El grito contra la ELA desde la cima del Urriellu

La escalada forma parte del proyecto 'Los 5 Gritos contra la ELA', que consiste en realizar cinco expediciones diferentes donde cuatro personas con esta enfermedad se enfrenten a ellas, cada una con sus limitaciones y posibilidades.

Después de completar hasta en seis ocasiones un 'Ironman' (3,8 km a nado, 180 km. en bicicleta y 42 km a pie), este córdobes de 41 años ha afrontado este reto tres años después de ser diagnosticado con esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Sin duda, ayer en Asturias, realizó su mayor proeza como deportista con la ascensión a la icónica montaña, con el añadido de lo que supone escalar los 500 metros de pared vertical del Urriellu para una persona con sus limitaciones físicas actuales. «Hemos dado un paso de gigante en la lucha por visibilizar la ELA», reconoce Roldán.

Espoleado por un equipo con hasta 32 profesionales, completó cuatro horas de ascensión hasta la cima. «No quiero engañar a nadie. Ha sido un reto durísimo y muy exigente. Pero es que la vida es así. Y esto ha sido una demostración de vida para todos y de que se puede convivir con la ELA», explica horas después de completar su ascensión.

A Miguel Ángel le habían advertido de la peligrosidad de la ascensión. De que no era un desafío factible para él. Pero Roldán se empeñó en llevar la contraria a cuantos le han dicho que estaba ante una «locura».

«¿Si era imposible lograr culminar la ascensión? No. Cuando me faltaban las fuerzas pensaba que hay cuatro mil enfermos de ELA tirando de mí. Y ese impulso ha sido tan fuerte y grande que es el que ha terminado por ayudarme para poder lograrlo. Estoy muy feliz y orgulloso de haberlo logrado», afirma eufórico.

«Ha sido el reto más emocionante de toda mi vida», mantiene el andaluz, empeñado como estaba en que la ascensión sea vista y reconocida en todo el mundo porque solo así se puede combatir una enfermedad que no tiene cura y que tiene más de cien años de historia, pero aún se desconocen los avances. Hoy, de hecho, será recibido por el presidente del Principado, Adrián Barbón.

Hasta cuatro operadores de cámara y la colaboración de escaladores como José Carlos Tamayo, Unai Llantada, Turenno Rodríguez, Alan Maigray, Fernando Novales, Fernando Calvo González o César García Gil hicieron posible el reto. «He tenido la enorme suerte de contar con un equipazo que estaba en todo momento pendiente de mí», asegura. Roldán comenzó la escalada a las siete de la mañana. Tocó la cima del Naranco de Bulnes en torno a las 15 horas. Cuando llegó a la cumbre no pudo reprimirse y gritó con fuerza. Una liberación para un hombre que quiso mostrar con su gesta que no hay nada imposible por cruel que sea la enfermedad.