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C. DEL RÍO
AVILÉS.
Martes, 9 de julio 2019, 02:03
Se fue de imprevisto y casi sin avisar. El historiador Alberto del Río Legazpi fue fiel hasta las últimas consecuencias a su providencial discreción y apenas un círculo muy reducido sabía que un cáncer diagnosticado unas semanas atrás se lo estaba poniendo muy ... complicado. El desenlace fue rápido y sorpresivo y, como tal, lo más comentado por sus amigos en el funeral que ayer le despidió en la iglesia de Santo Tomás de Cantorbery.
Una generación de coetáneos, nacida entre finales de los treinta y principios de los cuarenta del siglo XX, amigos, lectores, compañeros de instituto, de tertulia y de trayectoria vital quisieron decir adiós al cronista oficioso de la villa, al divulgador de la historia de Avilés, la que la descubrió para el gran público, reivindicándola primero en las instituciones y promocionándola después en las páginas de esta su casa.
Uno de esos amigos de generación fue el sacerdote José Antonio Montoto, quien presidió el funeral y consoló a una familia representada por su hermano Luis Alfonso, con quien se fundió en un abrazo, cuñadas y sobrinos. Su viuda, Ana Lucía, no pudo asistir al sentirse indispuesta. Junto a Montoto estuvieron el párroco Reinerio Rodríguez y José Antonio Murias, adscrito a la parroquia de Santa Bárbara de Llaranes, en un servicio con música de órgano interpretada por otro amigo, José María Martínez 'Chema'.
Montoto reconoció la «despedida brusca» de Del Río, a quien imaginó reunido con el actor Arturo Fernández. Un «asturiano universal, el chatín» despedido el sábado en Gijón con un «avilesino incansable, trabajador de la cultura y que supo leer en una ciudad industrial en declive la dimensión cultural». Porque ese fue el concepto que Montoto abordó en su homilía: la dimensión. Y en la nueva en la que entra, Montoto sospecha que su trabajo será parecido al que desarrolló en Avilés, el de impulsar las potencialidades de una villa medieval como atractivo turístico. Por esa capacidad de lectura dio por hecho que Del Río «fichará como guía turística en el cielo para encontrar la belleza».
El sacerdote le agradeció el «servicio a Avilés, el amor a la villa, tus trabajos, los amigos y todo lo que has sufrido y luchado porque esta villa sea reconocida». Alberto del Río Legazpi ya no pudo escucharle, pero sus palabras fueron un consuelo para su familia y reconfortantes para esos amigos que, de alguna u otra manera, han trabajado mano a mano con él.
Entre ellos, sus compañeros de LA VOZ DE AVILÉS, no todos conocedores de su enfermedad. La jefa de local, Yolanda de Luis, era de las pocas que sí conocía el trance por el que estaba pasando, pero el compromiso de Alberto era tal que incluso estando en el hospital enviaba su página semanal, no quería faltar a su cita con sus lectores. Pero este domingo, su 'Diccionario de Avilés', la sección que había sustituido a sus populares 'Episodios Avilesinos' en nuestras páginas cada quince días, se quedó en la letra hache, de huérfanos.
Huérfana se queda una redacción que estuvo representada por el director, Marcelino Gutiérrez; Antonio Arias, del área de Marketing y con quien Alberto trabajó mano a mano en proyectos especiales como el álbum fotográfico 'Avilés Enfocado' editado el año pasado; los jefes de Local, Alberto Santos y Yolanda de Luis; y varios redactores. Asimismo, el exjefe de Redacción, José María Urbano, quien lo fichó como colaborador del periódico; y la presidenta del Consejo de Administración del periódico, María Jesús Wes, y su hermano Juan, exdirector de LA VOZ e igualmente miembro del consejo.
También quisieron decirle adiós Manuel Ángel Hidalgo, director del Museo de Historia Urbana de Avilés; Antonio Ripoll, exdirector de la Casa Municipal de Cultura; el artista Ramón Rodríguez con el que trabajó codo con codo durante años; el empresario Antonio Sabino; varios representantes de la Sociedad Económica Amigos del País; José Ángel del Río Gondell, expresidente del extinto Club Popular de Cultura Llaranes; el geólogo Julio López Peláez; el fotógrafo y editor Benjamín Lebrato; María Josefa Sanz, Cronista Oficial de la Villa; el periodista y excoordinador de Cáritas Avilés, Francisco Álvarez-Buylla; Fernando Flor, organizador del Concurso Hípico de Avilés; el presidente de la Asociación Cultura La Serrana, Armando Arias; o José María Martínez 'Chema', que tocó el órgano en memoria de su amigo.
El teniente de alcalde Manuel Campa disculpó ayer en el tanatorio la ausencia de la alcaldesa Mariví Monteserín, que se encuentra fuera de la ciudad, y la suya misma en el funeral por cuestiones de agenda. En representación del equipo de gobierno estuvo la concejala de Cultura, Yolanda Alonso.
Acudió Francisco Zarracina, de UCIN, y Corín Astariz, exconcejala del Partido Popular y que todos los años compartía mesa y mantel con Del Río en calidad de antiguos tertulianos de Tele Avilés a la que también acude el sacerdote José Manuel Feito, cuya ausencia fue excusada por Montoto por problemas de salud.
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