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La Semana Negra de Gijón vivió su primer sábado y ya con toda su programación desplegada a pleno rendimiento, envuelta en el ambiente acostumbrado del más veterano de los festivales gijoneses y la presencia de un público fiel al que no desanimó una jornada más propia del otoño que de estas fechas oficialmente estivales. Desde luego, motivos y atractivos para atraer a los visitantes no faltan en esta nueva edición que un año más convoca en torno a la cultura y la reflexión crítica a participar libremente de las actividades propiamente literarias, con presentaciones, encuentros y debates, igual que de las lúdicas en el espacio ferial.
Desde la apertura del recinto con el inicio de los actos programados en las diversas carpas, era visible la afluencia de visitantes, que iría aumentando a medida que avanzaban la tarde y la noche. En los mismos accesos al antiguo astillero se sugerían dos propuestas de posibles itinerarios para adentrarse en el festival. El primero, en la puerta lateral derecha invitaba a hacerlo recorriendo la carpa de las librerías y del mercadillo para salir al otro lado en la plaza central frente a la Carpa de Encuentro. La otra alternativa, avanzando por el callejón de la Fundación Revillagigedo, conducía directamente a la explanada para optar bien por acercarse a asistir a las presentaciones y coloquios del día o a visitar las exposiciones de cómic y fotografía, o bien a darse antes un paseo por la zona de ocio, gastronomía y atracciones de feria.
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Pablo A. Marín Estrada
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El visitante llamado por la oferta cultural y literaria tenía este sábado casi una treintena de propuestas a las que asistir, la mayoría presentaciones de las últimas novedades editoriales de los autores invitados al festival. Que no son minoría, lo mostraba el aforo que lograron reunir cada una de ellas. Una atmósfera que se trasladaba igualmente a la carpa de los puestos de libros y a las que acogían la exposición colectiva de ilustradores 'Desde el río hasta el mar. Palestina en viñetas' o la de retratos de escritores 'Yo no soy uno de los vuestros', del fotógrafo Jeosm, en la Carpa del Encuentro.
La animación y el bullicio masivos se irían apoderando paso a paso del espacio festivo de la Semana Negra mientras se preparaba para mostrar su lado nocturno. Allí la romería ofrecía sus casi infinitos dones para todas las edades y cada momento de ánimo: del pisco a la sidra y del churro a la pulpería, la parrilla o a la variada apuesta de los food trucks. Y del boleto en la tómbola de toda la vida al viaje para los más pequeños y no tanto por la Casa del Miedo, el Ratón Vacilón o la icónica Noria. Diversión y cultura, la fórmula de éxito que hace grande al festival e invoca el verano.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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