Los asturianos cambian la cesta de la compra por la subida de los precios

Así, con el índice deflactado, las ventas de alimentos y bebidas disminuyeron en septiembre, en relación al mismo mes del año anterior, un 1,5%, mientras que las del resto de productos bajaron un 8%. Y la caída es bastante mayor en la alimentación si se compara con el consumo del mes anterior, del 9,7% en relación a agosto, y en los demás productos del 7,8%. El gasto, sin embargo, va al alza debido al aumento de los precios.

Más allá de los datos estadístico, las cadenas de distribución están notando esos cambios. María Barrado, directora comercial de Alimerka, explica que en un entorno de inflación y de menos renta disponible, «el consumidor se vuelve mucho más sensible al precio y cambia sus hábitos de compra». Así, la cadena asturiana está detectando que sus clientes van más veces a comprar para controlar el gasto de su cesta, aunque adquieren menos productos de cada vez; también eligen opciones más baratas, con un claro trasvase de consumo hacia las marcas blancas, y son más sensibles a las promociones. Destaca, de hecho, el esfuerzo de la cadena para minimizar el impacto del precio de la cesta en un entorno tan complicado, «incluso asumiendo sobrecostes». De ahí que resalte que la OCU haya designado a estos supermercados como los que menos han subido los precios del país.

«Los principales cambios que hemos identificado desde la empresa en los hábitos de compra son una mayor frecuencia de compra, aunque de menos unidades o kilos por visita», señala, por su parte, Santiago Pulgar, director comercial y de marketing en Hijos de Luis Rodríguez (Masymas), que también explica que «hay un incremento significativo en la elección de las marcas propias». Este aumento «notable» también se percibe en Autoservicios Familia, especialmente en básicos como la leche, las pastas, las legumbres o las conservas, y la elección de productos más económicos, como es optar por banana en vez de plátano de Canarias. En su caso también detectan un mayor aprovechamiento de la actividad promocional, como son las ofertas del 3 por 2 o cuando se plantea un descuento del 70% en la segunda unidad.

Esta percepción es generalizada en todo el sector y también se percibe a nivel nacional e internacional. De hecho, la Encuesta de Expectativas del Consumidor del Banco Central Europeo, correspondiente al mes de diciembre, advierte de que el consumo se está encogiendo por el temor a escenarios aún más adversos que el actual.

Por su parte, la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged) llamó la atención sobre un informe lanzado por McKinsey & Company y EuroCommerce -organización europea a la que pertenece esta organización española- en el que se destaca la fuerte presión sobre los márgenes empresariales que sufren las compañías, debido al aumento de costes y la reducción del poder adquisitivo de los consumidores, que buscan alternativas y promociones más baratas. Y también revela que existe una «demanda polarizada», con consumidores con ingresos superiores que mantienen el crecimiento en productos saludables, sostenibles y 'premium', mientras que los hogares con un nivel adquisitivo menor reducen sus compras y eligen las opciones menos caras.