Feria de Begoña

La afición taurina celebra la vuelta de los toros a Gijón y ovaciona a la alcaldesa

La amenaza de lluvia –cumplida en parte como un poco de orbayu que no llegó a más– no parecía aguar la ilusión de los aficionados ante el regreso de la Feria. Entre los más madrugadores en hacer cola, los brasileños Luiz Busta y su mujer Bruna. Él, con negocio en la ciudad y asiduo a los veranos en ella, se congratulaba de poder disfrutar de los toros en Gijón: «Me gustan mucho. Es un tesoro que conserva España y que nunca debería perder». Para ella, era su primera vez: «Nunca vi este espectáculo, así que para mí es todo nuevo», confesaba.

Desde Jaén la familia formada por Diego Salvador, Yolanda León con sus hijos Lucía y Diego, aguardaban la apertura de los accesos a la plaza, encantados de la temperatura suave de la tarde: «Allí estábamos con 43 grados» y la joven Lucía –la entendida del grupo– confesaba su pasión por ver a su ídolo José María Manzanares el próximo jueves: «Hoy también puede estar muy bien y mañana El Juli. Hay un buen cartel».

Las terrazas de los locales de hostelería de la zona eran el perfecto reflejo de la alegría de la afición por el gran día. En una de ellas Nano Gumiel, Pablo Caso, Paula López y Luis Novales celebraban la vuelta de los festejos: «Encantadísimos. Te damos el titular de lo que sentimos: Gijón vuelve al ruedo», proclamaban. Más jóvenes, Elisa Monteagudo con sus amigas Sandra y Cecilia, venían desde Llanera: «Nos gustan los toros pero venimos por primera vez, somos fans de Roca Rey». Y su lado los gijoneses Mario Torre y Lorena Fernández: «Es una emoción muy grande volver», afirmaba el más taurófilo de la pareja. Un sentimiento que compartían los veteranos Ángel Marugán y Manuel Fernández: «Viva los toros y ojalá educaran a la juventud para apreciar la feria», reivindicaban.

Cerca ya de la hora de inicio del festejo, los concejales Jesús Martínez Salvador (Foro), Óliver Suárez (Vox) y la secretaria general del PP de Gijón Cristina Villanueva departían con el directivo de Otea Álec Luget, observando satisfechos el gentío que aún quedaba por entrar. En el ruedo, la alegría de los aficionados se hacía notar en los tendidos cuando momentos antes de que sonase el clarín la presencia de la alcaldesa Carmen Moriyón motivó una unánime ovación del público y el coreo de vítores en reconocimiento a su papel en el regreso de la feria.