presupuesto, que es la medicina que tiene la iniciativa pública para arropar al mundo empresarial. Cada uno tiene que hacer lo que le corresponde. La generación de riqueza y creación de puestos de trabajo es cosa de la iniciativa privada y la pública tiene que poner los mecanismos para que se pueda hacer. Hay que generar un ecosistema de grandes proyectos, grandes empresas y grandes empresarios porque son los grandes tractores.
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-¿Y está claro hacia dónde hay que ir? Antes hablaba del turismo, ¿cómo se logra el equilibrio entre los sectores que han de ser tractores de la económica regional?
-Asturias es un Paraíso Natural y tiene de todo, hasta sol y buen tiempo. Dejar el turismo de lado sería un error catastrófico, pero la región tiene que optar por un turismo de calidad. Pero la región no se soporta solo con el turismo. Asturias tiene leche, ¿no vamos a aprovecharla? Tiene montes. ¿No vamos a utilizarlos como otras regiones donde empiezan a ser ya un elemento dinamizador de la economía en el medio rural? Asturias tiene a Arcelor y dos puertos industriales. ¿No los vamos a aprovechar o vamos a hacer visitas guiadas a fábricas cerradas? La política económica en Asturias tiene que ir por una política turística muy centrada en el turismo de calidad y por una política industrial muy centrada en la fabricación, que es lo que siempre nos ha caracterizado. Y luego ir cambiando poco a poco el perfil fomentado el espíritu emprendedor y determinados focos de investigación como la biosanitaria en La Vega.
-¿Le preocupa que Arcelor no acabe de concretar sus inversiones en la región?
-La acería de Arcelor en Asturias es una de las más eficientes y avanzadas del grupo y tiene una ubicación privilegiada. Quiero desear que se producirán las inversiones previstas en tiempo y forma. Tiene toda la lógica empresarial.
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Cristina Tuero
-Pero los plazos se empiezan a echar encima.
-Hay que ser positivos. Están los plazos justos, pero la factoría y las condiciones geográficas que tiene harán que se hagan las inversiones. Estoy casi convencido, del todo no porque no estoy en la piel de la compañía, pero casi.
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-Decía que se habían presentado proyectos que acababan en otras comunidades, pero también hay proyectos, como el de Umicore, que parece que tienen a Asturias en el epicentro.
-La ventaja de esta región es que comunicaciones ya tenemos a falta del eje ferroviario de salida a Europa que es absolutamente clave para el mundo empresarial. Así que si hablamos bien de Asturias y tenemos un ecosistema amigable para el mundo empresarial, por poco que nos movamos, las cosas van a salir. Creo que hay instituciones y empresarios, empezando por la Fade o las Cámaras de Comercio moviéndose muchísimo para traer inversiones. Es profundamente injusto que se tache al mundo empresarial asturiano de protestón y de no ayudar, porque pelean cada semana y cada día por traer inversiones a Asturias. Pero una vez que las traemos, luego hay que arroparlas.
-Otra cosa es que luego cada uno las busque por su lado. ¿No hace falta una mayor unidad de acción empresarial?
-Sí, está claro. Si fuesen juntos en muchos casos tendríamos muchísima más fuerza. Esto no quiere decir que cuando las cosas son importantes no nos pongamos de acuerdo, pero a veces andamos disparando cada uno por su lado. Siempre pongo el ejemplo del eje Mediterráneo. No es posible que reúna a dos mil personas en un acto potente en Madrid y nosotros tengamos un problema para reunir a 300. Y no somos nosotros solos. Es Asturias, pero también Galicia y Castilla y León. Desde luego la unidad empresarial es absolutamente clave, no para enfrentarse a nadie, sino para hablar claro y con rigor de lo que se necesita. A veces en el mundo empresarial nos tropezamos con ideologías. Mire usted si la ideología genera pobreza y no riqueza y puestos de trabajo, esa ideología no vale. Hablo de tema impositivo. Aquí estamos gobernando para crear condiciones para la gente no haciendo cirugía social para tener la cabeza metida en el subsidio.
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-No obstante, parece que las peticiones empresariales empiezan a confluir.
-Hay dos o tres iniciativas que si avanzan, como el corredor ferroviario, el hidrógeno, los trenes de verdad... Si completamos todas las infraestructuras o Asturias se convierte en una de las grandes regiones económico-industriales-turísticas de España o nos tienen que jubilar a todos, empezando por mí. Porque nos quedan cosas, pero lo vamos a tener todo. Pero necesitamos generar actividad y para ello unas condiciones jurídico-legales-burocráticas determinadas y luego retener el talento, porque si no vamos a tener un problema.
-Bien parece que con la inauguración de la variante ya se han acabado todos los problemas de comunicaciones en Asturias y aún quedan cosas por resolver, empezando por las cercanías.
-El tema del corto recorrido es un problema que requiere mucha inversión, pero hay que atajarlo. Si tuviera que hacer una carta a los Reyes Magos es que ya de una vez por todas tengamos a nivel europeo la salida del eje ferroviario. Es absolutamente clave. Vamos a estar en una posición privilegiada entre el norte de Portugal, Galicia y País Vasco, con gran capacidad para hacer muchas cosas y que todo pase a través nuestro. Se necesita además de un mínimo de infraestructura que permita fijar terreno en las alas. Soy un defensor de la manzana central porque Oviedo, Gijón y Avilés generarían un área metropolitana con una capacidad muy brutal de obtener según qué ayudas a nivel europeo, pero no se puede desarrollar sin un proyecto específico para las alas, sobre todo para la occidental. La oriental tiene las ventajas de un turismo que ya no cabe, pero la occidental es, además, uno de las despensas de Asturias.
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-¿Es partidario de poner una tasa turística en Asturias?
-Soy partidario de proteger el paisaje asturiano como lo más valioso que tenemos.
-¿Y eso cómo lo traduzco?
-La costa asturiana hay que seguir protegiéndola al máximo porque es uno de los grandes valores que tiene la región. Cuando se protegió en su día contra el 'boom' de la construcción hubo a quien le pareció exagerado. La protección de la costa es una de las claves y también la de los parques naturales. No se pueden masificar. En el Parque nacional de Yellowstone, en EE UU, ya tiene cerrado el número de posibles visitantes para 2024. Han establecido unos límites. ¿La fórmula aquí es una tasa turística? Creo que no porque el que quiere venir, la paga. ¿Cuánto puede ser, un euro?
-Se habla de 2,5 euros la noche.
-¿Si quieres venir a los lagos de Covadonga desde Madrid o Burgos no vas a pagar 2,5 euros? Lo que hay que hacer es limitar la masificación. Hay que hacer una ley que fomente el turismo de calidad y no creo que subiendo impuestos o poniendo tasas contribuyamos a que lo haya.
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-¿Qué le parecen los presupuestos del Principado para 2024?
-Esperaba mayores modificaciones en el plano fiscal de cara a fomentar la actividad económica y empresarial. Hay que apostar por fomentar la iniciativa privada y por acabar infraestructuras que permitan el establecimiento de empresas. Los representantes institucionales se tienen que poner, y perdón por la expresión, a la cabeza de la manifestación. Y si no, veamos al alcalde de Siero y ahí están los resultados.
-¿Existen fórmulas mágicas para atajar la despoblación?
-Lo que hay que hacer es escuchar mucho y luego hacer y la ejecución presupuestaria es clave. Si a la gente le das unas condiciones de vida mejores en Oviedo, Gijón o Mieres es normal que no quieran vivir en otros sitios. Comunicaciones, digitalización e impuestos son claves. Somos un millón de paisanas y paisanos. El problema que me preocupa no es la cifra, sino la pirámide de edad que te obliga a incurrir en una serie de inversiones y gastos. Hay que ir renovando y trayendo gente nueva.
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-Pero no somos capaces de retener el talento. ¿Por qué?
-Es un tema que trabajé en el Consejo Social. No son incompatibles las ciencias tradicionales o culturales con las operativas. Apostar por las ingenierías, matemáticas o física no está reñido con estudiar artes, letras o filosofía. Pero la realidad es tozuda y los que estudian estas últimas no tienen trabajo. En algún momento la Universidad y la FP tendrán que sentarse y ver cuál es su responsabilidad, si generar titulados o empleados.
-¿Qué falla en la relación universidad-empresa?
-La economía actual no entiende de ningún encorsetamiento, y mucho menos del formativo. La formación dual es el gran éxito del sector industrial en el centro de Europa, donde los chavales ya hacen una parte de su formación en las empresas. Hagámoslo ya.
-¿Cómo?
-Estamos encorsetados en normativas que no llevan a ningún lado. Cambiémoslas. Hay posibilidad mediante instrumentos como fundaciones o cátedras privadas. En el banco tenemos varias en las que aportamos dinero y estaríamos dispuestos a aportar más.
-Es decir, fomentar el mecenazgo privado.
-Así es. Tiene que haber una ley ya de mecenazgo privado porque fuera ya lo están haciendo. Tenemos que reconvertir completamente la relación entre universidad y empresa, acompañando con normativas que nos permitan hacerlo. No es tanto un tema de presupuesto como de cambiar el modelo de relación y de trabajo.
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-Para fomentar el emprendimiento es necesario asumir riesgos, pero por todas las partes.
-Nosotros tenemos una unidad de 'startups' y estamos encantados de financiar proyectos donde no se pregunta lo de qué garantías tienes o quién te avala. Y hay recursos privados y también públicos, en Sekuens. Pero el problema es que vemos pocos proyectos. Hay que fomentar más la vocación empresarial de los jóvenes. Esa déficit es un reflejo de la imagen que tenemos que cambiar de los empresarios. Si somos capaces de poner el foco en el éxito empresarial habremos avanzado mucho. Pero no es fácil.
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