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J. MOLINS / J. BARRIO
VALENCIA / GIJÓN.
Jueves, 7 de marzo 2019, 00:12
El futbolista del Levante Toño García, investigado en el marco de la 'Operación Lubido-Hezurra', llevada a cabo por la Guardia Civil de Teruel y de Guipúzcoa, se ejercitó ayer por la mañana junto al resto de sus compañeros en la ciudad deportiva de Buñol. Fue su primera sesión de trabajo con sus compañeros, en su vuelta a la normalidad, desde que el pasado viernes saliera de la prisión de Teruel. Después de tener varios días libres para descansar junto a su familia, el lateral izquierdo se reincorporó a la dinámica del equipo granota.
En esta jornada, el futbolista trabajó en el gimnasio para ir cogiendo el ritmo. El jugador ya había acudido el lunes a Buñol para trabajar en solitario junto a los recuperadores del club, pero el resto de la plantilla contaba con jornada de descanso tras el partido disputado en Leganés, por lo que ayer habría sido el primer día del reencuentro.
El lateral izquierdo, nacido en Alcalá de Henares hace 29 años, pasó 21 días en la cárcel de Teruel, concretamente desde el pasado 8 de febrero, pero la Audiencia Provincial aceptó el recurso de su abogado y lo dejó en libertad provisional. Este mismo lunes, Toño explicó en la web del club granota que vivió todo este tiempo «como una pesadilla» y que va a «demostrar su inocencia», ya que se le acusaba de pertenecer a una banda organizada que extorsionaba a gente, en una operación que ha dejado 40 víctimas y 15 de sus miembros encarcelados.
El jugador granota, que antes de conocer su implicación había renovado con el Levante hasta 2023, todavía continúa siendo investigado por estos hechos por los delitos de blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal. Cada quince días tiene que personarse en el juzgado para firmar. Uno de los presuntos cabecillas de la trama, según distintas informaciones, sería I. B. O., alias 'Salva', con el que el futbolista del Levante mantendría algún vínculo.
Junto a otro de los cabecillas, M. F. M., alias 'Erik', habría puesto en marcha una organización para extorsionar a distintas personas a través de una página de contactos (www.pasion.com) y, según explicaron ayer fuentes cercanas a Abelardo, a través de otras fórmulas de chantaje, con llamadas de personas que aducían algún problema grave de salud. Terminaban amenazando a la víctima con llevar a cabo algún tipo de acción contra sus familias si no recibían una cantidad de dinero.
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