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M. F. ANTUÑA
Miércoles, 29 de enero 2020, 00:41
Era una gran villa. Tener dos mosaicos y habitaciones decoradas con magníficas pinturas no estaba al alcance de cualquiera. Y menos en los siglos II o III, cuando el imperio romano era extenso y se asentaba en Asturias y cuando en San Martín, en Las Regueras, un hombre muy rico dedicado muy posiblemente a un negocio de agroganadería decidió levantar su hogar. De lo que allí pasó queda constancia en el yacimiento romano que el pasado noviembre se excavó de nuevo, con una campaña de micromecenazgo y sin un solo céntimo de dinero público, cuyas conclusiones están ya listas y redactadas para constatar la importancia del yacimiento que se sitúa entre los mejores del norte peninsular y, a decir de su decoración, uno de los más bellos. A finales de los años 50 se realizaron las primeras excavaciones, de las que salió un mosaico que custodia el Museo Arqueológico. En 2018 se dio con el segundo y en 2019 se llevaron a cabo una nueva excavación y una campaña de prospección geofísica.
Hasta el 'National Geographic' ha informado del mosaico asturiano excavado por un equipo dirigido por Juan Muñiz y Elías Carrocera, que comprobó que se encuentra en una sala interior, probablemente un 'Triclinium', situada en el ala sur de la Domus. De planta rectángular de unos 600 metros cuadrados, contaba con un patio central que articulaba las estancias. Los dos mosaicos se hallaban en salas dispuestas de forma simétrica en las alas norte y sur.
La conservación del segundo mosaico, de 11x3,60 metros, es magnífica. Y fueron muchas personas las que pudieron verlo antes de que se tapara tras los estudios de los arqueológos, que concluyeron que su composición formal es geométrica y se organiza con una cenefa exterior formada por una serie de cuadros de líneas horizontales rojas, amarillas y blancas en su interior y flores hexapétalas inscritas en círculos. En el interior, once pares de cuadros en los que se integran y alternan cuadrados, nudos de eslabones y flores de cuatro pétalos. Hay una esvástica blanca sobre fondo rojo y una forma de copa hecha con esa teselas pétreas y cerámicas de varios colores, de en torno a un centímetro. Se combinaba el pavimento con las pinturas de las paredes realizadas mediante la técnica al secco, que imitan mármoles y enmarques en toda la pared norte. Al oriente se encuentran pinturas de más de un metro de altura, que no pudieron ser estudiadas por la dificultad técnica que suponía. Tampoco se hará en breve; en principio, se renuncia al estudio de esas pinturas, pues supondría un coste en torno a los 75.000 euros, para excavar en una próxima campaña, presumiblemente en agosto o septiembre, el ala oriental y completar el conocimiento de esta villa que cuenta con el más rico y mayor repertorio decorativo de cuantas existen en Asturias. Juan Muñiz prefiere no acudir al 'crowdfunding', salvo como último recurso para lograr los 35.000 euros necesarios, que aspira conseguir a través de empresas y fundaciones. Se recurrirá también la vía de la subvención pública, que como mucho serían 6.000 euros.
En todo caso, los arqueológos trabajan sin grandes esperanzas de que haya dinero público, por mucho que la consejera Berta Piñán anunciara en su día su respaldo. Por el momento, el gesto se ha quedado ahí. La petición de declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) que realizó el Ayuntamiento no forma parte del orden del día del pleno de Patrimonio que hoy se celebra en Oviedo.
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