El derbi estalló en el túnel de vestuarios

En el interior del túnel de vestuarios, la disputa se endurece. Javi Rico trata de calmar ánimos. Jony, Eric Ramírez, Kravets y Djuka están muy revolucionados. Hay una pelea, que parece quedar registrada en un vídeo que tiene el Oviedo, pero que no se puede publicar, puesto que solo tiene permiso para grabar a sus jugadores de camino al vestuario visitante, no a los del Sporting. También aparece en la escena el 'coach' Joseba del Carmen y Javier Martínez. Y varios jugadores azules, como Bolaño, Sangalli o el propio Femenías, que denuncian que los futbolistas rojiblancos les están esperando para agredirles.

En el Sporting asumen que las imágenes del césped ya están circulando, pero los ánimos están muy caldeados. Babin, uno de los últimos en entrar por el túnel de vestuarios, escucha antes de intervenir en una entrevista de televisión una frase peyorativa de dos jugadores del Oviedo. Iván Cuéllar y Marc Valiente, dos de los más veteranos, tratan de calmar los ánimos. Los capitanes del Sporting entienden que, ante las imágenes, no se puede justificar nada. Villalba es otro de los que llegan encendidos al vestuario tras un rifirrafe con Sangalli, pero sin estar en la escena.

Jugadores del Sporting han creído ver que el extremo azul ha hecho un corte de manga a la grada, pero el futbolista defiende que se estaba señalando el brazalete, que portaba en ese momento, y las imágenes confirman que el jugador se está golpeando el bíceps de su brazo izquierdo. Bolaño, poco después, lidera un paseo festivo por todo el campo con su camiseta en alto, con el número '18', ante los gritos de El Molinón.

Martí y 'Cuco' Ziganda, mientras, realizan un ejercicio de sensatez pública y tratan de bajar decibelios a la jornada. El entrenador del Sporting no ha visto todavía ni tiene constante de lo sucedido con Femenías. Tampoco quiera entrar en detalles, salvo por la mención al comportamiento de un agente de la Policía. El técnico azul pide perdón por si la celebración del Oviedo ha sido efusiva y trata de restar importancia a lo ocurrido.

La tensión se mantiene, aunque varios jugadores del Sporting y del Oviedo tienen una buena relación, hasta que el autocar azul sale de El Molinón, abucheado por un grupo de aficionados. Minutos antes, los rojiblancos, dolidos, escuchan la música y los gritos de celebración que sale del vestuario visitante, con la puerta abierta. El escozor del derrotado, que insiste en que todo el comportamiento del Oviedo, desde que el balón comenzó a rodar, ha estado guionizado. Los azules disfrutan de su triunfo. Los gijoneses sufren con la derrota y son despedidos de forma agria por los aficionados a la salida de El Molinón.