Aficionados y veteranos coinciden: «Han sido unas imágenes desagradables»

«No me gustó porque no refleja lo que es un derbi. Yo, que tuve la suerte de vivir varios, no entiendo la reacción de los jugadores del Sporting. Los derbis son para celebrar. Empiezan antes y acaban después. Creo que se equivocaron», apunta Esteban, exportero del Oviedo. «Te puedes enfadar. A mí en el Tartiere me han mandado callar y lo aceptas. Hay momentos que tienes que celebrar la victoria y otros... Hay que aceptar la derrota», añade.

Eloy también pone hace hincapié en otro de los posibles factores a tener en cuenta para caldear los ánimos: las redes sociales. Aunque considera que eso venía ya pasando durante toda la semana previa al encuentro. Lo cierto es que el clima entre los clubes no beneficiaba a que el partido se viviese con menos o igual tensión que cualquier otro derbi asturiano. No obstante, los aficionados azules parecen tener claro lo que ocurrió tras el pitido final. «¿Celebrar una victoria es provocar? Entonces se provoca todos los días. Lo que me parece grave es que se quiera justificar la agresión con eso», sostiene Ramón Martínez, videpresidente de la Peña Oviedista Castrillón. «Celebrar el triunfo es para ellos un ataque. Es el producto de la frustración y de la mala leche que les queda», afirma.

Algo que también condena María Álvarez, presidenta de la Peña Oviedista Olivares: «Las imágenes son lamentables, es justo lo que no debe de suceder en un campo de fútbol. Es el antifutbol». «Ahora mismo no veo posible el acercamiento entre los clubes. Con todo lo que aconteció en El Molinón se abre todavía una brecha mayor que la que había previamente», añade sobre la rivalidad existente entre las propias instituciones.

En el sportinguismo también hay pesadumbre por lo ocurrido. «No me pareció normal lo que se vivió. Que los jugadores del Oviedo se dirigiesen a la grada de los ultras sí parece una provocación, pero no por eso tienes que saltar», apunta apesadumbrado Manolo Llana, de la Peña Sportinguista Nacho Cases.

Los aficionados de unos y otros defienden a los suyos. Los azules apuntan que la frustración del Sporting por no poder «arreglar la temporada» ganando al eterno rival desencadenó las imágenes vividas. Los rojiblancos, que la provocación del Oviedo fue lo que lo desencadenó: «Parece que toda la culpa es del Sporting... Yo no digo que esté justificado lo que hicieron porque está mal la violencia, pero si siete fueron a enfrentar a un jugador es porque hizo algo». «Y los que estuvimos en la grada vimos lo que hizo, pero de eso no se habla», defiende Patricia Allende, de la Peña Sportinguista Moracey Caravia. «Ganaron, que lo disfruten... Pero de no haber provocación previa no se habría llegado a lo que se ha llegado», incide.

«Está claro que hay rivalidad, pero hay que entenderla de la forma más positiva. En estos casos siempre hay uno que puede interpretarse ciertas acciones o actos, pero creo que no hay que sacarlo del contexto de una rivalidad sana», sostiene el exportero rojiblanco Juan Pablo. «La afición estuvo de diez. Estuve en la grada, la gente quería apretar y poner las cosas difícil. Querían animar, había más tensión pero estuvo bien», sentencia después de haber vivido el encuentro desde los asientos de El Molinón. «No beneficia a nadie ni representa lo que es el derbi asturiano», hace hincapé el exrojiblanco.