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Melchor, Gaspar y Baltasar han vuelto a hacer uso de su magia y seguro que esta mañana han llenado de ilusión los hogares de todos los avilesinos que se habrán encontrado montañas de regalos a los pies de los árboles de Navidad, al menos los ... que se hayan portado bien a lo largo del año. Pero antes de visitar todas esas casas acompañados por sus camellos, ayer sus Majestades de Oriente recorrieron las calles de la villa con su séquito en una cabalgata que fue multitudinaria, más de 12.000 personas la siguieron, según los datos de la Policía Loca, a pesar de que la lluvia estuvo presente de manera intermitente durante toda la tarde.
Con su magia, los tres Reyes Magos hicieron escampar la lluvia nada más poner un pie en el Puerto Deportivo, que se llenó de familias que les recibieron junto a la ría. Los más pequeños de la casa, incluso, aprovecharon ese primer encuentro con Melchor, Gaspar y Baltasar para hacerles peticiones de última hora y entregarles sus cartas e incluso hacerse algún 'selfie' con ellos.
Pese al mal tiempo que se presuponía, la presencia de los Reyes Magos en Avilés volvió a desbordar la ciudad y se registró una buena asistencia a la cabalgata, un desfile multitudinario que desde las seis y media de la tarde, incluso un poco antes porque este año Sus Majestades tenían algo de prisa, llenó las calles de la villa de ilusión y de unos cuantos caramelos que los tres Reyes Magos repartieron a diestro y siniestro desde sus carrozas.
Antes de que la comitiva se pusiera en marcha desde el colegio de El Quirinal, Melchor, Gaspar y Baltasar cumplieron con la tradición de la villa avilesina y desembarcaron en el Puerto Deportivo, con el Centro Niemeyer dándoles la bienvenida un año más.
Lo hicieron a las seis en punto de la tarde, pero incluso una hora antes ya había decenas de personas esperándolos con nervios en el paseo Manuel Ponga. Fue un recibimiento digno de los Reyes Magos y ellos mismos lo reconocieron nada más poner un pie en tierra. «Estamos muy contentos de estar aquí porque Avilés nos gusta mucho y los niños de Avilés se han portado muy bien», proclamó micrófono en mano Melchor, el más anciano y sabio de los tres reyes.
Gaspar quiso participar en el discurso para recordar a los niños avilesinos que les dejen «leche con galletas», una petición que seguro que se ha cumplido. Melchor, Gaspar y Baltasar desembarcaron con cuidado y atravesaron el 'paseíllo' que llevó a Sus Majestades desde el muelle hasta sus coches oficiales. El primer baño de masas cumplido.
Un poco antes de las seis y media de la tarde la cabalgata de los Reyes Magos partía ya del colegio de El Quirinal para entrar a continuación en la calle Fernando Morán. La comitiva bajó después por Juan XXIII y, al llegar al entronque con Severo Ochoa, giraron a la izquierda para seguir por Esther Carreño en dirección a Orejas Sierra.
En ese punto, junto al parque de Las Meanas, las comitivas de los Reyes Magos hicieron una de sus primeras paradas para exhibirse ante el público avilesino. El emisario real, el Príncipe Aliatar, a lomos de su corcel, dirigió la coreografía de sus catorce jinetes que impresionaron con sus corceles a los más pequeños. Algunos niños, los más valientes que se pusieron en primera fila, incluso se atrevieron a acariciar a los caballos con cuidado y siempre bajo el ojo atento de los pajes reales y de los propios Reyes Magos.
Detrás de los corceles desfiló por Avilés el cortejo de Melchor, con la Banda de Gaitas Villa de Avilés a la cabeza y un grupo de pajes al redoble de tambores rodeando la carroza del rey más anciano de todos, pero sin duda uno de los que más caramelos lanzó a los niños.
A continuación, el cortejo de Gaspar apareció en escena resonando tambores y acompañado por un exótico grupo de danzarinas Bollywood llegadas desde la India, que exhibieron para asombro del público sus sables y velos.
El último rey en hacer acto de presencia fue Baltasar, que por el volumen de los gritos y los vítores parece que es el más querido en Avilés. Un grupo de músicos africanos anunciaron la llegada de Su Majestad con ritmos africanos, cantos tribales y percusión.
La carroza de Baltasar, presidida por la Estrella de Oriente, cerró la comitiva, pero tras su séquito aún quedaban un grupo de pajes reales que custodiaban la caravana de regalos, una carroza llena de paquetes que los niños no perdieron de vista ni un instante, convencidos de que allí estaban sus regalos.
Más atrás, la Banda de Gaites Esbardu, un carro tirado por un caballo y una yegua cargado de más juguetes y las melodías de la Banda de Música de Avilés precedieron a las carboneras y los camiones clásicos, con el entrañable 'Pegaso Mofletes'. Cerrando el camino, los coches oficiales de Sus Majestades y la ambulancia de la Cruz Roja, que velaron por la seguridad de todos los asistentes.
Cabe destacar que la comitiva real fue mucho más ágil que en años anteriores. Las carrozas pasaron por la calle José Cueto y, al alcanzar la plaza de La Merced y debido a las obras que se están llevando a cabo en ese entorno, los Reyes Magos comenzaron directamente el ascenso por la calle de La Cámara, finalizando su recorrido en la Plaza de España a eso de las siete y media de la tarde, en tiempo récord y apenas una hora después de haber partido de El Quirinal.
Ya en El Parche, el actor y presentador Alberto Rodríguez ejerció de maestro de ceremonias y entrevistó a los Reyes Magos delante del público que los esperaba frente al Ayuntamiento. Melchor tranquilizó a algunos niños que no han sido del todo buenos, como Darío, de 6 años, que reconoció en público haberle cortado los bigotes a su gata. «Bueno, que no se preocupe, entendemos esas cosillas y los regalos van a llegar igual aunque no hayas sido bueno del todo, lo importante es poner la zapatilla en el árbol», le aseguró Melchor.
Por su parte, Gaspar y Baltasar saludaron a las puertas de la Casa Consistorial a la alcaldesa, Mariví Monteserín; a la concejala de Festejos, Sara Retuerto; y a la Cronista Oficial de Avilés, Pepa Sanz, que se encargaron de recibir a los Reyes Magos de Oriente tras la finalización de la cabalgata y les acompañaron hasta el Salón de Recepciones, donde se asomaron al balcón para enviarle un mensaje a los avilesinos.
Melchor tomó la palabra y con el micrófono en mano envió un mensaje de paz y de amor. «Venimos a acompañados en esta mágica noche y a daros las gracias por vuestro recibimiento y por hacernos la estancia en esta bonita ciudad tan agradable. El Príncipe Aliatar nos ha entregado cientos de cartas con vuestras peticiones y también hemos recibido muchísimos mensajes de mamás y papás diciéndonos que habéis sido muy buenos y que habéis compartido muchas cosas con los demás. Tenéis que seguir así, siendo buenos para que se acaben las guerras y el hambre en el mundo», proclamó el rey desde el balcón. Hoy, los Reyes Magos continuarán durante la mañana su trabajo visitando las residencias de mayores.
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