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yolanda de luis / sheyla gonzález
Lunes, 8 de julio 2019, 03:48
La noticia del fallecimiento del escritor e historiador Alberto del Río corrió ayer por toda la ciudad rápidamente dejando numerosas muestras de condolencia por la muerte de un hombre que ponía su corazón en todo lo que emprendía sin importarle el esfuerzo que tuviese que ... hacer. El adiós repentino de Alberto, que fue pieza fundamental en la recuperación de la Casa de Cultura y del desarrollo turístico de Avilés, que no pudo superar un cáncer detectado hace unas semanas, deja huérfana la recuperación de la historia de Avilés que el hizo florecer, con su gran don divulgativo y su particular humor, cada fin de semana en la colaboración que aparecía en estas páginas todos los domingos: 'Los episodios avilesinos'.
Del Río era un apasionado de Avilés y se puede decir que estuvo entre quienes supieron ver los potenciales de su casco histórico cuando la ciudad estaba todavía bajo los efectos del desarrollismo industrial. Inició su vida laboral en el gabinete de prensa de Ensidesa y luego estuvo ligado al área de Cultura del Ayuntamiento de Avilés donde fue gerente del área de Imagen desde donde creó Canal 21. En sus últimos años laborales trabajó en el área de promoción turística impulsando las primeras visitas guiadas por el casco histórico y la guías sobre el mismo.
Los concejales que trabajaron con él en el Ayuntamiento, incluida la propia alcaldesa, dan fe de esa pasión que ponía en todo lo que hacía. José Martínez fue quien reunió a Antonio Ripoll, Ramón Rodríguez, José María Martínez y el propio Alberto del Río para impulsar la Casa de Cultura. Ayer recordaba que «el periodismo fue nuestro primer punto de encuentro en aquella VOZ DE AVILÉS de los años en que ambos éramos jóvenes. Más tarde, volvimos a coincidir trabajando ambos por la cultura en la villa, en aquellos años ochenta en que estrenábamos democracia, formando un buen equipo que desde el Ayuntamiento intentaba que nuestra Casa de Cultura (el cine, el teatro, la plástica, las mesas redondas, las publicaciones…) fuera un referente. Y de nuevo, años más tarde, aquí en LA VOZ DE AVILÉS, cada uno desde su óptica, intentábamos tomar el pulso de la ciudad: uno mirando al presente, el otro al pasado».
Joaquín Aréstegui, concejal de Cultura en el único mandato del PP en Avilés, también recordaba su trabajo con él codo con codo explorando las posibilidades que el turismo podían darle a Avilés. «Estaba todo muy verde, él hacía lo que le gustaba y disfrutaba trabajando. Fue un magnífico colaborador, muy profesional que ha dejado una huella profunda en Avilés»,
El socialista Román Antonio Álvarez también recordaba su trabajo junto a Alberto del Río en el área de turismo. «Juntos empezamos de cero con la promoción turística de la ciudad cuando nadie creía que Avilés pudiera recibir turistas.Se idearon con él en Turismo las rutas guiadas y se pusieron en valor los elementos históricos de la ciudad. Después me pidió dedicarse a la historia y se trasladó a Valdecarzana junto aJusto Ureña, del que era asistente de investigación». Coincide con Aréstegui que «ha dejado huella en la ciudad».
Quienes trabajaron con él en aquellos años de impulso de la Casa de Cultura también lo dicen, desde el director de la misma, Antonio Ripoll, hasta los que luego fueron directores de la Escuela de Cerámica y del Conservatorio, Ramón Rodríguez y José María Martínez, respectivamente. El primero afirma que Del Río fue «pieza fundamental en la recuperación de la Casa de Cultura» y también destaca sus conocimientos cinematográficos. Fruto de ello nació Canal 21, quien estuvo con él en aquella aventura Quique Rodríguez, gerente de Sport and News, asegura que «no podía ser de otra manera y, gracias a otro 'Adelantado' Avilés fue pionera en tener un canal de televisión local. El primero de Asturias en una época en la que aún había muy pocos en España».
Ramón Rodríguez, por su parte, recuerda su relación ya desde la juventud en el instituto. Él estudiaba en la misma clase que se hermano y su mujer, y como luego la vida los fue uniendo y separando profesionalmente en distintos momentos. «Se pierde a una persona que traslucía amor por Avilés», lamenta. Por su parte, José María García también recuerda los momentos iniciales complicados, prácticamente sin presupuesto, para poner en marcha la Casa de Cultura y la «ilusión» con la que trabajaron, algo que Alberto del Río y él mismo siguieron demostrando en su labor día a día hasta llegar a la jubilación en el Ayuntamiento.
Alberto del Río amaba a Avilés y también a la cultura. Estaba ligado a todas las entidades de este ámbito de una forma u otra. Formaba parte de Amigos del País, en donde su presidenta, Silvia Argüelles, lamentaba la pérdida «de un referente de la cultura de Avilés».
Su generosidad para con todo aquel que le llamaba para colaborar en cualquier aventura también era destacada por otros referentes de la cultura avilesina como el párroco de Miranda, José Manuel Feito; el presidente de Artes y Oficios, Luis Rodríguez, el de la Asociación Cultural La Serrana, Armando Arias; el de la Filarmónica Avilesina,Marino Soria; o la directora de nuestro Aula de Cultura, Mercedes de Soignie, que tras conocer el fallecimiento decía que «deAlberto hay que destacar su generosidad, estaba en su ADN igual que la cultura. Le he dado las gracias mentalmente por muchas cosas a lo largo del día».
Por su parteFeito aseguraba que «lahistoria menor de Avilés la escribió él. Sus artículos ayudaron a conocer más la ciudad, su día a día y a sus gentes. La historia más cercana y alejada de los grandes hitos, era la historia de recuerdos de quienes construyeron sus calles o la visitaron», algo que también destacaba Marino Soria. Y Luis Rodríguez también recordaba que le conocía desde la infancia.«Alberto del Río era afable, cariñoso y muy amigo de sus amigos, un gran señor. Profesionalmente ligado al conocimiento de la historia de Avilés y sus costumbres, dejará un hueco difícil de cubrir». También era amigo personal Armando Arias que afirmaba que «los amigos perdemos a un gran amigo, pero el pueblo pierde a un hombre de mucha profundidad y mucho criterio. Es una persona insustituible».
El funeral tendrá lugar hoy a la una de la tarde en la iglesia de Santo Tomás de Cantorbery y acto seguido su cuerpo será incinerado.
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