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la Atlética alquiló una sede en la parte alta, a la derecha, del antiguo edificio ubicado en la esquina de la calle La Cámara con La Muralla.
Las sedes de la Atlética Avilesina (y III)
Recuerdos del deporte

Las sedes de la Atlética Avilesina (y III)

Con la presidencia de Toso Muñiz se logró el primer domicilio social en propiedad en la calle Fernández Balsera

Alberto Rendueles

Avilés

Lunes, 14 de abril 2025, 00:02

El nombramiento en 1961 de Toso Muñiz como presidente de la Asociación Atlética Avilesina supuso un notable cambio en todos los aspectos de la entidad. Y entre ellos, el de la consolidación de su domicilio social. Inicialmente, para evitar los continuos vaivenes, se consiguió el uso de una sala de la Junta de Obras del Puerto, y dos años más tarde, en 1963, firmaban el arrendamiento de un pequeño local en la por entonces calle Generalísimo, actual La Cámara, en un antiguo edificio donde hoy se encuentra ubicado el Banco Santander, con esquina a la calle La Muralla.

A esta ubicación se le dotó de unas sillas, una mesa, un pequeño habitáculo para almacén y un teléfono. Dos años después, en 1965, tras fallecer el vecino colindante –don Luis del Valle- quedó deshabitada su vivienda, que pasó a ser ocupada por la Atlética Avilesina. Esa ampliación permitió tener al club un local acogedor, al que se llenó de actividad y la misma energía que transmitía Toso. Además, no se le quiso privar de las ultimas novedades tecnológicas del mercado, ya que no solo se le dotó de teléfono, sino de televisión que sirvió como foco de atracción de los socios en aquella etapa.

En los primeros años setenta surgió la oportunidad de llevar a cabo un nuevo cambio de sede pero, en esta ocasión, con un sentido diferente a los anteriores. Un poco más arriba del local que en su día tuvo la Atlética en la avenida Fernández Balsera, se estaba construyendo un edificio, en concreto a la altura del número 26. Al presidente del club se le brindó la oferta de seguir pagando alquileres y obtener una sede propia, de titularidad de la entidad, lo que suponía crear patrimonio.

Los directivos de la entidad vieron la idea con buenos ojos y el traslado se llevó a cabo en cuanto la construcción lo permitió. En un principio se hizo realidad como un nuevo arrendamiento hasta que se ejerció la opción de firmar una definitiva compraventa. Se trataba de una vivienda ubicada en una planta inferior al portal que tenía ventanales con vistas a Las Meanas. Próximo a él, contaba con un local independiente, que fue utilizado inicialmente para reuniones y luego como almacén.

Desde ese nuevo local tenía a la vista –hasta la construcción de nuevos edificios– las instalaciones deportivas con las que contaba la Atlética Avilesina en La Exposición. Un estadio que contaba con un anexo que fue utilizada durante décadas por la polideportiva entidad. Con una cancha para la práctica del baloncesto y el balonmano, un espacio para el tiro con arco, y un uso exclusivo de las pistas de atletismo para la sección del club y las carreras que organizada el Club Ciclista Avilesino.

Pero sin duda, se apreciaba otro local, en ese mismo anexo del estadio de La Exposición, en el que las secciones del club planificaban las competiciones del fin de semana, se practicaba boxeo y artes marciales y, sobre todo, los recordados bailes al son de afamadas orquestas.

Venta obligada

El local de la Avenida Fernández Balsera se mantuvo durante tres décadas, hasta poco después del fallecimiento de Toso Muñiz, pero las vicisitudes económicas del club le llevaron a su venta obligada. La participación en competiciones nacionales por equipos durante finales de los años noventa y principios de siglo provocaron el arrastra de un deuda a la que se buscaron posibles remedios, pera la realidad se impuso. Sólo quedó la opción de vender patrimonio.

Ese local fue a parar a manos de un nuevo propietario, yendo el dinero obtenido a liberar la maltrecha economía de la entidad. Tan solo se conservó el pequeño local destinado a almacén que disponen aún en el hall del portal, donde se conservan muchos de los recuerdos del club.

En su ayuda acudió el Ayuntamiento de Avilés y su fundación deportiva, que cedió a la Atlética uno de los locales que disponen en el Complejo Deportivo de El Quirinal para poder, desde allí, regir sus destinos administrativos, hasta el presente.

Como se puede observar, el club tuvo más de diez domicilios sociales durante sus casi noventa y tres años de historia. Pero a pesar de ser la entidad polideportiva más antigua de Asturias siguen sin contar con instalaciones propias, no solo burocráticas sino también deportivas, al contrario de lo que sucede con clubs homónimos de Gijón y Oviedo. Una circunstancia sobre la que se hace preciso reflexionar ante la ayuda que se debería de prestar a una Asociación Atlética Avilesina que forma parte del propio sentir no solo de la ciudad en sí, sino también de la propia comarca.

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