El Sporting y los jugadores piden perdón: «La violencia no está justificada»

«Lamento mucho los incidentes de ayer -por el sábado- tras el partido. No reflejan los valores del deporte ni de mi equipo», asumió Rivera, enfatizando que «nada justifica mi comportamiento». Tampoco, prosiguió, «ningún tipo de provocación previa hacia nosotros o nuestra afición». Todo el hilo de comunicados que se publicaron ayer desde el Sporting tuvieron como nexo el perdón y la evidencia de un malestar con algún jugador del Oviedo.

La agresión en la que participó Christian Rivera se originó tras el pitido final, cuando varios jugadores rodearon al portero del conjunto azul, considerando que este había realizado gestos de provocación hacia la Grada Norte con la confirmación de la victoria del Oviedo. El mediocentro, según recogió el acta del partido, fue expulsado por golpear «con su mano en la cara con fuerza excesiva» a Femenías. Rivera había sido sustituido en el minuto 62 por José Gragera.

Al mismo tiempo, Berto, que también se encontraba en la escena y que no había jugado, lanzó «dos patadas a la altura de la pierna» de Femenías. No impactaron, pero Trujillo Suárez también tomó nota de ello y le expulsó dentro de los incidentes del partido. «Quiero disculparme con todas las personas aficionadas al fútbol, todos mis compañeros de profesión, el club y afición. La violencia no está justificada en ningún caso, ni tampoco ante ninguna provocación», reiteró el delantero.

Esta tangana se disolvió con la mediación de Gaspar y la aparición de 'Cuco' Ziganda, quien sacó a su portero del círculo de jugadores rojiblanco que le rodeaban. Todo arrancó con un agrio reproche de Borja López, quien habría afeado a Femenías su gesto al público, y un choque posterior de Berrocal con el portero. Luego llegaron más jugadores, los empujones de Guille Rosas y las agresiones recogidas en el acta. Esta fue la primera reyerta. Luego habría una segunda al otro lado del campo, con un roce con la Policía Nacional entre medias, y ya una tercera, más seria, en el túnel de vestuarios.

La disculpa del Sporting tras el altercado alcanzó un plano institucional, con un comunicado que emitió el club a primera hora de la tarde, con el mismo patrón de sus futbolistas. Pidiendo disculpas, pero, al mismo tiempo, confirmando y deslizando ese malestar por algunos gestos de los futbolistas del Oviedo. «El Sporting lamenta los incidentes ocurridos sobre el terreno de juego una vez concluido el encuentro», aseguró el club, rechazando «cualquier tipo de acción contraria a los valores que deben prevalecer en el deporte en general y en la práctica del fútbol en particular». Nada, prosiguió, «ni siquiera el comportamiento de aquellos que pueden confundir una celebración con la provocación a la afición local, justifica el empleo de una mala acción contraria al ideario de este centenario club». En el fútbol, subrayó el Sporting, «es importante saber perder, pero también ganar».

Los dos futbolistas rojiblancos, a la espera de ver si hay alguna actuación más, están ahora propuestos para ser sancionados. Los dos podrían estar de baja un mínimo de cuatro partidos, aunque todo queda pendiente del veredicto del Comité de Competición. «Pido disculpas a todos mis compañeros de profesión, a mi equipo, y a la afición del Sporting y del fútbol en general. Mi trayectoria siempre ha estado ligada a la deportividad y al respeto hacia mis compañeros de profesión. Sé que he cometido un error y que ya no puedo cambiarlo, pero sí debo mirar hacia delante con el objetivo de ser cada día mejor en el apartado personal y profesional», concluyó Rivera. También insistió en su arrepentimiento Berto: «Pido perdón por mi reacción, que no responde a los valores de la deportividad y el respeto a los rivales que siempre practiqué. Esto hoy duele, pero estoy seguro de que será un aprendizaje de futuro».

El club, por otra parte, informó de que no se habían producido incidentes ni en las gradas, ni en los aledaños de El Molinón, ni en las horas previas al partido. Algunos aficionados informaron de dos agresiones a dos seguidores del Oviedo, pero no hay constancia de ellas. EL COMERCIO contactó con la Policía y con el propio Sporting, desmintiendo el registro de esos incidentes. Al margen de lo sucedido en el césped, donde intervinieron los agentes, solo se identificó a un aficionado, en estado de embriaguez, que fue sacado de El Molinón. También se produjo un pequeño desencuentro en la Tribuna Oeste. Otro seguidor azul cayó al césped al intentar coger una camiseta de Sangalli, pero sin que necesitara de asistencia médica.

A partir de ahí, queda también ahora por ver si la Comisión Antiviolencia toma alguna determinación añadida sobre lo sucedido en el partido del sábado en El Molinón, especialmente en cuanto a las cuestiones puramente ambientales. En los próximos días, en ese sentido, las imágenes del partido entre el Sporting y el Oviedo serán revisadas para ver qué tipo de irregularidades detecta en el ambiente, si las hay, y si a partir de este visionado se establece algún tipo de sanción por los cánticos que se escucharon durante el partido.