Humor a prueba de derbis

Hace algo más de dos años la charanga gijonesa Kop'a Vino participaba en el Descenso Folklórico del Nalón. Hasta allí se habían acercado Pedro Montero y su familia, a quienes llamó la atención la actuación del grupo. Se acercaron a ellos, comenzaron a hablar y Felipe Martínez, presidente de la charanga, acabó «echándoles el lazo». Primero llegaron Pedro Montero y su hija Patricia, y, algo después, su esposa, Sandra González. La peculiaridad del fichaje es que esta familia asentada en Oviedo siente los colores del club carbayón, lo que les convierte en los únicos de un grupo en el que reinan los colores rojiblancos. «Hay la típica piquilla, pero es algo sano», reconoce Pedro Montero, trabajador del sector del metal que ya había sido integrante de una 'batukada' ovetense.

La convivencia entre unos y otros es buena. A una agrupación que tiene en el Antroxu una de sus citas inexcusables del año no se le puede reprochar que le falte el humor. Y a eso se agarran cuando gana un equipo o pierde el otro. «El deporte es deporte y la rivalidad es buena porque crea más ambición por ganar. Pero no hay que confundirlo con los insultos y demás. Una vez que acaba el partido, somos todos amigos».

La proximidad del derbi entre el Sporting y el Real Oviedo, que esta vez se juega en El Molinón, aviva un poco más las ganas de fiesta y humor. Pedro Montero es conocedor de que el Antroxu se vive «muy a fondo en Gijón», por lo que no le sorprende que estos días las bromas se multipliquen. «Siempre es lo típico, te llaman carbayón, azulito... Aunque como nosotros somos del Oviedo intentan evitarlo un poco. Por otras cosas igual puede haber conflicto, pero con el fútbol no».

Lo que tiene claro Pedro Montero es que, por mucho que esté encantado de formar parte de la gijonesa Kop'a Vino, el sábado tiene que ser el Real Oviedo el que se lleve los tres puntos de El Molinón. «Vamos a quedar 1-2. El Sporting con el Oviedo siempre palma», bromea.

Su hija Patricia también lleva con humor las bromas de sus compañeros de Gijón. Esta joven enfermera, que era más futbolera de lo que se considera ahora, que iba al Carlos Tartiere con su padre y su abuelo, pero a la que ahora los horarios laborales no le permiten acudir al fútbol, cree que habría que ponerle un poco de «espíritu antroxero» al partido de máxima rivalidad regional. «Lo importante es que gane el mejor. Al fin y al cabo, somos todos asturianos».

Patricia Montero, aunque vive con mucha deportividad la rivalidad entre ambos equipos, igual que sus compañeros sportinguistas, no se calla ante las bromas. «Enol, el hijo del presidente, nos canta canciones del Sporting, las que se oyen en el campo. Nosotros respondemos cantando las del Oviedo». Según su experiencia, a la que más intentan 'picar' es a su madre. «Le hacen mucho de rabiar».

Sandra González fue la última de la familia que se sumó a la charanga. Junto a su familia, estuvo en una 'batukada' de Oviedo, pero, terminada esa aventura y vista la experiencia de su marido y su hija, decidió dar el paso. «Intentamos poner humor y alegría. Voy a pasarlo bien y a desestresar».

Aunque confiesa no ser demasiado futbolera, los colores del Real Oviedo tiran sobre todo por lo que le llegó de su familia. «Mi padre era pasión lo que tenía por este equipo. Fue socio toda la vida y también jugó en algún equipo como el Astur. Le gustaba mucho el fútbol».

Con los colores en la sangre, Sandra González es habitual diana de las bromas, pero no se esconde. «Yo también les pico. Si les digo algo es por hacer unas risas», confiesa esta oviedista que pone por delante de los colores la hermandad. «Ante todo somos todos asturianos. Me gustaría que subieran a Primera los dos». Eso sí, para el partido del sábado tiene un pronóstico claro. «Espero que gane el Oviedo por 0-1. A ver si no me equivoco».

Ella no va a acudir al campo, pero lo que no le gusta es la deriva que este partido ha tomado desde hace algunos años, obligando a desplegar un amplio operativo de seguridad y separando a las aficiones. «Sería conveniente que la gente fuera a pasarlo bien, con una piquilla sana. Qué es eso de tener que estar en el campo tres horas antes del partido».

La de esta familia no es la única historia peculiar que hay en la charanga Kop'a Vino. La profesión de su presidente es la de carpintero, pero en invierno trabaja en el sector de la seguridad. Y esa ocupación le ha llevado a ser vigilante en los dos principales campos de Asturias. «Soy de Gijón y del Sporting, pero no me mato por el fútbol. Cuando estoy en El Molinón saben que soy amigo de ellos, pero hago mi trabajo igual que en el Carlos Tartiere. Si quieres colar una lata o algo prohibido, la voy a encontrar».

La convivencia en la charanga con estos tres oviedistas no puede ser mejor. «Para mí son de casa, somos de la edad. Hacen el esfuerzo de venir desde Oviedo y, desde mi punto de vista, se lo merecen todo».

Aunque reconoce el pique que hay entre unos y otros, nunca han tenido por el fútbol «una palabra más alta que otra». Y eso le gustaría ver también en el ambiente del partido de máxima rivalidad en el fútbol asturiano. «Estamos en una época en la que la gente se ríe poco. Hay que reírse más de uno mismo y ponerle un poco de humor de Antroxu al derbi. Si al final, los jugadores van a seguir cobrando igual», bromea este veterano integrante de la charanga gijonesa.

El cariño hacia Pedro Montero, Patricia Montero y Sandra González es enorme, pero Felipe Martínez tiene claro que el sábado debe ser el Sporting el que se lleve la victoria. «Vamos a ganar 2-0. Da igual la racha de los derbis o cómo llegue cada equipo, tenemos que sentar precedente».

Lo que queda patente en esta charanga es que por encima de los colores están la amistad y las ganas de divertirse, un espíritu que pretenden trasladar a un derbi de alto voltaje.

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