El cohete 'Starship' de Space X mejora su marca, pero explota de nuevo y su reentrada se ve desde Asturias

Pese a ser un final anticipado respecto al plan original –debía volar durante 90 minutos y amerizar en las cercanías de Hawái–, los especialistas consideran que se lograron varios hitos fundamentales respecto al primer vuelo del pasado 20 de abril. Entonces explotó a los cuatro minutos tras destrozar la plataforma de lanzamiento.

El primero fue que los 33 motores Falcon que la impulsan se encendieron, circunstancia que no ocurrió hace siete meses. Las reformas introducidas en la rampa de despegue también funcionaron. Se instalaron placas de aluminio y un sistema de refrigeración capaz de expulsar medio millón de litros de agua para sofocar la enorme potencia de los propulsores y los 3.000 grados de temperatura que generan. Hace siete meses fragmentos de hormigón salieron despedidos a medio kilómetro de distancia.

Una vez en el aire, el momento crítico se situaba en la separación entre la Ship 25 –la parte superior de la nave– y el Super Heavy, la etapa donde están los mencionados motores. Ocurrió a los dos minutos y 50 segundos. En primavera un fallo hizo estallar el cohete. Este sábado se separaron con éxito.

La Ship 25 continuó ascendiendo mientras el Super Heavy quedó atrás para explosionar por razones que se desconocen. El ensayo finalizó a casi 150 kilómetros de altura, cuando al parecer se activó el sistema de seguridad que destruye la nave en caso de desviarse de su trayectoria.

La reentrada de los restos pudo ser contemplada con nitidez desde la Tierra. De hecho, desde distintos puntos de Asturias pudo verse con claridad, especialmente en zonas rurales, con menor contaminación lumínica.