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Saúl Craviotto, en la carrera que le ha dado su sexta medalla olímpica.
Craviotto, rey olímpico
Juegos Olímpicos de París

Craviotto, rey olímpico

El palista afincado en Asturias gana su sexta medalla olímpica, un hito que nunca antes se había logrado en España

Jueves, 8 de agosto 2024, 13:55

Para Valentina, Alejandra y Olivia es su padre. Para el resto de España, el mejor deportista olímpico de la historia. Saúl Craviotto ha conseguido en cinco Juegos Olímpicos lo que ningún otro español: dos oros, dos platas y dos bronces. A sus 39 años, es el mayor medallista olímpico del país después de que este jueves haya quedado tercero en K4-500 m en París.

Con este palmarés, Saúl Craviotto (Lérida, 1984), afincado en Gijón, se ha superado ya al canoísta David Cal (un oro y cuatro platas). La relación de Saúl con el piragüismo viene de lejos. Y buena culpa de ello la tienen su padre Manuel y su tío Víctor, quienes practicaban este deporte. Siempre que la familia se iba de vacaciones, se buscaba un destino con agua. Y la piragua, bien sujeta, se encontraba en la baca del coche.

El pequeño Saúl se subió a una de estas embarcaciones por primera vez con poco menos de un año, y cuando cumplió los siete comenzó a practicar el piragüismo con cierta frecuencia. Y eso que el fútbol, la natación y el kárate también tenían mucho tirón en su Lérida natal. Su madre Emma, en una especie de 'ultimátum', de esos que solo saben hacer las madres, le pidió que «hiciera el favor» de decidirse por uno de ellos.

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Entonces, Craviotto eligió las palas. Comenzó a entrenarse en serio, tres veces a la semana, a los once años, y fue a los quince cuando recibió la llamada de la selección júnior de piragüismo.

Como no hay éxito sin sacrificio, le llegó el momento de tomar la primera decisión complicada: debía trasladarse a vivir a Madrid para continuar con la competición de alto nivel. La residencia del Centro de Alto Rendimiento Blume fue su nuevo hogar y el embalse de Picadas, en el municipio de San Martín de Valdeiglesias, su habitual lugar de entrenamiento. Mientras tanto, en Lérida dejaba a sus padres y a sus amigos de la infancia.

El esfuerzo le trajo las primeras recompensas. Victorias notables. Se confirmó como un prometedor talento con 16 años en el Mundial de Curitiba (Brasil), donde obtuvo su primer metal, una plata, en categoría juvenil. Algo que refrendó tiempo después en el Europeo de Polonia sub 23, en el que ganó dos medallas de oro.

Al mismo tiempo, Saúl tenía claro que la piragua no le daría en el futuro la estabilidad económica que pudieran ofrecer otros deportes de élite. A los 18 años comenzó a preparar oposiciones para ser policía nacional, a los 19 las aprobó y a los 20 juró el puesto.

Los malos resultados cosechados por la selección española en el Campeonato del Mundo de Duisburgo (Alemania), en 2007, obligaron a los seleccionadores a realizar cambios drásticos en el equipo. Se cambiaron las embarcaciones, las distancias de las pruebas competitivas y también los piragüistas.

Eran los cimientos de una de las duplas más exitosas del piragüismo español: Saúl Craviotto y el gallego Carlos Pérez Rial, 'Perucho'. Ambos, además, cincelados desde entonces por el técnico luanquín Miguel García.

Madrugones en Trasona

Ya con un puesto de policía en Gijón, y con el embalse de Trasona como testigo de sus madrugones diarios, comenzó a prepararse para los Juegos de Pekín, donde logró junto a Perucho su primer oro olímpico en la categoría de K-2 500. Se trataba de un logro impensable tan solo nueve meses antes, cuando comenzaron a entrenarse juntos. Su compañero de embarcación recordaba que la primera semana de acoplamiento había sido «patética» e incluso volcaron con su kayak en más de una ocasión.

En el camino a Londres 2012, a su palmarés se sumaron más medallas cosechadas en europeos y mundiales, tanto en K-1 como en K-2. Sin embargo, la dupla no logró clasificarse para la cita olímpica -una ola levantada por las fuertes rachas de viento en la prueba del preolímpico disputada en el lago Malta (Polonia) les dejó sin billete- y Saúl tan solo acudió a competir en la disciplina de K-1 200.

En la capital británica, Craviotto volvió a subirse al podio, esta vez con diez kilos más, ya que compitió en una prueba en la que era necesaria mayor potencia y explosividad.

Con la medalla de plata al cuello, y el anillo de compromiso en el bolsillo, Saúl llevó a su novia, la gijonesa Celia García, a Piccadilly Circus, la plaza más famosa de Londres, y allí le pidió matrimonio. Se casaron en Gijón en septiembre de 2013.

De nuevo comenzó otro ciclo olímpico. Otra Olimpiada. Y esta fue dura. Más si cabe. Tocó sufrir. Craviotto no logró el billete a Río en el Mundial de Milán, en agosto de 2015, y pensó en la retirada: «Fue mi peor momento, fallé, me descoloqué y me vi fuera de los Juegos».

Fue un momento humano, de flaqueza. Sin embargo, quienes mejor le conocen destacan de él su «fortaleza mental», algo que demostró al no arrojar la toalla. De nuevo se lo jugó todo a una carta, a treinta segundos de carrera, y por el camino largo: el preolímpico de Duisburgo. Y allí consiguió la plaza a Río.

Acudió a Brasil junto al palista Cristian Toro, con quien consiguió el oro en la modalidad K-2 200. Y dobló la apuesta. En el penúltimo día de competición ganó el bronce en el K-1 200.

Al mismo tiempo, a 8.330 kilómetros de aquel lago brasileño, en su casa, en Gijón, toda su familia saltaba de alegría. Hasta Valentina, aunque todavía no supiera que aquella pequeña gran revolución familiar era motivada por una piragua. La que remaba su padre. Después más tarde llegarían sus dos hermanas.

Mientras preparaba un nuevo ciclo olímpico, Craviotto se colocó un delantal, empuñó sus cuchillos y se puso frente a los fogones de 'Masterchef Celebrity' en 2017. El campeón olímpico volvió a saborear las mieles de la victoria.

En 2020 tocaban nuevas Olimpiadas, esa vez en Tokio, pero la pandemia de coronavirus obligó a posponerlas a 2021. Un año más de preparación que le llevó directo a la plata junto a Carlos Arévalo, Marcus Cooper y Rodrigo Germade. Igualó en ese momento a David Cal como deportista español con más medallas olímpicas. Pero Saúl seguía en activo y quería más.

Misma prueba, K4-500 m, mismos compañeros y dos años menos de entrenamientos, Saúl Cravitto llegó a París e hizo, de nuevo, historia.

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