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SENÉN MORÁN
GIJÓN.
Jueves, 29 de agosto 2019, 00:13
«Los caballos se encuentran muy bien porque son unas instalaciones fenomenales». Tras el primer día de competición, la actividad es frenética en las cuadras. El jinete mexicano Eduardo Sánchez, con su chaqueta verde y su pantalón blanco, entra en el hogar de los verdaderos ... protagonistas del complejo deportivo de Las Mestas durante estos días. Los equinos son tratados, afirma, «como reyes» durante todo el concurso. Se les lavan a diario, se les pasean para relajarlos, se peinan sus crines... Todo es poco para los ejemplares durante su estancia el recinto gijonés. Ni un detalle se olvida a sus responsables.
Cada jinete, en cualquier caso, es un mundo. En cierta manera, como cualquier deportista. Cada uno participa en el día a día del caballo, al que se mima en cada detalle para conseguir la victoria.
En lo personal, pues las manías también existen en la hípica, el mexicano comenta que le gusta subirse a «montar un ratito para que salga a relajarse», algo que normalmente realiza «dos o tres horas antes de que arranque la competición». La finalidad de este paseo es que el caballo «se estire» pues luego volverá «a las cuadras para descansar un poco».
Ya lejos de los gustos personales de cada profesional, los equipos suelen seguir el mismo guión en el trato a sus caballos. Por ejemplo, «sacar a los ejemplares a caminar un poquito por la mañana, darles de comer y salir un rato a pastar».
Los equinos son mimados hasta en el último detalle. No se pasa nada por alto. Desde el cuidado físico para evitar lesiones hasta la imagen que muestra cara al público. «Todos los días se le baña, se le peina y se le ponen sus vendas», explica Eduardo Sánchez, que añade que incluso «se les aplica hielo si tienen que saltar». El jinete mexicano, en un ambiente distendido y entre risas, repite aquello de que «viven como reyes» y engloba dentro de esta expresión todos los tratos que recibe su «compañero» para poder rendir a su mejor nivel dentro del circuito del CSIO.
Los reyes quizá no, pero los atletas sí viven de su físico. En este aspecto incide Eduardo Sánchez. Es decir, en tratar al ejemplar como un deportista de élite pues al final es lo que es. Compite codo con codo con su jinete o amazona para lograr el primer puesto en cada prueba que se le ponga por delante. Después de los entrenamientos o de la competición es importante limpiar los cascos, refrescarle los tendones y prepararlo todo para que descanse: quitarle la silla, taparlo, darle su ración de comida...
«Les cuidamos como a cualquier atleta porque es lo que son», afirma. Ello incluye un reconocimiento médico exhaustivo al que se tienen que someterse todos los caballos antes de salir a concurso para examinar si arrastran problemas que, en algunos casos, son bastante comunes. Normalmente, por los largos viajes que realizan en los camiones, en los que pueden hacerse heridas (leves la mayoría) que pueden producirles algún tipo de cojera (cosa que valoran los expertos el día antes de comenzar).
El jinete le quita algo de importancia pues considera que «los camiones en los que van hoy en día son muy cómodos». De hecho, los compara con lo que para las personas sería subirse a «un avión en primera clase».
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