Sporting-Oviedo
«Estoy muy ilusionado de estar aquí para el derbi. Es muy importante para mí»
Sporting-Oviedo
«Estoy muy ilusionado de estar aquí para el derbi. Es muy importante para mí»Cuatro días después de salir de Osaka, el japonés y sportinguista Keita Shimada aterrizó esta mañana en el Aeropuerto de Asturias procedente de Barcelona, donde hizo la última escala de un largo viaje en el que ha recorrido 10.462 kilómetros para cumplir su sueño y ver, por primera vez, al Sporting en El Molinón. «Estoy muy ilusionado de estar aquí para el derbi. Es muy importante para mí», declaraba el aficionado rojiblanco nada más aterrizar.
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Preparado para la típica lluvia asturiana, Keita sacó su chubasquero, que no podía ser otro que el del Sporting y, divertido, mostró también sus calcetines, también del club gijonés, haciendo gala de su pasión por el equipo. La primera parada del nipón en tierra asturiana era Mareo, donde el club, con el que había contactado previamente, le había citado para que conociera las instalaciones.
EL COMERCIO acompañó a Keita en su desplazamiento hasta la escuela de fútbol, mientras el joven explicaba que «pese a que estoy muy cansado, creo que aunque quisiera no podría dormir de lo nervioso que estoy por estar aquí y saber que voy a ver al Sporting». Y es que ha dormido muy poco porque después de una jornada en Barcelona en la que aprovechó para una visita rápida a la ciudad y degustar comida típica española con un amigo japonés, Keita cuenta que se tuvo que levantar a las tres de la mañana para plantarse en el Prat sobre las seis para coger el primer vuelo con destino a Asturias.
Pero el cansancio no impide a Keita ir fijándose en todo y cuando vislumbra el primer cartel en la autopisa que señala la distancia kilométrica a Gijón apunta con el móvil para hacerle una foto. Divertido también dice que no piensa pisar Oviedo y que, lógicamente, no tiene ningún interés en conocer el Carlos Tartiere. Añade como anécdota que conocía a una jugadora japonesa que militó en las filas del femenino carbayón y a la que no tuvo ningún problema en recrimir su militancia azul. «Le decía que no me gustaba nada su equipo», dice entre risas.
En principio, Keita va a estar en España tres semanas y, superado el derbi, tiene la intención de ver a su equipo en las dos jornadas que restan de competición. «Quiero ver al Sporting en Ipurúa y contra la Ponferradina en El Molinón», comenta, atascándose en la doble 'r' de la localidad leonesa, al igual que con el apellido de David Barral, exrojiblanco al que conoció cuando jugó en el Tokushima Vortis.
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«Hola. Me llamo Keita y soy de Japón» es lo único que, de momento sabe decir en español, afirmación que rubrica con un contundente «¡Puxa Sporting!», «que es lo más importante», añade. Pero sí sabe decir por su nombre algunas de las delicias gastronómicas del Principado, que tiene la intención de degustar durante su estancia aquí. «Quiero probar el cachopo, la fabada y mi amigo de Barcelona me ha dicho que aquí está muy rica la morcilla». Cuando el periodista le explica que tanto la morcilla como el chorizo los encontrará dentro de la fabada, Keita pide por favor cambiar de tema, «porque desde que me levante a las tres de la mañana no he comido nada y me está entrando muchísima hambre».
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Javier Barrio
Ya entrando en la ronda de Gijón y después de varias fotos a los carteles indicativos, la casualidad nos coloca delante un coche serigrafiado del Sporting, que hace las delicias del japonés. Ajeno a todo, Diego Fuertes, entrenador del Genuine rojiblanco conduce el vehículo sin saber que es objetivo de la cámara de Keita. No le puede hacer más ilusión al joven que el coche oficial del Sporting sea de la marca Nissan y se sorprende gratamente cuando el periodista le dice que Gijón albergó hasta hace unos años la principal fábrica de motos Suzuki en España.
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«¡Mareo, Mareo!». El cartel que indica la salida hacia el barrio de la parroquia gijonesa de Leorio donde está situada la Escuela de Fútbol rojiblanca sorprende a Keita durante la conversación y se le ilumina la cara, al intuir que ya queda poco para llegar al destino. Tiene el móvil preparado, con el que ha ido haciendo fotos al coche sportinguista, y cuando vislumbra el nuevo gran tótem que indica la entrada a Mareo una gran exclamación sale de su boca. No puede estar más feliz. Bueno sí. La casualidad propicia que su llegada a las instalaciones rojiblancas coincida con el inicio del entrenamiento del primer equipo y de la que se dirige a la cafetería de Mareo se tropieza con los que van un poco rezagados al campo de ensayo. «¡Somolinos, Somolinos!», exclama feliz como un niño cuando lo ve pasar, acompañado de Marcos Trabanco. Los jugadores lo oyen, se giran y, para su sorpresa, le llaman por su nombre, le saludan con un afectuoso abrazo y acceden a fotografiarse con él. Al poco, otro grupo de jugadores, que ya van a apurados también le saludan. «¡Eh, es Keita!» y le indican que luego ya se harán fotos, mientras apuran el paso. Los últimos son Varane y Queipo, que proceden de igual manera, pues ya no hay tiempo para pararse.
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Keita está exultante y su estancia en Gijón solo acaba de empezar. Por delante tiene aún lo más importante, algo con lo que lleva soñando desde hace años, que es ver jugar al Sporting en El Molinón y, que además, será en un derbi para el que vaticina una victoria local por 3-0, con dos goles de Djuka y uno de Juan Otero. Mientras llega el partido, además de conocer Mareo, también quiere visitar el Espacio Quini de El Molinón y conocer a un montón de sportinguistas con los que interactúa habitualmente por las redes sociales.
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