«Nosotras estamos en la tercera juventud de la vida»

El que piense que no tiene edad para celebrar la fiesta de fin de curso es porque todavía no se ha enterado del guateque que se formó ayer en el centro de mayores de Las Meanas o, como lo llama Sol Manjón, reconocida como la embajadora del «remangu» y recién incorporada al espacio, el «Frente de Juventudes de Avilés».

De hecho, el que eligió Manjón dista mucho de ser un título al azar. Ha sido acordado por consenso entre ella misma y sus amigas a razón de una reflexión decisiva: «En la vida hay tres juventudes y en la tercera estamos nosotras, como con quince años pero de otra manera».

Alicia González fue muy clara con una explicación que compartían sin duda alguna el centenar y medio de fiesteros en la sala. «¡Pues menuda generación somos!», se animaba Clavel González. «Somos la generación del rock, abrimos las puertas a la música celta y salimos a la calle a luchar para tener derechos».

Declaradas fans de Bruce Springsteen, ninguna hace ascos a la salsa, a la bachata, a la cumbia ni al reggaeton, porque «siendo sinceras, en la vida una está para divertirse y mover el esqueleto hasta que ya no se pueda más». Que, de hecho, ayer era el caso de Manjón, lesionada: «el domingo me caí haciendo una senda en Trubia», contaba. «Vi un chaval guapo, pero con el golpe ya no sé si lo soñé».

Más allá de la pista de baile, y muy cerca de sus compañeras en espíritu, el grupo de Conchita Alonso, Graciela Jiménez, María del Carmen Moreno y Araceli Guardado celebraban el final del curso en el centro tal que si fuera noche de chicas. De hecho, lo fue, porque «nosotras dejamos a los maridos en casa cuidando de los nietos», comentaba Moreno, que tuvo incluso que reñir a sus amigas para que dejasen de «'guasapear'» en la mesa.

Tal como pudo sentenciar Conchita, lo que realmente pasa es que «las mujeres somos más duras, ellos cansan rápido», aunque no era el caso de la mesa de al lado, en la que tres parejas de enamorados disfrutaban juntos de la merienda, «a la espera del bolero». Entre ellos, Albino Vázquez, a quien bailar no le disgusta, pero arguyó un nuevo argumento: «El tema es que nos toca bailar con la misma».

A Pilar Redondo y Ana Sánchez, sin embargo «nos gusta bailar despegaos», e incluso confesó Redondo que «en realidad yo no quería salir, pero todo sea por la causa». A medida que fue bajando el tinto, el zumo, los sándwiches y las tortillas las anécdotas fueron creciendo en Las Meanas: «¡Me acabo de reencontrar con mi amiga de nacimiento!», exclamó Berta Granda.

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