El Narcea vuelve a dar el campanu de Asturias, un ejemplar «de los de antes»

Apenas una hora después, fue el pescador Gonzalo Díaz Soto, el que logró el afamando campanu en el río Narcea. A las 8.20 horas, picaba en su cebo natural un ejemplar de más de ocho kilos (8,210) en las aguas que discurren por el coto de Puente Láneo. La pieza midió 92 centímetros de largo y su captor decidió llevarlo a la tradicional subasta de Cornellana, una potestad del pescador. Así, este año el Narcea recuperó el campanu de Asturias, que en 2023 salió de las aguas del Sella, un salmón notablemente más pequeño, de 3,250 kilogramos y 70 centímetros.

Díaz Soto, vecino de Cangas del Narcea, de 56 años, y prejubilado de la minería, entró en el segundo turno en el coto tras el sorteo realizado entre los diecinueve pescadores que acudieron a esta ubicación y reconoció que «al número uno le picó dos veces y no tuvo la suerte de poderlo clavar, así que cuando fui detrás enseguida lo encontré».

Aficionado a la pesca de niño, el de ayer fue su primer campanu, un ejemplar «de los de antes», que era el comentario generalizado ayer entre los ribereños por su tamaño. «A principio de temporada suelen ser salmones buenos», comentó el veterano pescador, que hasta que no sacó el ejemplar no fue consciente de sus «buenas magnitudes», aunque le dio «un poco de guerra porque los salmones ahora están fuertes», aseguró.

Como marcar la tradición, una vez certificado este primer ejemplar como el campanu en el cercano Centro de Precintaje de La Rodriga y aceptado por el pescador acudir a la subasta de Cornellana, su captura fue anunciada con el repicar de las campanas del monasterio del Cornellana y el lanzamiento de voladores. Mientras tanto, para el pescador son momentos de nervios, pues desde que se produce la captura hasta tener por seguro que se trata del campanu «no empiezas a ver ver las cosas de otras manera», explica Gonzalo Díaz Soto.

«Los nervios los pasas cuando estás en el río sacando el salmón, porque hasta que no lo tienes en la secadera, lo llevas y sabes que es el campanu no estás tranquilo», añade el pescador, en conversación con EL COMERCIO, después de la subasta del ejemplar con el que dio continuidad a uno de los eventos más tradicionales del calendario festivo de la comarca suroccindental.

«En la subasta ni pinchas ni cortas nada, pero bueno cada vez que sube la puja te vas alegrando más», bromea Díaz Soto, que ayer vio cómo su campanu batía todos los registros anteriores al alcanzar un precio de 19.300 euros. «Da pa tapar muchos 'furacos», que todo va a ser para eso», aseguró tras la multitudinaria subasta vivida ayer en la explanada del monasterio de San Salvador.

La jornada de ayer se vivió con total normalidad en los ríos asturianos, cuatro semanas después de que se abriera la temporada en la modalidad sin muerte. Esa ocasión fue aprovechada por algunos pescadores para manifestarse contra la normativa autonómica que este año extiende los cupos a todos los ríos y establece restricciones con el objetivo de recuperar la especie. La localidad de Quinzanas, ribereña del Narcea, en el municipio de Pravia, fue escenario de una manifestación de protesta que obligó a suspender la celebración de la Fiesta del Regreso del Salmón, cuyos promotores se concentraron también para realizar alguna varada en el río.