Avelino Rodríguez Miravalles (La Habana, 1949) aún no se cree que el Concurso de Saltos Internacional Oficial de Gijón (CSIO) que finalizo ayer haya sido su último concurso en Las Mestas. En su dilatada charla con EL COMERCIO, este gijonés de adopción reconoce que «me ... gustaría seguir vinculado al Hípico aportando mi experiencia» tras 51 años en el mismo -comenzó a colaborar en 1968-. La que ha sido 'la voz' del concurso durante cinco décadas habla de cómo este ha crecido en lo social y en lo deportivo hasta convertirse en uno de los mejores del mundo; alude a personajes que pasaron por el mismo como el capitán Valenzuela, la infanta Elena, Haya de Jordania, Jessica Springsteen, y da unas pinceladas de cómo habría que abordar su futuro, de la oficialidad o no de la competición y del camino para atraer a grandes patrocinadores internacionales.
-¿Es cierto que este año ha sido su último CSIO?
-Como jefe de pista de Gijón, con total seguridad.
-Lo había adelantado la alcaldesa en la presentación de esta edición.
-Así se lo manifesté al concejal José Ramón Tuero porque es la persona a la que tengo que comunicar esta decisión.
-¿Seguirá ligado a la organización en futuras ediciones?
-Ya explique que quería continuar mientras pudiera y mi estado físico y mental me lo permitiera porque llevo aquí desde 1968. Además es una cosa que me gusta y pienso que se puede aprovechar mi experiencia.
-¿Cómo dio sus primeros pasos en Las Mestas?
-Como muchos gijoneses, me acerqué a temprana edad con un amigo, entramos en contacto con la organización, que era el Ayuntamiento, y empezamos a colaborar con el jefe de pista de entonces.
-¿Era un concurso muy diferente al actual?
-En lo social, no. La importancia de la asistencia del público ha ido creciendo en función de la capacidad de la instalación. Pero, desde el punto de vista deportivo, sí ha sido diferente. Se han aplicado muchos más medios. Todos los deportes evolucionan y este también como es lógico.
-Se embarcó usted en el diseño de recorridos, aunque el concurso giraba a través de su persona...
-Empecé hace 41 años con los recorridos. Pero, aparte de este concurso, desempeñaba esta labor en más competiciones. Además estuve vinculado a la Federación Hípica del Principado, de la que soy directivo desde 1978. Pero, posteriormente, incrementé mis conocimientos sobre el deporte y los concursos, por lo que Daniel Gutiérrez Granda, que entraba de concejal en el Ayuntamiento, me dijo que si quería asumir la parte técnica del concurso en 1981.
-Fue 'la voz' durante algunos años. Hasta que Mori le dio el relevo.
-Cierto. Y durante bastante tiempo. Hasta 1993, cuando se celebró aquí el europeo. Entonces pensé que eran muchos instrumentos para un solo músico y le comenté a Daniel que había visto en Francia 'speakers' que animaban el espectáculo. Mori nos pareció ideal.
-¿Cómo eran aquellos concursos de sus inicios?
-Se parecían bastante a los de ahora. Solo que en los últimos cinco años se han hecho más profesionales y los de primera categoría han aumentado en gran medida sus premios.
-Desde luego, con un equipamiento externo e interno diferente.
-La corporación municipal siempre apostó por el concurso e invirtió hasta ser uno de los de mayor relevancia a nivel mundial dentro del calendario internacional.
--Tendrá usted para escribir un libro de memorias y anécdotas de estos 35 años como jefe de pista...
-Tengo muy mala memoria, pero de vez en cuando me viene a la cabeza alguna de tantas.
-Cuente, cuente.
-Recuerdo la ovación que recibió aquí el laureado jinete Piero D'Inzeo, con seis medallas olímpicas, que venía entonces de jefe de equipo de Italia. Precisamente aquel año ganó la Copa de Naciones. Cuando vio este concurso le entusiasmó y decidió de forma sorprendente participar.
-Muchos personajes deportivos y no tanto han pasado por el concurso. Por ejemplo, Luciano Pavarotti.
-Vino para inaugurar el Palacio de Deportes en 1993 siendo yo director del Patronato Deportivo Municipal. Me comentaron que teníamos que buscar algo nuevo. Daniel Gutiérrez Granda y Miguel Acebedo pensaron en Pavarotti. Yo conocía a un mánager mano derecha del tenor y apunté que podía intentarlo.
-Usted fue pieza clave, al calor del mundo del caballo, para que aceptara.
-Pavarotti tenía un club de hípica en Módena y yo había sido jefe de pista del concurso que se celebraba allí, lo que me abrió las puertas .
-¿Cómo fueron aquellos contactos?
-Le comentamos que celebrábamos en la ciudad el europeo y que le queríamos nombrar presidente honorario. Fue un gancho que aceptó.
-Y fueron a verlo a Glasgow.
-Viajamos para rematar la operación. Pidió que le enseñáramos unos caballos asturianos cuando viniese a actuar. Lo llevamos a San Cucao, concretamente a unas instalaciones que tenía Cecchini, y quedó encantado.
-También fueron destacadas las numerosas visitas de la infanta Elena.
-Era desde luego una gran aficionada. Le gustaba Gijón, su ambiente y su noche. Asistía a las reuniones que había.
-Y la participación de Jessica Springsteen, la hija del cantante Bruce.
-Es ahora casi una profesional de la hípica. Participa en competiciones del circuito internacional. Cuando vino aquí formaba parte de un joven equipo americano. Ha ido creciendo como amazona.
-¿Se pasa muy mal como jefe de pista?
-Como en todos los puestos en los que tienes una responsabilidad, hay momentos tensos. Pero si lo pasara mal no lo haría.
-No me diga que se lleva los deberes a casa para diseñar los recorridos del día siguiente...
-Los hice siempre. Hasta en una cafetería los llegue a diseñar.
-Entiendo que le saldrán de carrerilla.
-Yo lo que hago son muchos, después los reviso bastante bien y escojo ya después lo que me gusta.
-Usted se codeó con lo más granado de la hípica internacional en concursos por todo el mundo. ¿Más deporte o más vida social?
-La hípica, en general, es deporte, pero va ligada también a relaciones sociales. Hay muchos jinetes, amazonas y empresarios vinculados mundo del caballo que dan lugar a los que denominamos 'papel couché'. Con los que traté, siempre fue excelente.
-¿Alguna espinita que le haya quedado pendiente?
-Que yo recuerde en estos momentos, no. Y si la tuve ya cicatrizó.
-¿Alguna con el concurso local?
-Quedan cosas pendientes que me gustaría ver, sobre todo mejoras en varios aspectos.
-Ahora que deja la jefatura de pista, ya podrá aportar su ilustrada opinión. ¿Concurso en Gijón con la 'O' o sin la 'O' de oficial?
-La decisión de la 'O' hay que meditarla y contrastarla. Ver pros y contras y meditar el interés de quien patrocina, organiza y tutela el concurso. Las dos soluciones pueden ser buenas. Hay que mirar a dónde se puede llegar con cada una. En este momento hay una serie de caminos y debemos decidirnos.
-¿Los patrocinadores siguen mirando de perfil el concurso de Las Mestas?
-Hay que ver cómo se pueden captar esos patrocinadores de otro nivel porque la mayoría de los que tenemos son más bien locales o de ámbito regional y nacional.
-Sin embargo, las grandes firmas brillan por su ausencia...
-Tengo claro que hay hacerlo través de profesionales. De agencias que se dedican a ello, que tienen acceso a las personas o departamentos que controlan las cuentas de publicidad de las grandes marcas internacionales. Si pido hablar con quien lleva el márketing de Rolex, dirá que quién soy yo.
-Pero el importe de los premios es clave para traer de jinetes y caballos de la élite...
-Pues está claro que es una cuestión que hay que abordar para seguir mejorando.
-¿Gijón tiene el concurso que se merece?
-Si es por el público, yo creo que se merecería muchísimo más.
-Le carga de nostalgia saber que ahora dejará de 'pisar el verde'
-De momento, no. Puede que no me lo cree después de más de 50 años. Tampoco es para ponerse trágico. Mi voluntad es seguir ligado al concurso. Me gustaría ser ayudante de la persona que venga, que, a buen seguro, será más joven. Es lo que se hace en el resto del mundo.