El derbi que alivió el confinamiento

Allí ya permanecen sentados conversando tres vecinos más. Jose llega presumiendo de camiseta, con el afán de provocar a uno de sus compañeros: «¡Vais a perder el derbi!», le dice a Manuel Fernández, 76 años. Manuel se ríe. No entra al trapo, le espeta un «ya veremos» con cautela. Manuel, «gran seguidor del fútbol», no escatima en elogios al Sporting de Djukic. «Han hecho un gran partido en Alcorcón. Jugaron muy bien... igual todavía ascendéis». El sol insiste a media tarde, aunque en este rincón del parque, «el habitual de estos cuatro amigos», la sombra da un poco de tregua. La pandemia, de la que hablan con «mucho miedo por 'si nos pilla'», ha extremado las medidas en el centro Valle del Sol. Los residentes están separados por plantas y conectan entren zonas a través del garaje. «No coincidimos con otros compañeros desde hace mucho». Con una entereza impactante, Manuel, que lleva meses sin ver a su hijo -«imagina las ganas que tengo»- o Jose, al que solo le aparta este aislamiento obligado de su hermana, residente en el barrio de La Camocha a escasos metros de este paraje, se pasan cada mañana y tarde entre bromas.

El derbi se ha convertido en un perfecto escape. «Lo bueno es que podemos hablar 'pincharnos' y vacilarnos entre nosotros. Es lo mejor de estos días», se divierte el que fuera socio del Sporting, Jesús Herrero, 95 años situado en el banco de enfrente y al lado de un oviedista confeso como es Gabriel Quintana, 62 años. «Llevan ya con esto (derbi) varios días», mantienen los trabajadores. «Es verdad que han sido momentos aburridos y agobiantes porque no hemos podido hacer lo que nos gustaría», explica Gabriel. Prosigue la conversación a cerca del partido, con un pronóstico distinto: optimista para rojiblancos, «vamos a ganar 2-1», dice Jose; cauto para los azules. «Yo creo que empatamos, pero eso no quiere decir nada», se reserva Manuel. «Pero, ¿a qué hora es el partido», plantea un poco angustiado. «Es tarde....», explica el empleado, «¿Y podemos verlo un rato?», le pregunta Jose. El trabajador asiente. «A si que lo veremos por la tele y en esto sí que estamos todos igual porque con todo este 'lío' nadie puede ir al campo, ¿no?, expone Manuel. «Igual es un poco tarde, pero podemos verlo un rato del primer tiempo», mantiene.

Jose Manuel Vilas, 62, echa de menos su 'vieja normalidad': tomar un café o ir a misa. Han sido momentos complicados, aunque en estos últimos días el fútbol arroja algo de luz en el Centro Ovida. «El derbi me entretiene mucho y me ayuda a olvidarme de todos los problemas», se sincera José Manuel Vilas. «Me pasa un poco lo mismo. Antes no me gustaba tanto el fútbol, pero ahora soy muy seguidor, sobre todo del Oviedo», mantiene César Campollo, inseparable de José Manuel, celebró su treinta y nueve cumpleaños vestido de arriba a abajo con la indumentaria azul. José Manuel también eligió su equipación rojiblanca. El pique está asegurado. Los dos, confinados en el Centro desde el inicio de la pandemia, han pasado los últimos momentos del estado de alarma hablando de lo que sucederá mañana en El Molinón. «Va a estar difícil», reconoce César, aunque «confío en que ganemos 0-1». «Si lo hacemos va a subir mucho la moral para luchar por la permanencia», dice. José Manuel, fan incondicional de Carmona, espera «una victoria de su Sporting», aunque no quiere que descienda el Oviedo. «Ojalá pueda subir el Sporting y el Oviedo consiga salvar la categoría, eso sería lo mejor para todos », desea.