Qué fue de los restaurantes de la última temporada de 'Pesadilla en la Cocina'

El programa 'Pesadilla en la cocina', protagonizado por Alberto Chicote, cerró el jueves, 23 de febrero, su octava temporada. Tras su primera emisión en 2012 el reality en el que el cocinero trata de ayudar a restaurantes en quiebra se ha convertido en todo un clásico de los televisores españoles. Pero, ¿qué fue de los restaurantes a los que Chicote ayudó? ¿Logó salvarlos? Los seguidores más curiosos del programa han tratado de resolver esta incógnita por su cuenta, siguiendo la trayectoria de los locales.

Los restaurantes que el cocinero visitó en esta última temporada han seguido diferentes caminos. Unos relacionados con el éxito y otros con el fracaso estrepitoso.

El primero de ellos fue 'Il Fogón de la Toscana', situado en la localidad de Viladecans en Barcelona. Su dueño, José Antonio, había cosechado premios con un restaurante anterior, pero de esa época de oro no queda ya ni rastro cuando Chicote llega al establecimiento. El cocinero rebautiza el local, en honor a la gloria perdida y lo llama 'Colosseum', nombre del antiguo restaurante premiado. Actualmente, goza de éxito pero su dueño ya no es José Antonio, sino Ali el que por aquel entonces era el pizzero del negocio.

'El Palomo', es una taberna sevillana, situada en el histórico barrio de la Macarena. Con más de 40 años a sus espaldas está regentada por dos hermanos gemelos, Antonio y Lorenzo, que continuán al frente del negocio ahora rentable.

Un reto para Chicote fue el restaurante 'El Callejón' de Algeciras. David abrió el negocio en 2015 para dar trabajo a su madre Tere, una mujer cuyo fuerte carácter chocó en repetidas ocasines con el del cocinero. David y Tere siguen al frente del restaurante, que ahora goza de buena reputación.

'Los 100 Quintos' llamó la atención de los espectadores por la curiosa decoración del local. Su dueño, José, se declaró fan de la estética militar, pero fue su total falta de experiencia en el sector hostelero y sus rocambolescas ideas las que terminaron haciendo cerrar el negocio definitivamente.

El qjuinto episodio de la octava temporada fue protagonizado por los restaurantes, situados en Puertollano (Ciudad Real), 'Leña y Cabrón' y 'El Calamar'. El dueño, que podo después de la emisión del programa fue detenido por un presunto caso de violencia de género, posee un total de cinco restaurantes. Tras la ayuda de Chicote los locales siguen abiertos.

El restaurante 'Magalia', regentado por el veterano Manuel se encuentra en la cuerda floja y su caracter altanero no ayuda a mejorar la situación de su negocio. Para el dueño del restaurante, el problema estriba en que sus empleados no tienen la suficiente implicación, pero la percepción del resto de personas apunta hacia él como centro del problema. Actualmente, el restaurante sigue abierto pero con los mismos problemas de antaño, ya que la actitud de Manuel continúa siendo la misma.

'La Bámbola', situada en Málaga, es un restaurante que, a pesar de su buena localización no logra alcanzar el rendimiento deseado. Todo cambia tras la intervención de Chicote y, aunque no se sigue el menú propuesto por el cocinero, el restaurante tiene más clientes y éxito que nunca.

En el caso del restaurante del Hotel Juan Manuel, en Zamora, ocurre lo contrario y es que ni la intervención de Chicote a logrado revertir el mal servicio del local. Este sigue teniendo una nota media de 2 sobre 5 en la página de tripadvisor donde los usuarios puntuan la calidad de los restaurantes.

En 'La Fortaleza' el problema vuelve a ser el propietario del restaurante y sus problemas de nervios e ira. El establecimiento, especializado en carne y con decoración medieval, ha logrado mejorar sus cifras tras su paso por el programa. Sin embargo, no ha incorporado la carta propuesta por el cocinero porque no era compatible con sus recursos.

El último episodio ha tenido como protagonista a 'Los cinco sentidos', restaurante situado en Coslada, Madrid. Sus propierios, Quique y Lourdes, son un matrimonio que ha apostado todo por el restaurante, pero tanto este como su relación se encuentran en crisis cuando entra en escena Chicote. El cocinero trata de poner orden como de costumbre y logra, en este caso, que tras su intervención, el restaurante sea todo un éxito. Así lo reflejan las recientes reseñas de los clientes.

El temperamento de Chicote—y sus constantes encontronazos con los dueños y empleados de los locales— es uno de los principales puntos fuertes del programa que, aunque tiene como principal objetivo mejorar la rentabilidad de los establecimientos, necesita también de cierto dramatismo televisivo para enganchar al espectador.

Combinar estas dos cuestiones no resulta sencillo y catorce de los restaurantes que participaron en el programa en las primeras temporadas llegaron incluso fundar una ONG, 'Asociación de Afectados por Pesadilla en la Cocina', para denunciar la manipulación del reality y los efectos psicológicos posteriores ocasionados por su rodaje. Finalmente la causa no llegó a buen puerto y tanto el cocinero de 'La Sexta' como el programa salieron impunes.

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