Secciones
Servicios
Destacamos
ALEJANDRO L. JAMBRINA
AVILÉS.
Viernes, 30 de octubre 2020, 00:37
En unos días la Vuelta ciclista pasará por primera vez en su historia por el municipio cacereño de La Garganta y lo que puede parecer algo irrelevante para muchos ha sido una noticia de lo más emocionante para Pablo Portela Castellano, un vecino de Avilés natural de este rincón extremeño que ayer cumplió nada menos que cien años en plena pandemia, rodeado de su familia.
El virus y las restricciones de movilidad han impedido que sus allegados puedan organizarle la fiesta que un centenario se merece, pero nada ha impedido que Pablo alcance una cifra tan distinguida en su casa de El Carbayedo. Antes vivieron en Buenavista y en la calle San José Artesano.
Después de abandonar Cáceres, Pablo Portela pasó algunos años en Madrid y Cataluña antes de llegar a Avilés en el año 65 acompañado por su mujer, Piedad Guijo. Juntos se establecieron en la villa con la esperanza de encontrar la estabilidad suficiente para formar su propia familia en tierras asturiana.
«Enseguida encontró trabajo, la adaptación fue muy buena y después de tantos años ya se sienten como si fueran avilesinos»; asegura su única hija, María Jesús Portela, que fue la primera de la familia en nacer y criarse en Avilés, donde todos ellos ya se sienten como en casa a pesar de no querer olvidarse de sus raíces.
Ahora, con cien años de recuerdos, Pablo Portela echa la vista atrás y no duda en confesar que ha sido muy feliz por las calles de la villa, en la que siempre trabajo dedicado al sector del montaje.
«Cuando se jubiló siguió disfrutando de la ciudad, paseando a todas horas y reuniéndose con sus amigos en el parque de Ferrera, que siempre consideró su jardín particular», explica su hija. «Ahora es el único de su grupo que queda porque no es fácil llegar a los cien años, pero él se encuentra bien y sigue teniendo muchas ganas de salir a la calle siempre que puede».
De hecho, tanto su mujer como él se están enfrentando a la pandemia con optimismo, a pesar del riesgo que el virus supone para las persona de su edad. «Mi madre tiene un poco más de miedo, pero mi padre se pone la mascarilla en cuanto puede».
Cuando no puede darse su paseo dedica las horas a pintar o, como ayer, a recibir la visita de su familia y pasar tiempo con su hija, su yerno o con su nieto Rubén, de 23 años, con el que se lleva «de maravilla».
Lo que está claro es que no todo el mundo puede presumir de haber vivido un siglo y Pablo ya piensa en cumplir 101 años porque la edad no le asusta. Por eso la de ayer fue una fiesta modesta, pero llena de emoción. «Todos los familiares que tenemos fuera le mandaron un vídeo felicitándole y le gustó mucho».
El caso es que la Vuelta visitará su pueblo este año y aprovechando la ocasión, Pablo hincha el pecho con orgullo para recordarle a su familia que «Perico Delgado me regaló su botella en una etapa que pasó por Avilés».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Nuestra selección
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.